Este artículo se publicó hace 2 años.
Geopolítica de la energía
Sara Serrano
Madrid-
La subalternidad de la Unión Europea a los intereses norteamericanos en la guerra de Ucrania está teniendo importantes costes para los europeos en términos económicos y políticos. La pérdida de poder adquisitivo, el encarecimiento de la energía, la devaluación del euro, la pérdida de puestos de trabajo, los recortes… dibujan un horizonte de inestabilidad política y de devaluación democrática que supone un caldo de cultivo perfecto para el ascenso de la extrema derecha.
Esto no abrirá telediarios, pero, según ha informado el Ministerio para la Transición Ecológica, los precios de la electricidad alcanzarán hoy máximos en toda Europa. El megawatio/hora alcanzará en Italia los 540 euros, en Francia los 589, en Alemania los 332 y en España y Portugal los 147 euros.
Aunque parte de los costes de ajuste los asume el consumidor, tal y como contó Alejandro Tena en Público, los hogares han pagado 443 millones de euros para compensar a las eléctricas por el tope del gas. Pero no sólo suben los precios de la electricidad. Los precios del gas también están descontrolados y se mantienen por encima de los 159 euros/mwh. Esto se debe al cierre del Nord Stream, la principal vía de entrada de gas ruso a Europa, que cerró el 11 de julio por obras de mantenimiento.
En el último mes Rusia ya había reducido el envío de gas a Europa en un 40%. Moscú ha atribuido esta disminución en el suministro a la dificultad que tienen para obtener piezas de reemplazo debido a las sanciones económicas. Además Bruselas ha anunciado hoy que prevé racionamientos y una reducción obligatoria del 15% en el consumo del gas si se reducen las importaciones de gas ruso. Y en cuanto al combustible, el precio del barril de petróleo ha vuelto a situarse por encima del umbral de los 100 dólares. En concreto ha alcanzado hoy los 107 dólares.
Básicamente no existe una estrategia europea común y está operando una suerte de 'sálvese quien pueda' entre los países miembros. El presidente francés, Emmanuel Macron, acogió este lunes en París a su homólogo de Emiratos Árabes Unidos, para conversar especialmente sobre el abastecimiento de combustible, en plena alza de precios. En las reuniones también estuvo presente la petrolera franco-belga Total Fina Elf.
Por su parte, Mario Draghi, llegó ayer a Argel por todo lo alto, con una comitiva de cinco ministros. Y tiene razones para ello, Italia importa el 90% del gas que consume y hasta la invasión de Ucrania, el 40% procedía de Rusia. Desde entonces Argelia ha reemplazado a Rusia como principal proveedor de gas de Italia. Y con el nuevo acuerdo, la empresa de hidrocarburos argelina se ha comprometido a garantizar cuatro mil millones de metros cúbicos adicionales. Esto viene a ser un 40% de lo que puede transportar en un año el gasoducto Medgaz (Argelia-Almería).
Recordemos que Argelia rompió sus relaciones diplomáticas con España tras la decisión de Sánchez de apoyar a Marruecos en su plan de autonomía para el Sáhara. Bueno, pues aprovechando este enfriamiento de las relaciones con España, Mario Draghi ha realizado cuatro visitas de Estado a Argelia en los últimos nueve meses.
Hay una anécdota que cuenta Enric Juliana en La Vanguardia, que creo que es bastante representativa de como Italia está cuidando todos los detalles a la hora de acercar posiciones con Argelia. Eni, la compañía estatal de hidrocarburos, ha publicado recientemente en francés (y también en árabe) una biografía de su antiguo presidente, Enrico Mattei. Pues bien, Mattei apoyó activamente la independencia de Argelia y murió en un "accidente de avión" que fue considerado un atentado terrorista. Algunas teorías señalaron a organizaciones terroristas de extrema derecha francesas como responsables y otras a las grandes petroleras norteamericanas, molestas por los tratos comerciales de Eni con la URSS.
España no tiene muchas otras opciones para suplir los suministros energéticos argelinos. Una posible opción podría ser Qatar. Pedro Sánchez ya se reunió con su homólogo catarí el pasado mes de mayo. En ese encuentro se buscaba impulsar una nueva asociación energética con el que es uno de los grandes suministradores de gas de nuestro país.
Para tratar de suplir esa fuente de suministros, ahora Alemania ha anunciado su plan de reactivar las centrales de carbón. El Bundestag ha aprobado una ley para garantizar el suministro energético y reducir la dependencia del gas ruso. En caso de emergencia, si la cantidad de suministros de gas no es suficiente, habrá que acudir al petróleo y al carbón para producir electricidad. De esta forma, Alemania deja a un lado los compromisos adquiridos de descarbonización.
Tanto es así que la Unión Europea ya ha anunciado que dará consideración de energías verdes a la energía nuclear y al gas. Además, relajará el control de las emisiones para compensar la falta de gas ruso con otras fuentes de energía más contaminantes. Y Bruselas considera también imprescindible recuperar la producción con carbón e incluso incentivarla con subvenciones públicas.
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