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Homenaje de Estado El homenaje a las víctimas de la covid: una ceremonia civil sin precedentes, con el foco puesto en el rey

Felipe VI y los máximos representantes de los tres poderes, así como mandatarios de la UE y presidentes autonómicos participan este jueves en el acto de Estado tras la pandemia. Será una ceremonia breve y cargada de simbolismo. La Iglesia montó su propio funeral hace 10 días, y el PP lo utilizó para criticar al Ejecutivo.

El rey Felipe VI, la reina Letizia, la princesa Leonor y la infanta Sofía a su llegada a la misa funeral celebrada el 10 de julio en la catedral de la Almudena, en Madrid, por todos los fallecidos a causa de la pandemia de coronavirus. EFE/ JuanJo Martín
El rey Felipe VI, la reina Letizia, la princesa Leonor y la infanta Sofía a su llegada a la misa funeral celebrada el 10 de julio en la catedral de la Almudena, en Madrid, por todos los fallecidos a causa de la pandemia de coronavirus. EFE/ JuanJo Martín

Alejandro López de miguel / manuel sánchez

No es un funeral laico, sino un acto civil sin precedentes: la ceremonia de Estado de este jueves servirá para homenajear a las más de 28-000 víctimas mortales de la pandemia del coronavirus y a sus familiares. Pero, además, el acto también rendirá reconocimiento a las personas que, durante la etapa más dura de la pandemia, en pleno estado de alarma, siguieron trabajando mientras la mayoría de españoles permanecían confinados. Es decir, sanitarios, fuerzas y cuerpos de seguridad, transportistas, cajeros de supermercado. El objetivo del Gobierno es reconocer el esfuerzo de todos ellos durante los meses de incertidumbre y crisis debido a la pandemia mundial.

En la Plaza de la Armería del Palacio Real, en Madrid -un lugar ya simbólico de por sí-, el jefe del Estado, Felipe VI, el Gobierno y los máximos representantes de los poderes Legislativo y Judicial, los más altos mandatarios de las instituciones de la UE, y los presidentes autonómicos, participarán en un acto de algo más de media hora, bajo un fuerte dispositivo de seguridad, y que tiene lugar al aire libre para poder congregar al mayor número de asistentes posible.

La Vicepresidencia Primera, en manos de Carmen Calvo, ha corrido con la organización de este homenaje sin precedentes -desde la Vicepresidencia destacan que han tenido que partir de cero-, para el que se han cursado más de 500 invitaciones. También están llamados a participar representantes de la sociedad civil y de todas las confesiones religiosas, si bien sólo tres personas tomarán la palabra.

El último en pronunciar su discurso será el rey, y su intervención llegará en un momento en el que la Casa Real guarda silencio ante la reiterada publicación de informaciones sobre las actividades de Juan Carlos de Borbón, monarca emérito, mientras desde el Gobierno le sugieren que tome más medidas para desmarcarse de su padre. Todo el foco estará puesto en sus palabras, aunque no sea el momento más adecuado para pronunciarse sobre este tema.

Además del rey, intervendrán el familiar de un fallecido y una enfermera

Además, intervendrán el hermano de un periodista fallecido por el coronavirus -el Ejecutivo no ha querido confirmar su nombre-, y una enfermera del hospital Vall d'Hebron de Barcelona. Madrid y Barcelona, como ciudades más pobladas, han sufrido particularmente el impacto de la pandemia, y el hecho de que una sanitaria tome la palabra es una suerte de reconocimiento a un sector desde el que se han dejado la vida por frenar el avance de la pandemia, literalmente.

No hay agendadas más intervenciones, si bien desde la Secretaría de Estado de Comunicación han habilitado un punto específico para que las autoridades que asistan puedan realizar declaraciones ante los medios de comunicación, también cuidadosamente dispuestos en distintas ubicaciones.

Los asientos se han distribuido en anillos concéntricos, en torno a un pebetero, quedando los más próximos al centro reservados para el Gobierno y el resto de autoridades, y el resto de butacas -la mayoría- disponibles para familiares de víctimas y representantes de la sociedad civil, incluidos sindicatos y empresarios.

De hecho, desde el Gobierno desean que la política quede completamente en segundo plano en esta jornada, si bien hay hechos que destacar a este respecto. El primero es que el partido ultraderechista Vox ha rechazado asistir a este acto.

El segundo, que el miércoles los mandatarios de la UE mantuvieron una cena de trabajo con Sánchez en La Moncloa, a apenas dos días del arranque de la cumbre en la que los 27 podrían decidir el reparto de los fondos europeos de reconstrucción. El jefe del Ejecutivo ha intensificado esta semana su gira de contactos para tejer alianzas, y todas las complicidades en este punto, ante una negociación que se antoja muy ardua, son más que necesarias.

Un acto de Estado, no de Gobierno

Desde el Ejecutivo enfatizan que este evento no es, en modo alguno, un acto del Gobierno, sino una ceremonia de Estado, y por ello la representación debe ser nutrida, y de primer nivel. El rey acudirá acompañado por la reina Letizia, la princesa de Asturias, Leonor, y la infanta Sofía.

Se espera que también esté presente el alcalde de la capital, José Luís Martínez Almeida, y el presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), Abel Caballero, en representación del resto de ciudades y pueblos. A ellos se unirán todos los expresidentes del Gobierno, salvo Felipe González, embajadores de decenas de países, y las máximas autoridades de la UE.

Se trata de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, el presidente del Consejo, Charles Michel, y del Parlamento, David Sassoli, así como el Alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell. A ellos se unirán también el director general de la OMS, Tedros Adhanom, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, y el secretario general de la OMT, Zurab Pololikashvili. 

El funeral en la Almudena, elemento para la trifulca política

El homenaje de Estado llega exactamente diez días después de que la Iglesia Católica organizara su propio homenaje, en su caso en la catedral de la Almudena. A diferencia del acto de Estado, en el que estarán representadas todas las confesiones y es de naturaleza civil, esta misa fue organizada por la Iglesia, si bien contó con la presencia del rey.

De hecho, y pese a que Sánchez envió a su número dos, el PP criticó que el Ejecutivo 'únicamente' se viera representado por la vicepresidenta priemra del Gobierno, Carmen Calvo.

Sin ir más lejos, el alcalde de Madrid afeó al presidente su ausencia a través de su perfil en Twitter: "Como alcalde de Madrid le hubiera agradecido su presencia en el funeral por las víctimas del COVID. Su memoria nos debe impulsar a todos para hacer una sociedad mejor", escribió Almeida. Otras voces del PP tampoco dejaron pasar la oportunidad de criticar al Gobierno.

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