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"Es un incidente grave que afecta a la figura del rey"

Secretaria de Estado para Iberoamérica.

ANA PARDO DE VERA

Ayer, Trinidad JiménezTrinidad Jiménez se convirtió en la mujer española más demandada por los medios de comunicación: todos querían conocer su punto de vista -como secretaria de Estado para Iberoamérica, pero también como una de las personas más cercanas al presidente Zapatero- sobre el ya famoso '¿Por qué no te callas?' que le espetó el rey al presidente Chávez. La secretaria de Estado para Iberoamérica insiste en que fue 'un gesto espontáneo' del monarca que respondía a una escalada verbal creciente, pero estos días no se habla de otra cosa y ella lo asume. 

¿Esperaba el Gobierno esta reacción del rey?

No fue un hecho aislado. En la clausura de la Cumbre asistimos a intervenciones de presidentes que causaron malestar a la delegación española. No estaba previsto que la situación fuera más allá de la expresión de rechazo de Zapatero por las declaraciones de Chávez, pero no creíamos que éste interrumpiría al presidente y que esto provocaría un gesto espontáneo del rey, pidiéndole a Chávez que dejara hablar a Zapatero. Ha tenido mucha trascendencia, pero no deja de ser un incidente momentáneo que espero que podamos lograr mantener en ese nivel.

¿Cómo se pactó la salida del rey mientras hablaba el presidente de Nicaragua?

A lo largo de esa jornada de malestar para la delegación española, en algún momento, tanto el rey como el presidente dijeron: 'Esto es intolerable, nos dan ganas de salirnos'. Fue un comentario informal, pero tuvieron claro que, si alguien tenía que levantarse, era el rey, para que el presidente siguiera defendiendo la posición española y manteniendo la presencia institucional en la Cumbre por respeto al resto de mandatarios.

¿Qué opina de las últimas declaraciones de Chávez?

Son producto del desconocimiento de Chávez de nuestro sistema constitucional. Tenemos una monarquía parlamentaria y el rey es jefe de Estado, pero no tiene las mismas competencias que otros jefes de Estado. Representa a España en sus relaciones exteriores y tiene un papel arbitral y moderador como la más alta institución del Estado, pero ni adopta iniciativas ni toma decisiones.

¿Cómo va el Gobierno a poner fin a esta polémica sin que la relación con Venezuela se vea afectada?

Un Gobierno responsable, ante un incidente así, aunque sea grave, tiene la responsabilidad de minimizar las consecuencias negativas que pueda acarrear para las relaciones bilaterales y multilaterales. Y eso estamos haciendo: intentar que el incidente se quede en incidente, aunque sea grave y lo lamentemos porque afecta a la figura del rey. Deseamos que acabe la escalada verbal de descalificaciones y poder restablecer un clima de normalidad donde cada uno pueda expresar su posición con respeto hacia el otro.

Sin embargo, parece que la acción del monarca ha sido mayoritariamente apoyada por la ciudadanía.

Entiendo la reacción de la gente en la calle, de solidaridad y cariño, como yo también la tengo como ciudadana. Pero mi papel es de representación del Gobierno y defensa de los intereses de España y, más allá de esa reacción como ciudadana, también tengo que tener un papel de equilibrio para restablecer un clima de diálogo con Venezuela.

¿Qué opina de la reacción del PP?

a situación del PP es incomprensible. Cuando se habla de política internacional, se habla de política de Estado. Cuando el presidente Zapatero habla, se convierte en presidente de todos los españoles. El PP ha caído en la actitud con menos sentido de Estado, golpeando a todo lo que se mueve y sin pensar en las consecuencias que eso puede tener en el exterior. Es incomprensible e inadmisible que un partido que aspira a gobernar el país carezca del más mínimo sentido de Estado y sea incapaz de reconocer que cuando se produce el incidente, es porque el presidente Zapatero está defendiendo al ex presidente Aznar. Le pediría al PP que deje de utilizar la política exterior como elemento de agitación y propaganda; que actúen con responsabilidad y tengan en cuenta que la obligación de cualquier Gobierno es, por un lado, hacer respetar la posición de nuestro país y de nuestras más altas instituciones y, por otro, defender nuestros intereses como país.

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