Rajoy admite que desatendió al partido y rellena la dirección del PP con recomendados
El presidente apuesta por implicarse en la formación que lidera a cinco meses de las elecciones generales. Moragas y Casado son los nombramientos claves, que restan funciones a Cospedal.
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MADRID.- Sólo hay un nombramiento de los que Mariano Rajoy anunció en la reunión del Comité Ejecutivo Nacional del jueves 18 que genera consenso en cuanto a su acierto y necesidad: el del nuevo vicesecretario general de Comunicación, Pablo Casado. El joven diputado es, a pesar de su juventud, uno de los dirigentes mejor respaldados, además, por pesos-pesados del PP que, entre sí, mantienen diferencias importantes: Esperanza Aguirre, José María Aznar y el propio Rajoy.
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Casado se convierte en la imagen por excelencia del PP en horas bajas
Casado ya llevaba un peso considerable de la imagen del PP, primero, por ser un rostro habitual de las tertulias televisivas y el dirigente conservador que más entrevistas concede a todas las cadenas de televisión y radio. Ahora será la imagen por excelencia del PP, pues, según fuentes de la dirección nacional, asumirá las funciones de portavoz del partido e incrementará su presencia en los medios de comunicación. Joven, afable y accesible, en el PP coinciden en señalar que es una "excelente" elección, además, no carente de experiencia, pues fue el portavoz de la campaña del PP para las elecciones autonómicas y municipales del 24 de mayo.
Con el desembarco de Moragas en el partido, el presidente se garantiza ojos y oídos de absoluta confianza en la calle Génova
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Casado, pues, no fue una sorpresa. Como si lo fue Jorge Moragas, al menos, antes de analizar el fondo de su elección como director de campaña del PP para los comicios generales. Moragas es el jefe de Gabinete de Rajoy en La Moncloa, su sombra, su asesor, el responsable de su agenda, de su actividad más discreta,... En definitiva, un fontanero mayor, con cuyo desembarco en el partido, el presidente se garantiza ojos y oídos de absoluta confianza en la calle Génova.
El diplomático tiene larga experiencia en el PP, donde fue responsable de Relaciones Internacionales con los conservadores en la oposición y una persona muy mediática, además, siempre presente en las televisiones y dispuesto a hablar con los periodistas que le preguntaban por todo, sabiendo su cercanía cada vez mayor al líder del PP. Ahora, sin embargo, como la propia dirección nacional se encarga de aclarar, Moragas no estará prácticamente en los medios (lleva en un discreto segundo plano desde que desembarcó en Presidencia), sino trabajando en la estrategia de campaña con un candidato de primera fila: el presidente del Gobierno.
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Con la marcha de Floriano, Cospedal pierde a su persona de máxima confianza en el partido
La importancia del nombramiento de Moragas, sin embargo, va más allá de encargarse de la campaña electoral para las generales, y es que su desembarco en Génova (que no es incompatible con su responsabilidad en Moncloa) supone un recorte de las funciones de Dolores de Cospedal, la secretaria general del PP.
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Maroto sería una recomendación de Alonso a Rajoy y Levy, del propio Moragas avalado por Sánchez-Camacho
Dos de los nuevos vicesecretarios son el fruto, según los conservadores consultados, de las consultas que Rajoy mantuvo estos días con sus personas más cercanas, barones y dirigentes de otros ámbitos. Javier Maroto, vicesecretario general de Sectorial, es un hombre de la máxima confianza de Alfonso Alonso. El ministro de Sanidad, de hecho, se mostraba ayer "muy contento" con la entrada en la cúpula del PP de su sucesor al frente de la alcaldía de Vitoria -también desbancado ahora por un pacto de la oposición en el último momentos-, miembro del clan alavés del PP de Euskadi y amigo personal. "Sin duda, Maroto es una recomendación de Alonso", argumentaban en la calle Génova.
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Fernando Martínez Maíllo, que sustituye a Floriano al frente de la vicesecretaría general de Organización, es el único nuevo cargo orgánico que sí tiene una estrecha relación con Rajoy, que incluso estuvo en su boda hace poco tiempo. Con todo, Maíllo mantiene un punto débil con su imputación en el caso Caja España, que le obligará a declarar ante la juez en breve. Aunque el presidente de la Diputación de Zamora sonó hace tiempo como sucesor de Juan Vicente Herrera, lo cierto es que en su comunidad se le sitúa en el sector crítico del presidente en funciones del PP de Castilla y León. Es posible, argumentaban ayer en la calle Génova, que el propio Herrera lo haya mandado a Madrid.