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Otegi reafirma su liderazgo para la nueva fase de la izquierda abertzale

Otras tácticas, mismos objetivos

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Arnaldo Otegi, en una imagen de archivo. EFE

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BILBAO.- Su silla estuvo vacía mucho tiempo. En la oficina de Bilbao todas y todos le recordaban a diario, pero no era fácil coordinarse con él: si estás preso, tu capacidad de acción –y dirección- se ve seriamente reducida. Así y todo, Arnaldo Otegi se mantuvo como líder indiscutido de la izquierda abertzale desde la prisión de Soto del Real primero y desde el centro de reclusión de Logroño después. En total, permaneció encerrado seis años y cinco meses, periodo en el que se convirtió en el único secretario general de un partido legal en España –Sortu- que se encontraba detrás de los barrotes, acusado de querer reestructurar la antigua –e ilegalizada- Batasuna. Él, por el contrario, aseguró en reiteradas ocasiones que fue encarcelado por buscar la paz.

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Este sábado, el histórico dirigente abertzale –que en julio próximo cumplirá 59 años- ha visto ratificada su apuesta política. En un congreso celebrado en el Palacio Euskalduna de Bilbao, la militancia de Sortu no solo ha validado su papel de líder de la izquierda independentista vasca, sino que también ha dado su visto bueno a la estrategia adoptada por este movimiento hace ya siete años y que ahora, con ETA totalmente inactiva y en proceso de desarme, cogerá un nuevo impulso.

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Las bases de la “renovada” izquierda abertzale –de hecho, el congreso ha sido presentado como parte de una “refundación” por sus principales dirigentes- están contenidas en “Zohardia” (“Resplandor”), una ponencia elaborada por la nueva dirección de Sortu que ha sido apoyada por la mayoría de la militancia. En ese documento, la formación independentista reafirma su decisión de recorrer “la vía democrática hacia la República vasca”. En declaraciones realizadas esta semana a Público, el portavoz de este partido, Arkaitz Rodríguez, remarcó que se trataría de abrir “un segundo frente soberanista”, similar al que ya existe en Catalunya.

“La principal tarea que afronta hoy en día la izquierda abertzale no es demostrar que tiene razón o lograr que su proyecto estratégico se convierta en hegemónico, sino conseguir que Euskal Herria ponga en marcha la vía democrática hacia la República Vasca y dé pasos determinantes en esa dirección”, dice otro párrafo del documento aprobado por el congreso de Sortu, que incluye una lectura crítica sobre su papel en la actualidad: “Tras un fructífero ciclo de lucha y movilización que se ha prolongado durante casi 60 años, tenemos claro que es indispensable abrir un nuevo ciclo en base a otra lógica, otro discurso y otras formas de actuación”, remarca.

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Durante el congreso de este sábado, Sortu asumió también otra resolución que incluyó palabras de autocrítica. “Con humildad, dirigiéndonos a nuestro pueblo y también a nosotras y nosotros mismos –subraya el texto-, hemos dicho claramente en qué hemos fallado, dónde están nuestros límites, cuánto nos está costando adaptarnos a los nuevos tiempos que nosotras y nosotros mismos hemos traído”. Frente a esa situación, el partido independentista asegura haber “acordado las bases para superar todo eso”. Su prioridad, indica, será “salir a la calle e impulsar nuevos cambios, porque ha llegado el momento de llevar a nuestro pueblo hasta la independencia”.

En ese contexto, la nueva Sortu también realizó una lectura sobre la situación que vive Euskadi tras la decisión de ETA de abandonar la violencia. “Nos corresponde a todos y todas, en especial a las instituciones vascas, crear las condiciones para que en el nuevo escenario político vasco todos los derechos de todas las personas se defiendan y garanticen”. Aquí también hubo una valoración crítica del pasado. “No puede haber ciudadanos de segunda, ni en este ni en ningún otro terreno –subraya-. Admitimos nuestra responsabilidad en este ámbito, sin excusas ni pegas. Por eso, nuestra labor tendrá ese objetivo y tomaremos todas las decisiones que estén en nuestras manos para facilitarlo”.

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Del mismo modo, la izquierda abertzale fija como “prioridad” la cuestión de los “presos políticos, sus familiares y sus derechos”. El colectivo que agrupa a esos reclusos –EPPK, por sus siglas en euskera- hizo llegar una carta al congreso, en la que mostró su adhesión a la vía emprendida por Sortu y denunció las “provocaciones” y “chantajes” del gobierno español en materia penitenciaria.

Esa posición no sólo se reflejó dentro del congreso, sino también en la calle: en un intervalo del encuentro, los participantes se dirigieron al exterior del Palacio Euskalduna para realizar una concentración a favor de Sara Majarenas, la presa de ETA cuya hija de dos años fue apuñalada el pasado domingo por su pareja. Tal como ha ocurrido a lo largo de la última semana en distintos ámbitos, la formación soberanista se adhirió al reclamo de libertad para Majarenas, quien continúa en prisión a pesar de haber cumplido las tres cuartas partes de la condena.

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En su intervención como secretario general reelecto, Otegi incidió en algunos de esos aspectos. Entre otras cosas, llamó a “cerrar todas las consecuencias del conflicto” y advirtió sobre la necesidad de “recuperar con mayor intensidad el espacio de lucha por la libertad de los presos y la vuelta de los deportados”. También consideró necesario retomar el “discurso integral de la desmilitarización”, ya que –a su criterio- “a veces se confunden los términos”.

