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El Gobierno de coalición El PSOE, abocado a convivir con Unidas Podemos en los próximos años tras el derrumbe de Ciudadanos

Sánchez asume públicamente que "el entendimiento en la izquierda es posible, necesario y fundamental".

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, seguido por la vicepresidenta tercera y ministra de Trabajo, Yolanda Diaz, salen para posar en la foto de familia del nuevo Ejecutivo, tras los cambios por la salida de Pablo Iglesias. E.P./Eduardo Parra
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, seguido por la vicepresidenta tercera y ministra de Trabajo, Yolanda Diaz, salen para posar en la foto de familia del nuevo Ejecutivo, tras los cambios por la salida de Pablo Iglesias. Eduardo Parra / EUROPA PRESS

Fue la tesis que siempre mantuvo Pablo Iglesias. Si en España sigue habiendo un Gobierno de izquierda en los próximos años pasa, obligatoriamente, porque PSOE y Unidas Podemos sumen fuerzas, más allá de que luego necesiten el apoyo de otras fuerzas de izquierda independentistas.

Y Sánchez lo dijo alto y claro en la clausura el 43º Congreso Federal de la UGT, donde hizo uno de los discursos más de izquierda que se le recuerdan: "Si algo estamos demostrando este año largo de pandemia, como un mensaje político a aquellos ciudadanos que creen en la izquierda, en las fuerzas progresistas, es que el entendimiento entre los de izquierda es posible, es necesario y es fundamental".

Nadie duda que el resultado de las elecciones de Madrid ha abierto otra perspectiva y otro reconocimiento de la situación política, y tanto el PSOE como Pedro Sánchez dan por hecho que el comodín de Ciudadanos ya no les vale para el futuro.

Se podría decir que el PSOE asume ahora que necesitará a Unidas Podemos para poder gobernar y, aunque quedan 31 meses para las elecciones según el presidente del Gobierno, todo apunta que esa variable no va a cambiar en el futuro.

Ambas fuerzas no se contemplan ya con la animadversión con la que se conformó el Gobierno

Además, tanto el Gobierno como el PSOE se empieza a sentir más a gusto con el partido morado como socio. No sólo por la marcha de Pablo Iglesias, aunque se admite que el liderazgo de Yolanda Díaz hace más fácil la convivencia, sino porque los engranajes internos empiezan a funcionar mejor, se reconoce que ha habido cesiones políticas e ideológicas por las dos partes, y ya, desde ambas partes, no se contemplan con la animadversión con la que se conformó el Gobierno.

Un dirigente del Gobierno comentó a Público que a Unidas Podemos le ha costado su tiempo pero empieza a entender la institucionalidad y la gobernabilidad, sin que por ello renuncie a sus planteamientos.

No obstante, todavía no es todo una balsa de aceite, hay diferencias profundas en la acción política y en temas cruciales como la inmigración, el rey o en temas de igualdad. Pero ambas partes han aprendido a convivir con las discrepancias.
De hecho, en el Gobierno no sólo se da por seguro que la coalición va a mantenerse hasta la convocatoria electoral, sino que todo apunta a que si la aritmética parlamentaria vuelve a dar, se reeditará posteriormente.

No obstante, en el PSOE sigue habiendo quejas de que Unidas Podemos intente desgastar al propio Gobierno del que forma parte y, sobre todo, al PSOE. "Se confunden", dice un destacado dirigente de La Moncloa, "porque debilitan al Gobierno y a la izquierda en general. Nosotros somos los primeros interesados en que Unidas Podemos, como mínimo, se mantenga, y que su representación pueda ser determinante".

El vaticinio de Iglesias

Y es que el hecho de que el PSOE y Unidas Podemos se van a necesitar en los próximos años para formar gobierno y para que la izquierda siga teniendo una mayoría siempre ha sido el análisis de la formación morada. Ya en 2016, a las puertas de las elecciones que se celebraron en junio, Pablo Iglesias rechazó la idea del ansiado sorpasso y enunció que las dos formaciones estaban condenadas a entenderse si la izquierda quería gobernar en España.

Aunque el Ejecutivo de coalición no llegó hasta tres años y medio después de esas palabras, la posición de la formación morada no ha cambiado. De hecho, en el partido han trabajado en este año y medio de legislatura para que el escenario de la gobernabilidad pase necesariamente por un entendimiento entre el PSOE y Unidas Podemos, por un lado, y entre el Gobierno y el denominado bloque de la investidura (que lo sostiene en el Congreso), por otro.

En el partido siempre han defendido que la época de las mayorías absolutas se terminó en 2015, y que el escenario bipartidista dio lugar a un escenario multipartidista que hace necesarios los gobiernos de coalición. El cambio, defienden desde Unidas Podemos, es que la aritmética que se prevé en un futuro va a cambiar sustancialmente debido al proceso de desaparición a marchas forzadas de Ciudadanos.

"Sánchez siempre quiso tener todas las opciones abiertas y, además, su preferencia era la de gobernar con Ciudadanos porque sabía que con nosotros los acuerdos son ley y se cumplen", afirman desde el partido.

En este sentido, defienden que tanto en la primera ola de la pandemia del coronavirus como en la aprobación de los Presupuestos el PSOE quiso poner en marcha "una operación para salvar" a los de Inés Arrimadas. "Esta operación ha salido mal, y el intento de gobernar con ellos en Murcia a través de la moción de censura fallida ha terminado de dinamitar esa estrategia. Ciudadanos se ha quedado por el camino y Sánchez lo sabe", explican.

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