Este artículo se publicó hace 3 años.
El independentismo llega a la mesa de diálogo con el Govern resquebrajado por el órdago de Junts a ERC
Pere Aragonès da un golpe de autoridad rechazando la propuesta de delegación de Junts, que incluía algunos de los presos indultados y se abre una nueva pugna en el Ejecutivo catalán. ERC considera desleal la maniobra de los socios y un torpedo a la línea
Barcelona-
El independentismo catalán hizo del lema sit and talk [sentarse y hablar] una de las principales reivindicaciones de las grandes movilizaciones organizadas por el movimiento Tsunami Democràtic. Paradójicamente, ha sido la denominada mesa de diálogo, negociación y acuerdo establecida entre el Govern de la Generalitat y el Gobierno español la que ha generado más tensión entre los diferentes actores independentistas en una pugna estratégica cada vez más dura.
Llegado el día de la primera reunión de reinicio de los trabajos de la mesa, este miércoles, las diferencias se han agigantado y sitúan al independentismo más dividido que nunca sobre la vía a seguir para conseguir la independencia. A las puertas de la reunión que se celebrará en Barcelona, hay que añadir el estallido de una nueva y virulenta pugna política en el seno del Govern fruto de la maniobra de Junts respecto a la delegación negociadora. La inclusión de expresos indultados de Junts como Jordi Sánchez y Jordi Turull junto a la diputada en el Congreso, Míriam Nogueras, ha provocado el total rechazo del president de la Generalitat, Pere Aragonès, que considera que lo previsto es que solo participen miembros del Ejecutivo catalán. Tampoco podemos olvidar la posición contraria de la CUP, que tiene previstas movilizaciones de protesta este miércoles durante la celebración del diálogo.
La operación de desgaste por parte de Junts, con una clara intención de acoso y derribo a la mesa de diálogo, lleva en marcha desde haces meses. Hay pocos dirigentes del partido que no hayan hecho declaraciones llenas de escepticismo cuando no directamente en contra de la puesta en marcha de la mesa. Desde el mismo líder del partido, el expresident de la Generalitat, Carles Puigdemont, a la presidenta del Parlament, Laura Borràs, o la portavoz de Junts, Elsa Artadi, pasando por numerosos altos cargos de la formación.
La maniobra de Junts contra la mesa
Una estrategia de fuego a discreción que, a pesar de todo, los socios del Govern de Esquerra han ido tolerando. Pero la gota que ha colmado el vaso y provocado un golpe de autoridad del president Aragonès es la propuesta de delegación. Fuentes de los republicanos atribuyen la maniobra a un intento de reventar la mesa de diálogo y por tanto enviar un torpedo a la línea de flotación de una de las apuestas estratégicas de Esquerra que aboga por abrir la interlocución con el Gobierno español para la resolución del conflicto político. La presencia de expresos habría comportado una más que probable suspensión de la reunión de este miércoles por parte del Gobierno español.
El propio Aragonès se ha mostrado molesto por haber conocido los nombres por los medios de comunicación. Fuentes de ERC alertaban con preocupación ya el lunes, después de la confirmación de Pedro Sánchez de su presencia en Barcelona, que Junts podía maniobrar como lo ha hecho. Unas fuentes que aseguran que Junts esperaba que fuera la posible ausencia del presidente del Gobierno español la que dinamitara o rebajara el nivel de la mesa de diálogo. Y que han guardado el órdago de la composición de sus participantes hasta el último minuto, una vez desvanecida la coartada de Sánchez. Una maniobra que los republicanos califican de "profundamente desleal".
Apuesta estratégica de ERC
Para Esquerra la mesa de diálogo es una apuesta estratégica y el único camino que tiene el independentismo para intentar resolver el conflicto político entre Catalunya y el Estado español. Sin olvidar que es uno de sus principales compromisos electorales. El presidente del partido, Oriol Junqueras, ha defendido esta vía a capa y espada de las críticas recibidas: "Estamos totalmente convencidos de que la razón nos asiste y que lo que planteamos es bueno para el país, y quien tenga otra propuesta para conseguir la independencia que la concrete. Pero no nos callarán". También el president Aragonès ha sido claro en su comparecencia de este martes: "La negociación será extremadamente compleja, y sólo la podemos afrontar si desde Catalunya vamos a una, y demostramos nuestro compromiso inequívoco con la lucha contra la represión y a favor de la autodeterminación para alcanzar la independencia. Pero no desaprovecharé esta oportunidad histórica que representa haber sentado a la Moncloa a la mesa de negociación".
Esquerra explicita las dificultades que comporta conseguir sus objetivos que son claramente un referéndum de autodeterminación acordado y una ley de amnistía. Los dirigentes republicanos no esconden la dificultad que el Gobierno español pueda acabar aceptando estos preceptos. Pero fuentes de ERC consideran que el independentismo debe explorar hasta la extenuación esta vía si quiere ganar la batalla de la imagen frente a la comunidad internacional. Unas fuentes que también consideran que para el independentismo ahora mismo "tendría que ser una primera victoria el hecho de sentar en una mesa de negociación al Gobierno español para afrontar un conflicto que hace unos meses ni siquiera reconocían". En palabras del portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, "el PSOE no hace, al PSOE se le obliga".
