MADRID.- Sin ni siquiera mentarle. Así, con total indiferencia, ha respondido el Gobierno a las críticas de José María Aznar, que les ha afeado que la deuda pública de España supere el 100% del PIB.

El expresidente advirtió a su sucesor de que corre el riesgo de adentrarse "en una espiral de problemas" y le recomendó, desde el Foro Anual de Economistas que inauguró el propio Cristóbal Montoro, que no relaje la corrección del déficit. "Es un grave error", opinó Aznar.

Desde la tribuna de Moncloa, Soraya Sáenz de Santamaría no quiso entrar al trapo. No de forma directa al menos, ya que no llegó a pronunciar el nombre de Aznar, ni siquiera cuando fue preguntada sobre si él participará en la campaña del 26-J: "Eso no es competencia del Gobierno, sino del equipo de campaña", se limitó a responder.

Santamaría no quiso entrar al trapo. No de forma directa al menos, ya que no llegó a pronunciar el nombre de Aznar, ni siquiera cuando fue preguntada sobre si él participará en la campaña del 26-J: "Eso no es competencia del Gobierno"

Lo que sí hizo fue enumerar el argumentario de campaña con el que todos los dirigentes del PP mitinean cada vez que tienen ocasión. Así, la vicepresidenta del Ejecutivo en funciones presumió de haber reducido el déficit "del 9,3 (en 2011) al 5 (en 2015), a pesar de que hubo dos años en recesión", así como de haber logrado "un crecimiento al 3, 2% y 575.000 trabajadores más cotizando a la Seguridad Social". "La prensa internacional pone hoy en valor nuestras reformas", agregó, además, sin llegar a citar ninguna cabecera.

Del mismo modo, reprochó a Bruselas no haber hecho bien las cuentas de cara a futuro (la UE exige una senda de reducción del déficit del 3, 7 en 2016 y del 2, 5 en 2017 mientras que España prevé el 3, 6 y el 2, 9, respectivamente, según sus datos), así como a sus críticos, que pretendan "descafeinar el, presente" para "dar más importancia al futuro".

En este sentido, la número dos de Mariano Rajoy afirmó haber reducido la deuda en 2015 en "8.000 millones netos" (justo la cifra de ajuste que exige Europa para este año) y volvió a incidir en la buena gestión del PP. "Sabemos lo que es reducir el déficit en recesión y en crecimiento", presumió.

De otro lado, Sáenz de Santamaría rechazó la propuesta socialista de crear un impuesto especial para poder garantizar las pensiones y ni siquiera admitió la "preocupación" al respecto que sí reconoció ayer el propio Rajoy. Es más, la vicepresidenta siguió con su discurso económico ("Hemos incrementado el gasto en prestaciones en 16 millones", "Se han reforzado las transferencias del Estado a la Seguridad Social en 5.000 millones", etc.) para argumentar que el mejor modo de garantizar las pensiones es crear empleo.

"Hemos pasado de destruir tres empleos por cada pensión nueva que entraba en 2011 en el sistema a crear cinco por cada una", aseveró. "Ni la congelación de las pensiones del PSOE ni cualquier otra medida habría evitado un descalabro sino se hubiera revertido la tendencia del empleo", continuó, recordando que el objetivo "si el Gobierno vuelve a ser del PP", es llegar a 20 millones de trabajadores en 2010. "Por eso el modelo socialista de aumentar los impuestos -que también comparte Podemos, dijo- no sirve porque puede dañar la creación de empleo y eso, a su vez, repercutirá en las pensiones", concluyó.