Los grupos de ERC en Congreso y Senado se conjuraron para protegerse de las tensiones internas del partido
Diputados y técnicos de los grupos de los republicanos en ambas Cámaras se reunieron en los días posteriores a las elecciones catalanas del 12 de mayo para blindar su trabajo parlamentario en unos tiempos difíciles para la formación.
Madrid-
El mes de mayo de 2024 fue complicado para Esquerra Republicana de Catalunya (ERC). Las elecciones catalanas del día 12 de les dieron 20 escaños ―13 menos que en 2021― y enseguida se percibió que el partido se encaminaba a un tiempo de gran debate interno. El día 13, Pere Aragonès, todavía presidente en funciones, abandonó todos sus cargos. Entre los días 15 y 16, Oriol Junqueras anunció que se apartaba de la presidencia de la formación y que volvería a presentarse para recuperar el puesto en el congreso previsto para noviembre.
Los resultados en las elecciones fueron malos, pero dieron a ERC la llave para decidir sobre el futuro Govern. Desde el primer momento, Junts per Catalunya y el Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) trataron de seducir a los republicanos, pero la realidad es que solo a Salvador Illa, candidato socialista, le dan los números.
El 17 de mayo, la formación que, tras la marcha de Junqueras, dirige su secretaria general, Marta Rovira, desde Ginebra informó de que sería la militancia la que decidiría el papel de ERC en la investidura.
En ese contexto, según ha podido saber Público, se produjeron en Madrid dos reuniones de los grupos de Esquerra en Congreso de los Diputados y Senado para proteger tanto el trabajo parlamentario de ambos en Madrid como la propia relación entre los diputados y senadores del ruido que ya se estaba empezando a generar alrededor de la formación y también de las tensiones internas.
Los promotores de los encuentros, que se produjeron en el tiempo que transcurrió entre las elecciones catalanas y las europeas, fueron Gabriel Rufián y Teresa Jordà, portavoces de ERC en la Cámara Baja, además de Sara Bailac, portavoz, en su caso, en el Senado. La consigna fue clara: en el contexto de debate y de posible cambio de liderazgos en el que se encuentra el partido, todo el mundo ―diputados y senadores― tiene libertad absoluta, como no podría ser de otra manera, de posicionarse como considere oportuno, pero eso no deberá afectar al desempeño parlamentario. "La prioridad es ser útiles aquí". Ese fue el leitmotiv de las reuniones, según las fuentes consultadas.
Los líderes de los dos grupos parlamentarios trabajaron, por tanto, para evitar que las desavenencias que pudieran surgir entre los diputados y senadores ―naturales en un grupo en el que confluyen corrientes y trayectorias muy distintas― en el debate interno del partido, con epicentro en Catalunya, no contaminara en ningún caso el día a día en el Congreso y en el Senado.
El grupo se mantiene cohesionado
Las fuentes consultadas de Esquerra Republicana explican que la respuesta por parte de todos los parlamentarios ha sido muy positiva y que el grupo se mantiene cohesionado. Eso no es trivial habida cuenta de que algunos de ellos ―sin ir más lejos, la propia Teresa Jordà― firmaron el famoso manifiesto para renovar la cúpula del partido, mientras que otros no lo hicieron.
Además, las fuentes consultadas destacan las muchas iniciativas que han promovido en las últimas semanas como prueba de que en el grupo se trabaja con normalidad, a pesar de las turbulencias de la etapa en la que se encuentra la formación. Sin ir más lejos, el pasado 26 de junio, el Congreso aprobó una proposición no de ley (PNL) registrada por parte de Esquerra para que se reconozca a la rumba catalana como patrimonio universal de la Unesco.
Entre otras, ERC también ha registrado en Congreso y Senado iniciativas para proteger el catalán en Illes Balears; para reclamar al Gobierno transparencia en la compraventa de armas y el embargo armamentístico a Israel; para que se conozcan las cuentas de la Casa Real o para garantizar la inclusión financiera del mundo rural.
Todo ello, al tiempo que el partido encajaba un nuevo golpe. El Diari Ara desveló una supuesta estructura dentro de ERC, a la que han denominado 'la B', que habría estado detrás, entre otras cosas, de los carteles denigrantes para las personas con alzhéimer que aparecieron colgados en las calles durante la campaña de las elecciones municipales del 28 de mayo, en los que aparecía el candidato de Esquerra, Ernest Maragall, junto con su hermano, el expresident de la Generalitat Pascual Maragall, que padece esa enfermedad. Se habría tratado de una especie de ataque de falsa bandera del que se ha desvinculado la dirección del partido, que ha abierto una investigación dentro de la propia formación para esclarecer el asunto. En cualquier caso, ningún diputado o senador se ha visto salpicado.
Por el momento, el caso ya se ha cobrado una dimisión, la del hasta ahora viceconseller del Govern Sergi Sabrià, que, en cualquier caso, defiende su inocencia. En paralelo, sigue adelante la negociación que podría desembocar, el 26 de agosto, con la investidura de Salvador Illa. Marta Rovira ha puesto al PSC el mes de julio como límite para que presente una propuesta de preacuerdo. El verano será largo.
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