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La máquina del fango de 'El Mundo'

Sara Serrano en La Base
Sara Serrano en La Base.

Como escuchábamos al comienzo del programa fue el escritor Umberto Eco el que acuñó el concepto de "máquina del fango" definiéndolo como una forma de deslegitimar al adversario político, utilizando información espuria, a través de los medios de comunicación.

El escritor italiano se refería a las maniobras de Silvio Berlusconi, [expresidente y magnate de los medios de comunicación], para desprestigiar a los jueces que estaban investigándole por casos de corrupción. Pero el concepto es extrapolable al modus operandi del poder mediático en connivencia con el poder político, en muchos otros casos. Sin ir más lejos, el diario El Mundo, tituló así el pasado sábado la pieza dedicada a desprestigiar a Canal Red y a su director, Pablo Iglesias

Lo que resulta sorprendente es que El Mundo se atreva a utilizar el concepto de "máquina del fango" para tratar de hacer daño a otro proyecto comunicativo. Y sorprende por las siguientes razones: 

Primero, por la forma de financiación que tiene el periódico. Unidad Editorial es el grupo editor del diario desde su fundación, y esta a su vez es propiedad de RCS Mediagroup, un grupo de comunicación italiano participado entre otros por Fiat y entidades financieras.

Según datos de 2019, la difusión ordinaria de El Mundo descendió en un 9% y la venta de ejemplares cayó un 11%, por debajo de los 50.000 ejemplares. Ya en 2010 estuvo al borde de la quiebra técnica. Para sostenerse económicamente, El Mundo, recurre básicamente a tres formas de financiación: el endeudamiento con los bancos, la dependencia de grupos extranjeros y los pactos con los empresarios más poderosos.

Los pactos que tiene El Mundo con grandes grupos empresariales al margen de las cifras de audiencia es lo que el exdirector del periódico, David Jiménez, llama "los acuerdos".

Según Jiménez, si el periódico logró sobrevivir a la crisis económica de 2009 y cuadrar los balances de cuentas fue precisamente gracias a esta inyección de dinero extra. A cambio, las empresas recibían lavados de cara de sus cargos directivos y olvidos a la hora de recoger noticias negativas.

Tal y como cuenta el exdirector de El Mundo, las redacciones habían interiorizado tanto este sistema de favores, que nadie tenía que descolgar el teléfono para que los periodistas supieran que empresas como Telefónica, el Banco Santander o el Corte Inglés eran intocables. Jiménez da dos ejemplos de como operaban los acuerdos: uno el del expresidente del BBVA, Francisco González, que, gracias a sus contribuciones a El Mundo, logró que durante décadas el periódico no publicara ninguna noticia negativa del banco o su director. Y otro ejemplo, es el de un exconsejero del Banco Popular que para tener contentos a los periodistas de economía les ofrecían hipotecas por debajo del mercado. 

La segunda razón por la que El Mundo debería tener cierto pudor a la hora de hablar de "máquina del fango" tiene que ver con su relación con uno de los personajes más oscuros de las últimas décadas: el excomisario José Manuel Villarejo. Tal y como reconoce Jiménez, Villarejo fue uno de los principales filtradores del periódico y facilitador de la mayor parte de sus exclusivas. 

Directamente relacionado con el excomisario estaba el urdidor de la policía patriótica, el exministro de interior Jorge Fernández Díaz. El Partido Popular de Mariano Rajoy estaba preocupado por el auge de Podemos y la amenaza que esto podía suponer para "el orden constitucional" y las políticas de ajuste frente a la crisis, y esperaba que El Mundo tomara postura en su favor. "No son tiempos para la neutralidad", llegó a decir el exministro en un encuentro con el exdirector de El Mundo.

Para finalizar, quería comentar algunas coberturas mediáticas de El Mundo que no han sido precisamente un ejemplo de ética periodística.

En primer lugar, está la escandalosa cobertura que hizo El Mundo de los atentados terroristas del 11-M.

El periódico de Pedro J. fue uno de los principales instigadores de la teoría de la conspiración del 11M a la que luego se sumarían otros medios ultras, como Libertad Digital, esRadio, la COPE, o Intereconomía. De hecho, el inicio de estas teorías lo marcó una portada de El Mundo, 39 días después de los atentados, en la que se cuestionaba la veracidad como prueba de una mochila bomba encontrada en Vallecas.

A esto le siguieron una serie de artículos en los que se hablaba de una trama policial para sabotear la investigación o se especulaba con la posible autoría de ETA. Creo que merece la pena hacer un ejercicio de memoria y recordar algunos de los titulares que publicó por aquel entonces El Mundo: "La furgoneta del 11M tenía una tarjeta del Grupo Mondragón en el salpicadero", "Interior falsificó un documento para ocultar al juez lazos entre el 11M y ETA", "El explosivo que estalló el 11M fue distinto del que tenían los islamistas". "La policía científica al banquillo por falsificar el informe ETA/11M".

El Mundo también respaldó desde sus páginas, siguiendo las directrices marcadas por Moncloa, la fraudulenta salida a bolsa de Bankia. El 20 de julio de 2011, Rodrigo Rato, como presidente de la entidad, fue el encargado de dar el pistoletazo de salida tocando la campana que marcaba la salida a bolsa de Bankia.

En marzo del año siguiente, Bankia presentó en sus cuentas de resultados un beneficio de 309 millones. Sin embargo, pocos meses después, se revelaba que las pérdidas de la entidad ascendían a casi 3.000 millones de euros. Tras eso, el banco fue rescatado con 25.000 millones de dinero público. Peritos del Banco de España aseguraron que la entidad maquilló sus cuentas para salir a bolsa y captar inversores. Finalmente, los 34 acusados en el juicio por la salida a bolsa de Bankia, [entre los que se encontraba el expresidente de la entidad, Rodrigo Rato], fueron absueltos.

Por último, otro ejemplo que ya hemos comentado en otros programas de La Base es el de la persecución política, mediática y judicial que sufrió la entonces candidata de Podemos, Victoria Rosell. Resumiéndolo mucho, Rosell fue víctima de una campaña de acoso y derribo orquestada por su rival político en Canarias, el entonces ministro de Rajoy, José Manuel Soria, con ayuda del juez Salvador Alba

Efectivamente. Pues como iba diciendo, el político del PP José Manuel Soria, se valió del juez Alba para tratar de inhabilitar a Rosell y evitar que se presentara a las elecciones del 26J. 

Y en esta campaña jugaron un papel fundamental los medios de comunicación, entre ellos El Mundo, que dedicó hasta cinco portadas a Vicky Rossell negándose en todo momento a publicar sus escritos de rectificación.

El que se había comprado el periódico fue precisamente José Manuel Soria que, desde el Ministerio de Industria, había inyectado un millón de euros a Unidad Editorial, la empresa editora de El Mundo, en concepto de innovación tecnológica. 


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