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SARA SERRANO - LA BASE DE DATOS

Inconsistencias comunicativas del Gobierno y el CNI

Sara Serrano en La Base
Sara Serrano en La Base.

Hoy quiero empezar haciendo un repaso de las inconsistencias comunicativas del Gobierno y el CNI respecto al caso Pegasus. Desde que The New Yorker lo hizo público el pasado 19 de abril las explicaciones que se han dado desde el ala socialista del Gobierno no han estado exentas de contradicciones.

Al principio negaron el espionaje, alegando que no se puede espiar a nadie sin autorización judicial y que el Gobierno cumple estrictamente la legalidad. Bueno, pues menos de 24 horas después de negar el espionaje, Robles lo justificó en sesión de control del Congreso y poco después de esto, la ex directora del CNI, Paz Esteban, reconoció a puerta cerrada en la Comisión de gastos reservados del Congreso, que sí, que el CNI espió a 18 personas vinculadas al independentismo con autorización judicial. Entre los espiados se encontraba el actual president de la Generalitat, Pere Aragonès. 

Sobre el espionaje a Aragonés también ha habido contradicciones en las líneas comunicativas de Defensa y Moncloa. Mientras que Moncloa se ha desvinculado de la orden de espiar al vicepresidente de la Generalitat, (que recordemos se produjo cuando estaba negociando la investidura de Sánchez), Robles ha justificado su vigilancia.

De hecho, el caso Pegasus abrió una crisis dentro del PSOE a la hora de depurar responsabilidades. El ministro de la presidencia, Félix Bolaños, y la ministra de Defensa, Margarita Robles, protagonizaron un intercambio de acusaciones sobre a quién correspondía asumir culpas. Bolaños, la mano derecha de Sánchez, aseguró que se enteraron del espionaje a Robles y Sánchez hace apenas una semana.

La ministra de Defensa, Margarita Robles, y el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, esta pasada semana en el Congreso de los Diputados.
La ministra de Defensa, Margarita Robles, y el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, en el Congreso de los Diputados. Juan Carlos Hidalgo/JJ.Guillén / EFE

Mientras tanto, la filtración que hizo Defensa a sus medios afines iba en una dirección completamente distinta: según un informe del CNI el Ejecutivo conocía el espionaje desde hace casi un año. Además, Robles llegó a señalar directamente a Félix Bolaños (en tanto que ex Secretario General de la Presidencia), como principal responsable de la seguridad de los teléfonos del presidente del Gobierno y de los ministros.

Mientras Moncloa trataba de proteger al Presidente presentándolo como víctima y trasladaba la responsabilidad al CNI, Robles contraatacaba vía Defensa y el CNI filtrando que Moncloa conocía el espionaje desde hace mucho tiempo y señalaba a Bolaños como responsable.

Finalmente la crisis se ha cerrado, (al menos temporalmente), con el cese de la que fuera directora del CNI, Paz Esteban. Pedro Sánchez ha admitido que la destitución de la ex jefa de los servicios secretos se debe a "un grave fallo en la seguridad de las comunicaciones del Gobierno". 

Completamente opuesta ha sido la reacción de Robles, que ha tratado salvar hasta el último momento la credibilidad del CNI. De hecho, ha llegado a decir que la salida de Esteban no tiene nada que ver con los casos de espionaje a líderes independentistas y la ha enmarcado en un relevo "técnico".

En lugar de Paz Esteban entra Esperanza Casteleiro, hasta ahora secretaria de Estado del Ministerio de Defensa, es decir, número dos de Robles.
Casteleiro (un alto cargo del CNI con casi 40 años de trayectoria en los servicios secretos) ha ocupado puestos de confianza de Robles en el Ministerio de Defensa desde el minuto cero. Primero como directora de gabinete y luego como secretaria de Estado.

Esperanza Casteleiro ingresó en el CESID (precursor del CNI) en 1983, y forma parte de una generación, (junto a Paz Esteban, la directora saliente), que estaba llamada a profesionalizar y desmilitarizar los servicios de inteligencia.
A pesar de que es funcionaria de carrera, Casteleiro es hija del coronel de aviación Antonio Casteleiro Naveiras, un militar que fue condecorado por Franco con la Cruz del Mérito Naval. Esto revela hasta qué punto el reclutamiento de cuadros del CNI continuó siendo endogámico, a pesar de los intentos de renovación.

Fotografía de archivo de Esperanza Casteleiro, nueva directora del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) tras la destitución de Paz Esteban.
Fotografía de archivo de Esperanza Casteleiro, nueva directora del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) tras la destitución de Paz Esteban. Chema Moya / EFE

En 2004 Casteleiro fue nombrada por Pepe Bono Secretaria General del CNI, como número dos del director Alberto Saiz. Este cargo lo ocupó durante casi cuatro años, hasta la dimisión de Saiz, cuando fue sustituida por Elena Sánchez, otra veterana de la agencia que terminó siendo responsable de seguridad del Banco Santander.

Hablando de puertas giratorias, otro ejemplo es el del ex director del CNI, Félix Sanz Roldán, nombrado por Sánchez Galán como asesor de Iberdrola pocos meses después de dejar el cargo. Su sueldo asciende a 240.000 euros. Y los dos, Galán y Sanz, están presuntamente implicados con Villarejo.

Volviendo a Casteleiro, tras su su salida de la Secretaría General del CNI, fue destinada a Cuba. El entonces ministro de exteriores, Ángel Moratinos, le proporcionó un retiro dorado en la embajada de España en la Habana. Tal y como contó The New York Times, la salida de Casteleiro de la isla, se habría producido en el marco de un conflicto entre el espionaje español y las autoridades cubanas. El conflicto estalló cuando descubrieron que los agentes españoles habían grabado reuniones entre un empresario cubano (representante de una empresa propiedad del Gobierno vasco) y cargos del ejecutivo de Fidel Castro.

Otro episodio del paso de Casteleiro por el CNI, que creo interesante recordar, es cuando se reunió en dos ocasiones para almorzar con el ex comisario Villarejo. Por estos hechos, Casteleiro tuvo que declarar en un juicio celebrado el 15 de enero de 2021. Villarejo estaba siendo juzgado por un delito de injurias contra el exjefe del CNI, Félix Sanz Roldán, al que el excomisario acusaba de haber amenazado a Corina Larsen para proteger al rey emérito. Finalmente Villarejo resultó absuelto.

Y para terminar, un último detalle. Hace sólo unos meses, se supo que la actual jefa del CNI, tuvo atracado durante siete meses su barco particular en la base militar de El Ferrol, dependiente del Ministerio de Defensa.

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