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Patxi López carga contra Ibarretxe y su ‘raca-raca’

Asegura que su propuesta pervierte el 'intento noble' de Loiola

Ó. L. F.

Arropado por tres ministras y varios miembros de la Ejecutiva del PSOE, Patxi López acudió ayer Madrid para reiterar el doble mensaje que ya lanzó la semana pasada en Euskadi: que los resultados obtenidos por el PSE el 9-M confirman que los vascos quieren un cambio y que la consulta de Juan José Ibarretxe –el “raca-raca”, como lo bautizó– no se celebrará. Y lo hizo aireando de nuevo su propuesta alternativa, de la que, sin embargo, evitó dar detalles.

Tras la inevitable referencia al “delirio en fase terminal” de ETA y los llamamientos a la unidad de los partidos democráticos, el líder de los socialistas vascos insistió en que los resultados las elecciones generales de marzo son “históricos” y “no coyunturales”, y que en los próximos comicios autonómicos se traducirán en una mayoría para los socialistas que apearán por primera vez al PNV del poder. Para el líder de los socialistas vascos, este cambio no es sino la consecuencia de la actual política del Gobierno de Vitoria, que calificó de “ensoñaciones particulares” alejadas de los verdaderos intereses de los ciudadanos. “Ibarretxe sólo está para el monotema, para el raca-raca de la consulta”, aseguró, y recalcó que, para los asuntos que realmente importan a los vascos, el jefe del Ejecutivo vasco se encuentra “apagado o fuera de cobertura” y sin capacidad de liderazgo frente a sus socios del tripartito, EA y EB.

Consulta “ridícula”

El secretario general del PSE dedicó gran parte de su intervención a criticar, precisamente, ese “raca-raca”, del que aseguró que “no es legal, ni legítimo, ni posible”. “¿Quién hará lo censos? ¿Dónde se celebrará? ¿En los batzokis (sedes del PNV)?”, añadió. Y llegó a calificar de “ridículo” convocar una consulta “para preguntar a los vascos si están hartos de ETA”. En su opinión, la insistencia del PNV  en convocar ésta no es sino una estrategia de los nacionalistas para potenciar “un falso victimismo” y escenificar “con fines electorales el choque de locomotoras” del que habló recientemente el presidente del partido, Iñigo Urkullu.

Patxi López llegó a acusar a los nacionalistas de “pervertir” y “manipular” con su propuesta de consulta las conversaciones en el Santuario de Loiola entre el PSE, el propio PNV y la izquierda abertzale –a las que calificó de “intento noble de conseguir la paz”– para conseguir réditos electorales. De la diatriba contra los nacionalistas, Patxi López sólo salvo las llamadas mociones éticas y Josu Jon Imaz. Del fracaso de las primeras, no culpó al PNV, sino a sus socios de Gobierno. A Imaz lo calificó de “referente de un nacionalismo del siglo XXI”. “Lo echaron del partido, una desgracia para el País Vasco”, recalcó.

Propuesta sin detalles

Frente a la hoja de ruta del lehendakari, el líder de los socialistas vascos reiteró las líneas generales de su ‘Propuesta para el diálogo y la convivencia en Euskadi’, que presentó como la búsqueda de “un pacto entre diferentes”. Patxi López, que reconoció que la reforma del Estatuto de Gernika no estará entre sus prioridades si consigue ser lehendakari “pero no me niego a ello”, habló de mano tendidas al resto de las formaciones para iniciar un diálogo, aunque eludió aclarar si éste se materializaría en una Mesa de Partidos como la diseñada en su día en Loiola.

Preguntado sobre la apertura de una hipotética negociación con ETA, el líder del PSE reiteró que en estos momentos “no se da ninguna condición”  para iniciarla y que, de hecho, “ya no valen comunicados de la banda”. No obstante, López mostró su convencimiento en que el final de la violencia será “dialogado, porque, si no, no habrá final”.

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