Este artículo se publicó hace 2 años.
Meloni y el fascismo
Pablo Iglesias
Madrid-
Da miedo escuchar a Meloni. Viene de un partido fascista y habla y grita como hablan y gritan los fascistas. Qué ahora le guste la OTAN y le haga ojitos a Mario Draghi no hace que de menos miedo. Al contrario.
En mi columna de hoy en CTXT recordaba una amarga lección del siglo XX: la puerta de entrada del fascismo ha sido siempre la derecha autodenominada democrática. Y siempre sobre las mismas excusas. La primera que el comunismo siempre sería peor y la segunda que el fascismo tampoco iba a ser para tanto.
Hoy del viejo fantasma, tal y como lo imaginamos, queda poca cosa, pero el anticomunismo y sus retóricas siguen más vivos que nunca. La mejor prueba es que en Europa ocurre lo que dijo Pablo Elorduy en un tuit muy astuto: me gustaría pensar que se va a formar el cordón sanitario europeo que va a dejar fuera a los Vox, Salvini y Meloni, pero creo más bien que esos entrarán en el consenso de época... y que lo que se quiere dejar fuera son los Corbyn, Melènchon, Tsipras, Belarra. Cuando no defiende a la prensa, Elorduy tiene más razón que un santo.
Este fin de semana El País entrevistaba a Salvini como quien entrevista a un líder político normal y entrevistaba también a Antonio Tajani, el líder del partido de Berlusconi que regalaba a El País un titular que El País compró tal cual "Salvini y Meloni no son la extrema derecha". Aquí no hay nada que ver, circulen o mejor esperen a la sección de Manu Levín. La derecha de toda la vida, corrupta y reaccionaria, cumpliendo su misión histórica como pagafantas de los nuevos nazis.
El antifascismo a veces puede vestir sudadera con capucha y zapatillas y practicar el krav magá, pero suele ser más útil estudiar historia y saber empuñar la pluma, el micro y el editor de vídeo, sobre todo cuando el krav magá poco puede hacer frente a la P38.
Hoy toca denunciar el blanqueamiento del fascismo en Italia y recordar que presentar a Feijóo como un moderado que ha bajado los decibelios, es hacer lo mismo. Los que ahora normalizan a Feijóo dentro de unos meses gritarán que con él, viene el lobo VOX y entonces apelarán al voto útil o intentarán convencer a SUMAR de que se presente en coalición con el PSOE. Se pueden ir yendo ya un poquito a la mierda.
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