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El PSOE, del suelo al techo de los 110 diputados

El futuro de Pedro Sánchez pasa por mantener al partido en el Congreso, al menos, como estuvo en 2011. Los socialistas aspiran hasta 120 escaños y, sobre todo, a lograr ser la formación más votada en las elecciones del 20 de diciembre.

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El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez. - EFE

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MADRID.- El PSOE llegó a ocupar hasta 202 escaños de los 350 que hay en el Congreso, tras las ya míticas elecciones de 1982. Y cuentan que, a principios de los noventa, Alfonso Guerra presentó en la Ejecutiva Federal del PSOE un informe sociológico en el que se aseguraba que el Partido Popular nunca podría ganar unas elecciones en España. Los socialistas se sentían muy fuertes en sus dos grandes feudos (Andalucía y Catalunya) y con una implantación potente en el resto de los territorios.

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Torres Mora: “El techo
del PSOE es mucho más alto que el del PP, pero nuestro suelo es mucho más
bajo que el de ellos”

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Y, de nuevo, la sociología se dio de bruces contra la realidad. Alfredo Pérez Rubalcaba en 2011 dejó el suelo del PSOE en 110 diputados, obteniendo el peor resultado en porcentajes y escaños de la historia socialista. Para ser justos, el sociólogo y ex jefe de Gabinete de Zapatero siempre lo advirtió. Torres Mora siempre dijo: “El techo del PSOE es mucho más alto que el del PP, pero nuestro suelo es mucho más bajo que el de ellos”. Y acertó.

Lo curioso es que sólo cuatro años después, el suelo de los 110 diputados socialistas se ha convertido en el techo electoral del PSOE. Muchas voces socialistas marcan esa meta de parlamentarios en la continuidad de Pedro Sánchez y en los cambios que pudieran producirse en el PSOE tras las elecciones del 20 de diciembre. Y el PSOE no tiene seguro ni los 110 diputados que obtuvo Rubalcaba en “las peores condiciones imaginables”.

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El PSOE arañará votos y en circunscripciones pequeñas donde el PP arrasó con su mayoría absoluta en 2011 y en las que son difíciles que entren los nuevos partidos

Y el problema está ahí. El PSOE arañará votos y diputados en circunscripciones pequeñas donde el PP arrasó con su mayoría absoluta en 2011 y en las que son difíciles que entren los nuevos partidos. Por poner dos ejemplos: en Badajoz, donde se juegan seis diputados, en el 2011 el PP logró un inusual 4-2 a su favor. Nadie duda que volverá a repetirse un 3-3 entre socialistas y conservadores, y que es difícil que entre otra fuerza política. O en La Rioja, donde sus cuatro diputados se repartirán posiblemente dos para cada uno de los grandes partidos, no del 3-1 que se dio hace cuatro años a favor del PP.

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