En esta línea, las fuentes republicanas de la dirección consultadas consideran "un tiro en el propio pie no hacer frente común por parte del independentismo respecto a la mesa de diálogo y debilitar su posición con ataques partidistas entre independentistas". Al respecto, la portavoz de Esquerra, Marta Vilalta, considera que "los cambios de posicionamiento de Junts o las discrepancias internas no pueden desestabilizar los intereses comunes y compartidos del Ejecutivo". Y reclama "lealtad" al president Aragonès. "No intentar explorar al máximo el margen en este proceso de negociación es rendirse, y nosotros no nos queremos rendir", asegura. Vilalta define la reunión del miércoles de la mesa de diálogo como un reinicio de "la negociación histórica entre gobiernos" y afirmó que "servirá para avanzar en la resolución del conflicto político". La portavoz de los republicanos ha defendido que este miércoles "la delegación catalana estará", a pesar de la ausencia de Junts: "Nos jugamos muchísimo, y no queremos dejar pasar esta oportunidad histórica".
Junts carga contra el Gobierno español
Por su parte, Junts considera que ha sido vetado de la mesa de diálogo por parte del Gobierno español. Una muestra, según fuentes del partido de Puigdemont, "de la falta de voluntad real del Gobierno español para la resolución efectiva del conflicto". Los juntistas consideran reforzada su posición contraria a la mesa del diálogo en la fuerza que mostró el independentismo durante la última Diada en que predominaron las muestras de desaprobación. Con este escenario y la competición electoral abierta con Esquerra, Junts ha decidido mantener un nivel de tensión permanente contra la estrategia de los republicanos y forzar la máquina hasta el punto de no rectificar su posición con lo que este miércoles quedarán fuera de la reunión. Si no hay una sorpresa de última hora, la delegación catalana del Govern no tendrá ningún miembro de Junts, ni siquiera el vicepresident Jordi Puigneró, y estará formalizada solo por los republicanos con el president Aragonès al frente junto a la consellera de la Presidència, Laura Vilagrà, y el conseller de Empresa i Treball, Roger Torrent.
El secretario general de Junts, Jordi Sànchez, denuncia el "veto" de la Moncloa, y aseguró que el partido no dejará "ninguna silla vacía" en la mesa: "Hemos sido vetados", asegura, aunque ha sido prudente exculpando de ello a Aragonès para evitar mayores fricciones en el interior del Govern. "Si se nos levanta el veto, Junts participará. Si no, no vamos a modificar los nombres. Hacer eso sería aceptar un chantaje que en nada ayudaría a resolver el conflicto político", expresó Sánchez, durante la rueda de prensa de este martes. El partido mantiene que ha sido "vetado" por el Ejecutivo español porque no está en "condiciones" de abordar la resolución del conflicto a partir de la amnistía y la autodeterminación. Junts subraya que como "socios leales" el partido acepta la decisión de Aragonès de acudir a la cita solo con los consellers de ERC en un intento de evitar la fractura total en el Ejecutivo catalán.
La CUP exige unilateralidad a los dos socios del Govern
Por si la crispación entre Junts y ERC a pesar de ser socios del Govern no es suficiente, la CUP, socio de investidura de Aragonès, también se muestra radicalmente en contra de la mesa de diálogo y exige pasos unilaterales del Govern, a los dos partidos por igual, para la formalización de la independencia. Con lo que la división en el independentismo es ya total al respecto de este tema. Desde la CUP acusan tanto a Junts como a ERC de estar instalados en posiciones puramente retóricas pero sin voluntad real para avanzar hacia la independencia.
La diputada de la CUP, Laia Estrada, considera que el Govern irá "desarmado" a la mesa de diálogo con el Gobierno español y "sin ningún tipo de fuerza", ya que no llegará con "una estrategia acordada de forma masiva que es lo que podría permitir el acuerdo nacional por la amnistía y la autodeterminación". Estrada también ha criticado que la mesa de diálogo Estado-Generalitat, sobre la que no tiene "ninguna confianza", se haya convertido en un "monólogo" porque "en el otro lado no hay nadie dispuesto a dialogar" y se ha "vetado el debate sobre la amnistía y la autodeterminación", que considera son los instrumentos que "realmente puede resolver el conflicto". La CUP ha convocado movilizaciones de protesta este miércoles coincidiendo con la reunión de la mesa de diálogo.
La sangre no llegará al río, ni al Govern
Así las cosas, la mesa de diálogo se pondrá en marcha este miércoles, pero en medio de un campo de minas y con la delegación catalana a medio gas. Está por ver cómo evolucionarán las cosas en posteriores reuniones, pero la primera de esta nueva etapa liderada por un president de Esquerra como Aragonès deja en las bases independentistas un gusto amargo de división. Y de un cierto hastío por el retorno a los crudos y frecuentes enfrentamientos entre los partidos independentistas dentro y fuera del Govern que protagonizaron la legislatura pasada. Un escenario que en principio todos se habían propuesto no reeditar. La mesa de diálogo empieza coja, pero Aragonès conseguirá arrancarla al más alto nivel por parte del Gobierno español.
La factura que tendrá que pagar es un Govern tensionado hasta el límite con consecuencias imprevistas. Aunque todo indica que la sangre no llegará al río y todas las fuentes consultadas por Público, tanto de Esquerra como de Junts, descartan que la pugna de estos días desemboque en una crisis de gobierno con la expulsión o la marcha de los consellers y conselleras de Junts. Un hecho que también indica el punto de tacticismo -o teatralidad, según se mire- que realmente esconden las posiciones aparentemente maximalistas en la confrontación entre los partidos independentistas.
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