La presidenta del Parlament, Carme Forcadell (i) despide al líder abertzale y secretario general de Sortu, Arnaldo Otegi.EFE

“Para Sortu –aclaró-, esta es una vieja nación de Europa que tiene derecho a vivir sin presos políticos ni fuerzas de ocupación”.

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Otras tácticas, mismos objetivos

Traducción simultánea mediante, su intervención –realizada en euskera y castellano- fue seguida por los más de cuarenta invitados de distintas latitudes que acudieron a este congreso. Entre las delegaciones internacionales se encontraban el Sinn Fein irlandés, el Movimiento de Liberación Nacional (MLN) uruguayo –grupo al que pertenece el ex presidente tupamaro José “Pepe” Mujica-, Libres del Sur de Argentina, el HDP kurdo o Die Linke (Alemania), así como de ERC, CUP o BNG, entre otras fuerzas políticas.

En nombre de todas y todos ellos habló Alex Maskey, un reconocido dirigente del Sinn Fein. Acompañado por el resto de invitados internacionales, lamentó que el Estado español “ha decidido no aprovechar” el nuevo escenario abierto en Euskadi tras el fin de ETA. Frente a ello, instó al gobierno de Rajoy a reconocer el derecho de autodeterminación del País Vasco. Dirigiéndose a la militancia abertzale, Maskey subrayó que “el fin del conflicto no es el fin de la lucha”. “En muchos sentidos –remarcó-, no es más que el principio”. “Aunque las tácticas cambien, nuestros objetivos siguen siendo los mismos”, apuntó.

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En el auditorio del Euskalduna también se encontraban los principales representantes de Podemos Euskadi (la secretaria general, Nagua Alba, y el encargado de Organización, Lander Martínez), Ezker Anitza (su coordinadora general, Isabel Salud), PCE-EPK (el dirigente Fernando Atxa) o IU de Navarra (Marisa de Simón, parlamentaria en Pamplona), además de los responsables de los sindicatos LAB, ELA, EHNE o CCOO del País Vasco.

El espejo catalán

Mirando hacia el exterior, Sortu aprovechó su congreso de este sábado para aprobar una resolución que aborda distintas cuestiones del ámbito internacional. En ese capítulo incluyeron “el proceso independentista abierto en Catalunya”, al que mostraron su respaldo. A modo de agradecimiento, los dirigentes de ERC y CUP Joan Tardá y Quim Arrufat subieron al escenario para asegurar que el proceso catalán ya no tiene vuelta atrás. Si Arrufat prometió que “en 2017 toca tumbar el régimen y construir república”, Tardá adelantó que una Catalunya independiente “será cómplice y aliada activa de la liberación de Euskal Herria”.

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Al cierre del acto, Otegi también dirigió su mirada hacia el proceso catalán. “Os confieso que aprendemos mucho de vosotros”, afirmó. Tanto en euskera como castellano, el dirigente abertzale reiteró que su partido buscará abrir “un segundo frente soberanista” en el Estado español. “Vamos a aprovechar la grave crisis que vive el régimen del 78 para dar saltos en Euskal Herria”, afirmó. En tal sentido, remarcó que la izquierda abertzale no formará parte de “un nuevo enjuague que dure otros cuarenta años y que no nos reconozca como nación”. “No hemos hecho todo este camino para volver otra vez a remodelar un marco que no nos da instrumentos ni posibilidades reales para cambiar la economía ni las políticas sociales”, indicó.

Si bien reivindicó el trabajo institucional desempeñado por la izquierda independentista a lo largo de los últimos cuarenta años, advirtió que “los cambios no se hacen desde el BOE, sino que se operan desde la mentalidad de la gente”. “Hay que hablar, convencer, y saber escuchar. El proceso de liberación social y nacional depende de que convenzamos a una mayoría de que nuestro proyecto es el que le conviene”, señaló.

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El político vasco también tuvo una “especial mención a los compañeros que representan la Andalucía jornalera y la Castilla comunera”, así como “a la Asturias roja y dinamitera”. “Nuestra lucha jamás ha sido contra el pueblo español, siempre ha sido contra la oligarquía que domina ese Estado”, remarcó.

Entre Sortu y EH Bildu

Este discurso será uno de los pocos que el dirigente independentista ofrecerá como secretario general de Sortu, un trabajo que tendrá, principalmente, un importante papel “interno”. Salvo circunstancias excepcionales, la portavocía estará a cargo de Miren Zabaleta o Arkaitz Rodríguez –dos jóvenes dirigentes fogueados políticamente en la nueva la izquierda abertzale-, mientras que Otegi hará sus apariciones públicas bajo las siglas de EH Bildu, la coalición soberanista integrada por Sortu, Aralar, Alternatiba y Eusko Alkartasuna.

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De hecho, el líder abertzale tendría que haber sido su candidato en las elecciones autonómicas del pasado 25 de septiembre. Entonces los tribunales prohibieron su postulación, aduciendo que continuaba inhabilitado para ocupar puestos públicos. Este sábado, sus compañeros de partido lo han habilitado, una vez más, como su principal referente político.

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