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El PSOE exige desmontar el servicio de seguridad

Tomás Gómez: 'Granados no tiene legitimidad para gobernar'

G. L. A.

Que el Gobierno de una Comunidad Autónoma que no tiene transferidas las competencias para crear una Policía propia maneje un dispositivo como el que funciona en Madrid, implica que 'es un cuerpo parapolicial' o bien 'no tiene ningún sentido' su existencia.

A partir de esta premisa, el secretario general de los socialistas madrileños, Tomás Gómez, exigió el martes 'el desmantelamiento inmediato de la Dirección General de Seguridad dependiente de la Consejería de Interior'. Su personal aumentó en seis miembros desde que Esperanza Aguirre accedió a la Presidencia pasó de 41, con Alberto Ruiz-Gallardón, a 47 y es precisamente sobre esos seis sobre los que recaen las sospechas de actuaciones irregulares.

El secretario general del PSM reclamó también la renuncia o destitución de su responsable, Francisco Granados, porque 'no tiene legitimidad moral ni política para seguir formando parte del Gobierno de la Comunidad de Madrid'.

Gómez calificó de 'intolerable' que la presidenta regional, Esperanza Aguirre, no haya acudido a la Asamblea madrileña para dar explicaciones de lo ocurrido y advirtió que, si el PP veta la comisión de investigación que ha solicitado, 'daremos una respuesta contundente'.

Esa respuesta, en términos parlamentarios, no podría ser otra que la presentación de una moción de censura, aunque aritméticamente está condenada al fracaso por la mayoría absoluta del Partido Popular.

Esta mayoría absoluta, que la derecha tiene tanto en la Comunidad como en el Ayuntamiento de Madrid, fue señalada por el vicesecretario general del PSOE, José Blanco, para enfatizar la responsabilidad del PP: 'La lucha sin cuartel entre dos personas sedientas de poder está llegando demasiado lejos. Basta ya, señora Aguirre. Basta ya, señor Gallardón y señor Rajoy'.

Blanco expresó 'una cierta preocupación' porque el enfrentamiento entre las dos facciones del PP madrileño está llevando a 'la paralización de las principales instituciones y el deterioro de los servicios públicos'.

En la misma línea incidió Tomás Gómez, quien dijo no conocer 'ni una sola medida de Esperanza Aguirre para relanzar la economía, luchar contra el paro, combatir el deterioro de la sanidad y de la educación, desarrollar la atención a la dependencia....'.

Su conclusión es que el presidido por Aguirre es 'un Gobierno ausente', en el que 'algo huele a podrido'.

Gómez reiteró que 'el PP ha trasladado su crisis a las instituciones y ha generado un Gobierno roto, en el que no se fían unos de otros'. En esta situación de 'guerra a muerte entre Aguirre y Ruiz-Gallardón por la sucesión de Rajoy', para José Blanco el presidente del PP es 'una víctima de la ambición desmedida' de sus dos correligionarios.

Blanco emplazó a Rajoy a 'poner orden' en su partido, no sólo para aclarar la presunta trama de espionaje, sino también para detener 'la batalla irresponsable' que Aguirre y Ruiz-Gallardón libran en Caja Madrid. 'Son igualmente culpables', dijo el vicesecretario general del PSOE.

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