Este artículo se publicó hace 17 años.
ETA revienta la fiesta del reencuentro socialista
González y Guerra acudieron al acto conmemorativo de 1982, pero se canceló
Hubo foto, pero no hubo descorche. En su lugar, un minuto de silencio y duelo, con el broche de un aplauso de solidaridad con la Guardia Civil.
ETA reventó la fiesta socialista del reencuentro propiciado por José Luis Rodríguez Zapatero entre Felipe González y Alfonso Guerra y del encuentro entre los socialistas del Antiguo y del Nuevo Testamento.
Veinticinco años después de la toma de posesión de González como primer presidente socialista de la etapa democrática, todos se habían dado cita en el hotel Palace, donde se celebró la victoria de 1982. Estuvieron todos, menos el presidente del Gobierno, que canceló su presencia tras conocer el atentado de ETA.
La mezcla de alegría y nostalgia -"¡qué jóvenes éramos entonces!"- por el reencuentro, tuvo que hacer hueco a la rabia contenida.
No cantó Pasión Vega y quedaron vacías sobre el escenario las tres sillas que debían ocupar Zapatero, González y, como presentadora, Carmen Alborch. Sólo habló Chaves, presidente del PSOE: "Nadie, nunca, conseguirá nada con la violencia, y nunca cejaremos de perseguir a los terroristas, hasta su derrota definitiva".
La conmoción que siempre buscan los terroristas -algunos opinaban que no debió suspenderse el acto- difuminó imágenes tan cargadas de contenido como la charla amigable entre Guerra y Joaquín Almunia, antaño enemigos irreconciliables. El tiempo todo lo cura, menos la muerte. D
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