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El jurado popular declara culpable de 11 asesinatos al celador de Olot

Joan Vila se enfrenta a una pena de 194 años de cárcel, según la petición del fiscal, que le ha acusado de 11 crímenes con alevosía y tres de estos once con ensañamiento.

AGENCIAS

El jurado popular ha declarado por unanimidad culpable al celador de Olot (Girona), Joan Vila, de 11 asesinatos -tres con enseñamiento y alevosía- a ancianos de la residencia La Caritat donde trabajó hasta octubre de 2010.

Según el veredicto del jurado, y tras dos semanas de juicio, Vila cometió los 11 crímenes desde agosto de 2009, sin que haya sido acordada alteración psíquica, aunque sí que se le contempla en todos los casos el atenuante de confesión.

El cuidador del geriátrico confesó los crímenes de los ancianos que estaban bajo su cuidado e intentó, desde su detención en 2010, presentarse como alguien que actuaba por compasión, como si fuera un ángel de la muerte. Fue descubierto en 2010 cuando a su última víctima le detectaron quemaduras en la boca que se atribuyen a la lejía o ácido que el homicida le hizo tragar.

Después de su detención vinieron las confesiones hasta hilvanar una relación de once ancianos asesinados, aunque la defensa sólo acepta tres y alega que el estado de putrefacción de los cuerpos exhumados impide confirmar el resto de casos.

La fiscalía acusa a Joan Vila de 11 asesinatos con alevosía y tres de estos con ensañamiento.

Vila se enfrenta a una pena de 194 años de cárcel, según la petición del fiscal, Enrique Barata, que le ha acusado de 11 asesinatos con alevosía y tres de estos once con ensañamiento, ya que dio productos cáusticos a sus víctimas.

En los otros ocho asesinatos, cometidos seis con una mezcla de barbitúricos y dos con una sobredosis de insulina, sólo se ha contemplado el agravante de alevosía. 

Barata ha reclamado que la sentencia tenga en cuenta 'el artículo 78 del Código Penal' y que se imponga 'toda la pena' a efectos de beneficios carcelarios. 

Las acusaciones particulares han defendido distintas indemnizaciones económicas para sus diferentes representados, mientras que el abogado de La Caritat y el de la compañía de seguros han reivindicado que se apliquen los baremos de accidentes de circulación por entender que son los únicos que reconocen el 'daño moral'. 

El letrado de Joan Vila, Carles Monguilod, ha reclamado que la sentencia sea diferente a la que solicita la fiscalía, 'que consideraba que no había atenuante por confesión en los tres últimos casos, los que incluyen los agravantes de ensañamiento y alevosía'.

Monguilod ha explicado que solicita que la sentencia sea la 'mínima', en función de los hechos que da por probados el veredicto, por lo que oscilaría, aproximadamente, entre los veinte años para los casos que acumulan más agravantes y quince para el resto.

El abogado defensor mantiene abierta la posibilidad de recurrir la sentencia una vez sea conocida.

El abogado defensor ha puntualizado que está 'convencido' de que el jurado ha actuado 'honradamente', aunque mantiene abierta la posibilidad de recurrir la sentencia una vez sea conocida.

El tribunal ha tenido en cuenta para emitir su veredicto de culpabilidad tanto la confesión de Joan Vila, como diferentes testimonios de trabajadores de La Caritat, forenses, informes policiales y vídeos de las cámaras de seguridad del geriátrico.

El jurado popular se ha pronunciado, además, contra la percepción de beneficios penitenciarios por parte del procesado, por ocho votos contra uno, y contra la aplicación de indultos totales o parciales a la pena, por unanimidad.

Vila ha actuado, en todo momento, en función de sus intereses y se ha presentado como una persona sensible, que cuidaba con cariño a los residentes de La Caritat y a quien le resultó imposible percibir que acabar con la vida de terceros, indefensos, resulta del todo injustificable.

'Moralmente, pensaba que estaba actuando correctamente, aunque legalmente no era correcto', fue la declaración de Joan Vila durante el juicio. Además, reiteró que sólo tuvo conciencia de sus crímenes en la cárcel y que, anteriormente, nunca se sintió culpable, porque creyó que daba 'paz' a las víctimas.

La falta de móviles económicos ha sido también esgrimida por la defensa del celador, cuya actitud con los enfermos ha sido elogiada por la mayoría de familiares de ancianos y por sus compañeros de trabajo.

El celador de Olot se convierte en uno de los asesinos en serie más destacados de la historia reciente de España.

Pero, de una u otra manera, los once crímenes convierten a Vila en uno de los asesinos en serie más destacados de la historia reciente de España. El celador de Olot pone su nombre por detrás del de Manuel Delgado, el arropiero, que reconoció que había acabado con la vida de 48 personas entre 1964 y 1971; José Antonio Rodríguez, el mataviejas, que mató a dieciséis ancianas entre febrero de 1987 y abril de 1988; y Francisco García Escalero, el mendigo asesino, quien confesó trece muertes en Madrid entre 1987 y 1993.

El pasado viernes por la tarde Vila utilizaba su último turno de palabra durante el juicio para pedir perdón por todo lo que ha hecho.

'Solamente quiero pedir perdón por lo que he hecho y por haber llegado hasta estos extremos, no quiero decir nada más', ha manifestado el procesado ante el jurado popular.

Ángel de la muerte o asesino ha sido la verdadera cuestión lanzada durante dos semanas a los miembros del jurado popular con una declaración final de Vila: 'Sólo quiero pedir perdón por todo lo que he hecho y por haber llegado a estos extremos'.

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