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"España es el único sitio donde un grupo se quiere desarmar y el gobierno lo rechaza"

Cinco años después de que ETA anunciase el cese de sus acciones, las fundaciones internacionales que siguen el proceso de paz no comprenden la actitud del Ejecutivo de Rajoy. "Sólo se dedica a poner obstáculos", lamentan.

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Imagen del vídeo en el que los portavoces de ETA anunciaba el cese de la violencia del grupo terrorista.

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MADRID.- Hace exactamente cinco años, la cadena británica BBC abría sus informativos con un vídeo histórico, que afectaba directamente al futuro de Euskadi y de España. Sentados debajo de un anagrama de ETA, tres encapuchados anunciaban que esta organización había decidido el cese de sus "acciones armadas ofensivas", iniciando así el camino que acabaría en el final de la violencia. A partir de entonces -e incluso antes-, varias fundaciones internacionales dedicadas a la promoción de procesos de paz iniciaron sus trabajos para que no hubiese marcha atrás. A día de hoy, los expertos sólo tienen una certeza: España es "el único país del mundo" donde un grupo armado quiere desarmarse y el Gobierno opta por "dificultarlo al máximo".

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Fuentes muy cercanas al proceso vasco han asegurado que el Ejecutivo que lidera Mariano Rajoy ha sorprendido –en el mal sentido de la palabra- a quienes intentan facilitar los caminos que podrían conducir a la desaparición de ETA. "Los mediadores internacionales, algunos de los cuales empezaron como facilitadores de este proceso en 2008, suelen comentar lo extraño que resulta el caso de España: en ningún lugar les había pasado que una organización armada que haya decidido terminar con su actividad y quiera dejar sus armas fuera de uso o destruirlas, no encuentre ningún tipo de colaboración por parte del Gobierno", apuntaron.

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El lehendakari, Íñigo Urkullu, conversa con los miembros de la denominada Comisión Internacional de Verificación, en una imagen de archivo.

Aquel episodio preocupó seriamente a los mediadores internacionales. Sin embargo, las alarmas se habían encendido un año antes: a mediados de febrero de 2013, el Gobierno noruego expulsó de su territorio a tres destacados miembros de ETA -Josu Ternera, David Plá e Iratxe Sorzabal-, quienes llevaban allí desde finales de 2011. Durante su estadía en el territorio nórdico, los dirigentes habían mantenido contactos con miembros de la CIV para empezar a consensuar el proceso de desarme. "Tras presionar a Noruega para que los expulsase, el Gobierno del PP envió un claro aviso a todas las organizaciones que trabajan en el ámbito de resolución de conflictos: España iba a rechazar cualquier intento de diálogo", recuerda un observador.

Mirando a diciembre

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Las fuentes consultadas por este periódico han coincidido en resaltar que los intentos de abrir cauces de negociaciones se encuentran, de momento, paralizados. Al parecer, todos los actores tienen la vista puesta en el escenario que podría abrirse -o no- tras las próximas elecciones generales, previstas para diciembre de este mismo año. "Está todo el mundo esperando a ver qué pasa en las elecciones de diciembre, para determinar si hay otras mayorías que permitan abordar esta situación de una manera u otra", comentaron. Si el PP perdiese en las urnas, podrían nacer nuevas oportunidades de diálogo. “O al menos se intentaría”, señalaron.

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