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Un nuevo protocolo con el PSC, la apuesta de Susana Díaz para el PSOE

La federación andaluza niega la ruptura con los catalanes, pero advierte de que han tensado la cuerda tras desobedecer a la dirección estatal con el no a la investidura de Rajoy Y con su propuesta de definir a Catalunya como nación. 

La presidenta andaluza, Susana Díaz, saluda al líder del PSC, Miquel Iceta. / EFE

DANIEL CELA

SEVILLA.— El PSOE se encuentra en un estado de recomposición, por eso la dirección actual, en manos de una gestora, está programando ponencias políticas previas a la celebración del futuro congreso que elegirá al nuevo secretario general.

En esa revisión absoluta estará incluida la relación orgánica entre los socialistas catalanes del PSC y el PSOE, muy dañada desde que los primeros mantuvieron el "no" a la investidura de Mariano Rajoy en contra del mandato de la dirección estatal.

"No ha habido ruptura. Sólo pedimos compromiso y confianza mutua, en ambas direcciones. Tenemos que pararnos juntos y buscar cómo entendernos para salir unidos y más fuertes de ésta", advirtió el lunes el número dos de Susana Díaz, Juan Cornejo.

La federación andaluza, la más potente y numerosa del partido, abre así la puerta a revisar el protocolo de 1978 que regula el encaje del PSC dentro del PSOE. Pese a que hubo algún intento en el pasado, esa revisión no se ha producido nunca en los últimos 38 años de historia conjunta, pero ahora parece que sí, que puede darse. Dos circunstancias juegan a favor de ese nuevo escenario.

La primera es que la dirección del PSC reclama más autonomía a la hora de adoptar sus decisiones políticas dentro del paraguas del PSOE, como hizo al mantener el "no" a la investidura de Mariano Rajoy. El primer secretario del PSC, Miquel Iceta, reclama un tratamiento "específico" para los socialistas catalanes que también tenga en cuenta la "excepcionalidad" de Catalunya.

El segundo punto, mucho más importante, es la definición de Catalunya como nación, que viene avalada por la recién renovada dirección del PSC en su último congreso. Esta postura, advierte la federación de Susana Díaz sin ambages, contraviene la Declaración de Granada, un documento político que fue aprobado en 2013 por el Comité Federal del partido y que sienta las bases sobre la reforma constitucional y el modelo federal de Estado que defienden los socialistas.

"Sobre el término nación, tenemos un punto de encuentro unánime en la declaración de Granada. Si alguno pretende proponer o mejorar ese texto, tendrá que dar las explicaciones oportunas y ponerlo encima de la mesa. Que explique (Iceta) qué significa eso. En Granada hubo unanimidad, si alguien quiere mejorarlo, está en su derecho, pero tendrá que proponerlo. Que explique si tiene consecuencias jurídicas, financieras, etc… Y cuando conozcamos esa explicación, habrá que ver qué trascendencia tiene y el partido tomará las decisiones que crea oportuna”, advirtió el lunes Cornejo.

"Sobre el término nación, tenemos un punto de encuentro unánime en la declaración de Granada. Si alguno pretende proponer o mejorar ese texto, tendrá que dar las explicaciones oportunas", asegura el 'número dos' de Susana Díaz

La ponencia política que el PSOE acordó en Granada en 2013 planteaba una España federal que debía ahondar en la definición clara del reparto de competencias y recursos para pagarlas (Estado, comunidades, ayuntamientos). El término "nación de naciones", que defiende Podemos y también el PSC ya se debatió en 1978, pero se descartó porque abría la puerta a un Estado confederal, con una Catalunya independiente. Díaz siempre ha estado abierta a exprimir al máximo la definición identitaria de Catalunya, pero dentro de un plano de igualdad entre territorios. Ahora, el envite del PSC viene acrecentado por su rechazo a asumir la disciplina de partido y votar no en la investidura de Rajoy, lo cual ha empujado al PSOE andaluz a plantear la revisión del protocolo de funcionamiento entre PSOE y PSC. "¿Hay respuestas en el protocolo del 78 para lo que ha surgido estos días entre el PSOE y el PSC?", se pregunta el número dos de Susana Díaz.

El modelo territorial, la financiación autonómica e incluso el uso de la lengua catalana son asuntos que han generado y generan tiranteces entre el PSOE andaluz y el catalán desde hace tiempo. Díaz ha cosechado su imagen de "política de Estado" con su defensa férrea de la igualdad de oportunidades para todas las comunidades autónomas, un discurso que ha explotado para atacar al soberanismo catalán, pero que en ocasiones ha derivado en denunciar los "privilegios" de Catalunya frente a Andalucía, y eso también ha irritado al PSC.

Las claves de una larga relación

El protocolo que vincula al PSOE con el PSC se firmó en 1978, cuando se unen las tres familias socialistas catalanas que existían entonces: el PSC-Reagrupament, el PSC-Congrés y la Federación Catalana del PSOE. La acción política del PSC en Catalunya es autónoma y la dirección del PSOE no puede interceder ni elegir a su líder. Sin embargo, los socialistas catalanes sí pueden elegir al secretario general del PSOE, participan en sus órganos federales de decisión y forman parte de los órganos representativos: la Ejecutiva, el Comité Federal y el congreso.

El PSC rompió la disciplina al votar "no" a Rajoy, pero no incumplió ningún reglamento orgánico. Sí lo hizó en el marco del grupo parlamentario, por el que serán sancionados los diputados que votaron contra Rajoy.

Entre 1977 y 1982, coincidiendo con los primeros años de Gobierno de Felipe González, el PSC planteó en varias ocasiones al PSOE la necesidad de tener grupo parlamentario propio en el Congreso, después de que los socialistas catalanes votasen junto a los partidos nacionalistas respecto al recurso presentado por la Administración de González contra la ley de normalización lingüística.

La acción política del PSC en Catalunya es autónoma y la dirección del PSOE no puede interceder ni elegir a su líder. Sin embargo, los socialistas catalanes sí pueden elegir al secretario general del PSOE

Todo esto deriva siempre en el protocolo de relación PSOE-PSC, según el cual ambos partidos conforman una federación juntos, pero a la vez cada uno de ellos tiene personalidad jurídica propia, lo cual les permite concurrir de forma separada a las elecciones generales. Este, por encima de todo, era el principal objetivo, la razón de ser de estar juntos, mientras los resultados electorales eran complacientes.

El PSC llegó a gobernar en Catalunya, y cuando no gobernó fue opción de gobierno, de modo que sus resultados ayudaron a apuntalar al PSOE en las elecciones generales. Ahora es la cuarta fuerza política de la región, tiene siete diputados y 556.000 votos (16%), se ha visto sobrepasado por los partidos emergentes y ocupa casi el mismo nivel que el PP, lo cual ha motivado que algunas voces de peso dentro del PSOE se replanteen la "utilidad" de seguir concurriendo juntos a los comicios. Cornejo no ha desmentido que se estén produciendo conversaciones al más alto nivel entre Iceta y Díaz para lograr llegar a un entendimiento.

Los socialistas catalanes están buscando hueco y discurso propio en un escenario político colapsado, sin huecos y con casi todos los discursos existentes entre el federalismo y el independentismo manoseados. Iceta incluso ha propuesto concurrir a las próximas elecciones autonómicas en coalición con el futuro partido que está impulsando la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, a quien Susana Díaz ha declarado la guerra. "Los votos de los andaluces no van a servir para pagar los privilegios de Ada Colau", le espetó en los últimos comicios la presidenta andaluza a la alcaldesa de Barcelona.

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