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"Los gobiernos de la UE son quienes han impuesto el secretismo en el tratado con EEUU"

Helmut Scholz, el eurodiputado de la Izquierda Unitaria Europea con más información sobre el acuerdo con Washington advierte del riesgo de que Bruselas apruebe un tratado base, un "acuerdo vivo" en el que no se acoten los límites de la alianza.

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Helmut Scholz, en una imagen de su página web (www.helmutscholz.eu)

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MADRID.- Un tratado por y para las empresas: así lo definen los más críticos con el acuerdo de libre comercio que Bruselas y Washington negocian con sigilo, con el beneplácito de las grandes multinacionales. Las mismas que han estado presentes en el 92% de reuniones sobre el tratado que ha mantenido la Comisión Europea, las que durante años han presionado para impulsar este acuerdo.

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Scholz: "Sólo podemos dar nuestras impresiones, presionar a la Comisión para ir hacia un lado o hacia otro"

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El grupo parlamentario al que pertenecen fuerzas como Syriza, Podemos o Izquierda Unida es probablemente el más crítico con el oscurantismo que envuelve al TTIP (Transatlantic Trade And Investment Partnership, por sus siglas en inglés), aunque las quejas sobre la opacidad de las negociaciones continúan propagándose incluso entre socialdemócratas, liberales o conservadores, los impulsores del acuerdo en la Eurocámara. "El Parlamento está intentando participar, facilitar el entendimiento entre la Comisión y los ciudadanos", razona Scholz, recordando que la cámara sólo puede aprobar o rechazar el texto final, no intervenir en las negociaciones, en manos de la Comisión. "Sólo podemos dar nuestras impresiones, presionar a la Comisión para ir hacia un lado o hacia otro", lamenta, antes de reconocer lo que es un secreto a voces: "Hay que mejorar la transparencia".

"Únicamente las presiones de la ciudadanía y del Parlamento han permitido que tengamos alguna idea sobre lo que pasa", reconoce

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El riesgo del "tratado vivo"

Primero fue 2014, luego 2015, y hoy no está clara la fecha límite de la Comisión para dejar listo para su ratificación el tratado-otro proceso que también podría llevar meses, incluso años-. "Merkel ha dicho que está de acuerdo con Obama en que deben cerrar las negociaciones cuanto antes", recuerda Scholz. "Uno de los peligros podría ser que se impulsara un primer acuerdo político cerrado y se dejaran los asuntos concretos para negociaciones futuras. Eso supondría un problema. Los ciudadanos deben insistir en que todos los contenidos queden claros antes de cerrarse las negociaciones, y no dejar que se introduzca un acuerdo vivo que siga mutando", advierte.

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