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El juego sucio judicial de Manos Limpias

El sindicato se aprovecha de la figura de la acusación popular para mover influencias y ganar repercusión mediática a golpe de querellas. Su líder se ha visto salpicado por una trama de corrupción urbanística de Murcia, donde se entremezclan las comisiones y el cohecho.

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Miguel Bernard, presidente del sindicato Manos Limpias, en una imagen de archivo. EFE

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MADRID.- El sindicato ultra Manos Limpias se ha caracterizado en los últimos años por presentar cientos de denuncias y personarse en los procesos más mediáticos. Sus formas de actuar son “muy incosistentes", según el abogado de Guanyem Jaume Asens, demostrando “muy poca pericia y un sesgo político muy fuerte”.

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Miguel Bernard: "A lo mejor conviene pegarles o meterles un viaje, ¿eh?"

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Ovide: Lo que sí me hace falta es acometer lo otro porque es mucho dinero y lo otro hay que meterlo por la vía penal para que espabile el tío, ¿sabes?
Bernard: Bueno ya hablaré con un despacho de abogados penalistas a ver si ese tema se quieren hacer cargo de él y te pongo en contacto con ellos.
Ovide: Pero tienen que ser los tíos más cabrones de la tierra eh...
Bernard: Sí, si...
Ovide: El tío es un sinvergüenza, tienen que entrar acojonando, ¿sabes?... El documento lo tengo firmado por él, eh?... Es un reconocimiento de comisiones firmado por él, el tema es fácil.
Bernard: Yo voy a hablar, voy a hablar con este despacho, mañana no, a ver si puedo el viernes ¿eh?
Ovide: Mientras te voy preparando yo lo otro que a lo mejor inclusive puede ser que una carta a la vez nos venga bien y a ellos les ponga demasiado nerviosos.
Bernard: Por eso, por eso aún más nerviosos de lo que están.
Ovide: Pues venga...

¿Justicieros del mal?

Miguel Bernard arrastra desde 2007 esta carga, la de las grabaciones de la Guardia Civil en el caso Totana. Le persiguen hasta tal punto que se negó a declarar en la querella interpuesta contra él por Manuel Núñez, uno de los constructores condenados por intento de coacción y estafa.

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Cualquier ciudadano puede ejercer la acusación popular

“Tienen enfoques muy reaccionarios”, comenta el letrado Jaume Asens. “Por ejemplo, en el caso del 15-M pretendían juzgar a todo el movimiento entero”. Esta misma semana, Manos Limpias comparaba a Pablo Iglesias con Hitler, Lenin o Pol Pot en su querella contra él por “liderar una organización criminal”.

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