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El PP sitúa al PSOE en la radicalidad y el PSOE al PP, en la antidemocracia

Tensión máxima en el Congreso por el bloqueo de los conservadores a las cuestiones sobre el 'caso Bárcenas'. La oposición parlamentaria continúa su ofensiva contra el silencio del presidente Rajoy.

ANA PARDO DE VERA

La tensión que se vivió ayer por la tarde en el Pleno del Congreso de los Diputados no se diluyó durante la noche, sino que se espesó en la Sesión de Control parlamentaria de esta mañana cuando la oposición -particularmente el PSOE- confirmaron su estrategia de rechazo y denuncia al silencio y 'mentiras' del presidente del Gobierno sobre el 'caso Bárcenas', pero también al bloqueo con el que, sistemáticamente, el PP veta cualquier iniciativa que tiene que ver con la aclaración de este asunto.

En ausencia de Rajoy -de viaje en Nueva York- y de Alfredo Pérez Rubalcaba, el duelo principal se desarrolló esta mañana entre la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría y la portavoz del grupo parlamentario socialista, Soraya Rodríguez. Rodríguez empezó diciendo que la 'número dos' del Gobierno no iba a impedirle decir que 'el presidente ha mentido', mientras que Sáenz de Santamaría le sugirió que se ciñese a la pregunta -económica-, porque si no, difícilmente podía hacerlo a las 'políticas'. De ahí en adelante, y como ayer, lo de menos fueron ya los contenidos de las preguntas de los diputados socialistas los ministros de Educación, de Hacienda o de Sanidad, por ejemplo. Los portavoces del PSOE, antes de pasar a la cuestión específica de cada Departamento, recordaron a José Ignacio Wert, Cristóbal Montoro o Ana Mato la actitud 'antidemocrática' del PP, su Gobierno y su grupo parlamentario por impedir a los ciudadanos conocer la verdad sobre el 'caso Bárcenas'.

En los pasillos de la Cámara Baja, también la tensión se reflejaba en los comentarios de unos y otros, que sugerían, además, una brecha creciente entre los dos partidos mayoritarios del Congreso, cerca ya de ser insalvable si el PP no abre la puerta a dar explicaciones sobre el extesorero, razonaban varios diputados de la oposición. Nada más lejos, sin embargo, de la intención de partido que gobierna que abrirse a cuestiones como su presunta financiación ilegal, que tiene al propio jefe del Ejecutivo en primera línea de responsabilidades.

El portavoz del PP en el Congreso dejó muy clara fuera del hemiciclo su opinión sobre la estrategia del PSOE y advirtió a éste de que situarse en posiciones 'de grito y camiseta' le impedirá recuperar la mayoría necesaria para volver al Gobierno algún día. Alfonso Alonso quiso mostrar su 'respeto' con todas las formas de hacer oposición, aunque matizó que algunas le parecen, a su vez, más 'respetuosas' que otras. Así, recomendó a los socialistas 'guardar las formas y no dejarse arrastrar por posiciones que siempre han sido más propias de partidos minoritarios o que pueden permitirse actitudes más radicales'. El PP continúa, por tanto, apelando a su responsabilidad al centrar sus actuaciones en los económico, para sacar a los españoles de la crisis. El resto lo consideran una estrategia de oposición 'desesperada', comentaba un diputado, para un partido -el PSOE- que no puede ni presentar una moción de censura porque carece de líder y de programa y, por tanto, trata de bloquear el mensaje de ánimo que el Gobierno lanza a los ciudadanos: 'Cuando la economía empieza a ir bien, el PSOE se radicaliza'.

Sólo la vicepresidenta del Congreso, Celia Villalobos, hizo un amago de disculpa por su actitud de ayer, cuando presidió un Pleno que acabó con cuatro diputados expulsados y once amonestados. 'Tal vez me pasé un poquito recordando que en Andalucía rechazan permanentemente las peticiones del PP, tanto el PSOE como IU, pero es una realidad', aseguró Villalobos en los pasillos, antes de entrar en el Pleno. 'Yo comprendo que moleste -añadió-, por eso pedí disculpas', aunque la vicepresidenta de la Cámara cree que su función es desempeñada con 'bastante rigor'.

Por su parte, el presidente de la Cámara abrió la puerta a votar en sesión plenaria mociones derivadas de las interpelaciones que PSOE e Izquierda Plural centraron en el 'caso Bárcenas', aunque cree que debe presentarse una nueva redacción que encaje en el Reglamento, no la de pedir el rechazo de la Cámara a las 'mentiras' de Rajoy el pasado 1 de agosto, que la Mesa del Congreso tumbó el lunes con los votos del PP. Posada defendió su actuación al frente de la Presidencia de la Cámara y calificó de 'exageraciones' las alusiones al franquismo por sus decisiones.

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