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Manuel Cruz: “La disyuntiva que tenemos es o Rajoy ahora o más Rajoy dentro de tres meses”

El Catedrático de Filosofía y diputado del PSC en el Congreso reflexiona para 'Público' sobre el momento político, la demonización del diálogo o el ‘procés’: “Es legítimo aspirar a la independencia. Mi reproche es que se ha hecho táctica con la estrategia”.

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El catedrático de Filosofía y diputado del PSC en el Congreso, Manuel Cruz.

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“Amo, luego existo”

Manuel Cruz

“Hace ya unos cuantos años, cuando mi hija todavía iba al colegio, plantearon en su clase la consabida pregunta acerca de a qué se dedicaban los respectivos padres. Cuando le llegó su turno, ella contestó que su padre era filósofo. Su compañero de pupitre, algo sorprendido por el exotismo de la respuesta, le reclamó mayor concreción: ‘¿Y qué hace tu padre?’, a lo que mi hija respondió: ‘Mi padre piensa’. Respuesta ante la cual el niño reaccionó como un autómata, exclamando: ‘¡Pues mi padre también piensa y no le pagan!’”.

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“El diálogo es esa situación excepcional en la que uno celebra que el otro le haga caer en la cuenta de que estaba equivocado”

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En esos desvelos –“el vértigo del pensamiento”- y a pesar de unos primeros profesores de bachillerato abonados a la escolástica–“una filosofía muy poco atractiva”- llegó en los 70 a la Universidad de Barcelona. Y allí, el profesor Emilio Lledó hizo el resto: “Más que erudito es sabio: Emilio Lledó es una fuente permanente de sabiduría; una figura en extinción”. Él lo introdujo en el mundo de la filosofía antigua y la filosofía del lenguaje; más tarde le invitó a unirse con una beca al departamento en el que Cruz es hoy Catedrático de Filosofía Contemporánea. Y, quizás, lo más importante: “Me inoculó un veneno: la idea de que el diálogo es un instrumento de conocimiento privilegiado”.

“El diálogo es producción de conocimiento, es enriquecimiento”, dice Cruz del ejercicio que recientemente practicó con su maestro y “amigo” en el libro ‘Pensar es conversar’. “Pero, desgraciadamente, la apelación al diálogo tiende a ser malinterpretada. Para mucha gente suena a buenismo. Para otros, el diálogo se entiende como negociación -‘las fuerzas políticas se tienen que sentar a dialogar’- como una transacción. Pero ninguna de las dos cosas lo es. El diálogo es esa situación excepcional en la que uno celebra que el otro le haga caer en la cuenta de que estaba equivocado. Es la aventura de estar dispuesto a cambiar de opinión”.

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El filósofo ha invitado muchas veces a correr ese riesgo en su treintena de obras que van, desde el academicismo de los primeros tiempos, a temas como el amor –“la experiencia de mayor intensidad”, constante en su discurso y su bibliografía- la memoria, el tiempo, la historia o la política. “Porque la filosofía tiene que servir para resolver problemas o ni es filosofía ni es nada”, sentencia en tono epicúreo. Y con la herramienta del pensar, Cruz se ha atrevido recientemente, en Travesía de la nada, con el ‘procés’ catalán.

“En el debate político se han sustituido las argumentaciones, y por tanto el diálogo, por las emociones, y por tanto la confrontación”

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Por aquello de que “no hay temas filosóficos sino tratamiento filosófico de cualquier tema”, tras el fracaso de la negociación (que no diálogo) para intentar formar gobierno en la legislatura pasada, para el 26J el pensador aceptó ir de número dos en las listas del PSC por Barcelona. Así que Manuel Cruz hoy es también un diputado del Congreso, independiente y quejumbroso por la demonización de la aventura de conversar.

"Cuando todos los demás abandonan es cuando el filósofo empieza a trabajar”".

Manuel Cruz

PENSADORES DEL 21

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