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Los otros mil Timoteo Mendieta

"Me he sacado una espinita"

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La losa de Timoteo Mendieta junto a otras víctimas de la dictadura en Guadalajara

MADRID.- La tierra de Guadalajara está llena de víctimas como Timoteo Mendieta, el padre de Ascensión, la anciana que ha logrado que la Justicia de Argentina ordene la apertura de la fosa donde descansa su ser querido. Sólo las fosas comunes repartidas por el cementerio de Guadalajara albergan cerca de 1.000 personas asesinadas durante los primeros años de la salvaje represión franquista, 822 de ellos fusilados por sentencia judicial entre 1939 y 1944.

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"Estamos viviendo un goteo de familiares y vecinos que se acercan a la exhumación de la fosa a preguntarnos por sus familiares y a conocer si están enterrados en este lugar", explica a Público Marco Antonio González, vicepresidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica y responsable del equipo que está realizando la exhumación de la fosa común donde se cree que están los huesos de Timoteo.

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Sólo las fosas comunes repartidas por el cementerio de Guadalajara albergan cerca de 1.000 personas fusiladas durante los primeros años de la salvaje represión franquista.

Un ejemplo del goteo que describe González es Violeta Santos. Esta mujer conoció a través de las redes sociales que una de las personas que compartía fosa con Timoteo tenía su mismo apellido: Barriopedro. Comenzó a preguntar y conoció que era su tío abuelo Jesús Barriopedro Santamaría, fusilado el 25 de febrero de 1940 en cumplimiento de una sentencia de muerte. Fue acusado de haber urdido un plan para asesinar a un grupo amplio de derechistas. "La propia sentencia decía que él no estuvo en el lugar de los hechos, pero que era inductor principal. Mi tío nunca confesó", dice Violeta.

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Marca de bala encontrado en la pared que hay al lado de la fosa de Timoteo Mendieta.- ARMH

El verdadero motivo del asesinato de Jesús, no obstante, fue que era militante del PCE y comisario de la República en tiempos de guerra, según relata a este medio Violeta, desde la misma fosa común donde descansa su tío abuelo. "Ni mi tía abuela, ni ningún otro familiar, nunca jamás habían dicho nada y esta semana ya he ido a hablar con ella y nos contó", prosigue esta mujer que asegura estar "muy, muy agradecida a Ascensión Mendieta". "Sin ella nunca hubiese sido posible", dice. De hecho, Violeta ya ha iniciado los trámites junto a la ARMH para poder recuperar los restos de Jesús y enterrarlos junto a su hermano, el abuelo de Violeta.

Violeta ya ha iniciado los trámites junto a la ARMH para poder recuperar los restos de Jesús y enterrarlos junto a su hermano, el abuelo de Violeta

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La provincia de Guadalajara, tal y como describe la mencionada obra, fue especialmente castigada por la represión franquista. Entre 1939 y 1944 fueron represaliadas 7.269 personas nacidas o residentes en la provincia, lo que representaba un 4,3% de la población provincial de 1940. De esas 7.269 personas, la primera organización que más sufrió fue la UGT con 1.904 represaliados, según detalla la obra. No obstante, no todos los represaliados fueron asesinados. La cifra de fusilados asciende a 822, mientras que alrededor de 200 víctimas fallecieron en prisión o en el hospital. 

De la represión brutal que vivió la ciudad se da cuenta en el número de fosas comunes que hay en el cementerio. En el muro sur del camposanto, donde está la fosa de Timoteo, hay entre 15 y 18 fosas más con entre 15 y 30 personas cada una, según datos proporcionados por la ARMH. Pero, además, en otra parte del cementerio, hay otra fosa común con alrededor de 800 republicanos asesinados, bien en cumplimiento de su sentencia de muerte o bien por las condiciones en las que permanecían en prisión, explica a Público Xulio García-Bilbao, coautor del libro La represión franquista en Guadalajara.

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El padre de Ascensión y el tio abuelo de Violeta se encuentran en la fosa número dos, la única que puede ser exhumada según el exhorto de la Justicia de Argentina. En esta fosa hay exactamente 22 cuerpos y la ARMH ha conseguido localizar a las familias de 11 de las víctimas. Los otros 11, de momento, nadie los ha reclamado. "Si terminamos los trabajos de exhumación y nadie los reclama lo que haremos es dejarlos en el mismo sitio y nos quedaremos con una prueba de ADN por si en un futuro aparece un familiar reclamando los cuerpos", explica Marco Antonio González.

En el muro sur del camposanto, donde está la fosa de Timoteo, hay entre 15 y 18 fosas más con entre 15 y 30 personas cada una

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A día de hoy, la exhumación de la fosa donde está Timoteo "avanza a buen ritmo" y ya se han exhumado seis cadáveres, entre ellos, el de una mujer, por lo que queda "prácticamente acreditado" que se trata de la fosa del padre de Ascensión. Así, la aparición de casquillos y de impactos de bala en el muro situado tras la fosa (Ver imagen) permite al arqueólogo de la ARMH René Pacheco afirmar que en ese mismo lugar "con toda probabilidad" se producían ejecuciones. 

Registro donde están anotado los fusilamientos en el cementerio de Guadalajara.- ARMH

"Me he sacado una espinita"

Otro ejemplo de los beneficios colaterales de la lucha de Ascensión Mendieta es el caso de Paz Montesino. Esta mujer conoció la exhumación de la fosa de Timoteo Mendieta a través de la televisión. Entonces comenzó a pensar en su historia familiar y en Nicolás Merencio, su bisabuelo. Su abuela le solía decir cuando visitaban el cementerio que su suegro estaba por allí enterrado, pero que no sabía el lugar. Por no saber, Paz desconocía hasta la fecha en la que los franquistas habían fusilado a su bisabuelo.

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Paz Montesino se acercó al cementerio a visitar la fosa abierta gracias a la lucha de Ascensión Mendieta y a preguntar por su abuelo 

Así, tras conocer en la mencionada obra de Xulio García Bilbao que su bisabuelo fue fusilado en 1940, Paz se acercó al cementerio a visitar la fosa abierta gracias a la lucha de Ascensión Mendieta y a preguntar por Nicolás. "Me han dicho que está enterrado en la fosa número 9 del cementerio junto a otras víctimas", cuenta Paz a Público desde el mismo cementerio de Guadalajara.

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Anular las sentencias de muerte

La familia de Gregorio Florián, fusilado en agosto de 1939, en aplicación de una sentencia de muerte, también continúa luchando para reparar su dignidad. Su nieta, de nombre Ascensión, comenzó hace 10 años a indagar sobre la historia familiar y así descubrió que su abuelo Gregorio era el tesorero de UGT en el pueblo, que trabajaba de peón picapedrero en la construcción de una carretera en el pueblo y que sus restos están enterrados en la fosa número 1 del cementerio de Guadalajara. 

Gregorio Florián

"A mi abuelo lo matan por ser el tesorero de la UGT. Tenía 48 años y 10 hijos. Mi padre, que aún vive (tiene 92 años), nunca nos había hablado de él. Aún estaba aterrorizado. Después comenzó a decirme que todo lo que decían los papeles de mi abuelo era falso", cuenta a Público Ascensión, tras señalar que la sentencia que condenó a muerte a su abuelo señalaba que "extorsionaba a la gente del pueblo". 

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