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Rajoy, ante el espejo

El candidato del PP vende estabilidad frente al extremismo de Podemos y la inexperiencia de Ciudadanos. Ignora a Rivera para reforzar la idea de que la derecha genuina la encarna él y cede a Cifuentes el látigo: “Votar a C's es iniciar un viaje a lo desconocido”

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Cristina Cifuentes, Mariano Rajoy y Soraya Sáenz de Santamaría, durante el acto de inicio de campaña en Madrid. / EFE

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MADRID.- Moderación y estabilidad. La oferta no es fresca, pues ya la había voceado durante la precampaña y será la misma que despache hasta el 26-J, pero Mariano Rajoy está convencido de que su género es el que mejor luce en el mercado electoral. El votante tiene otras opciones, aunque él no las recomienda: un tendero que ofrece “un Gobierno a la griega” y otro cuyo producto “nos llevó a la crisis”. O sea, Pablo Iglesias y Pedro Sánchez.

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El escenario y la concurrencia lo pedían. La puesta de largo tuvo lugar en un barrio noble que acoge el prohibitivo paseo del Pintor Rosales y la burguesa calle Ferraz, sede del PSOE. Concretamente, en el Templo de Debod, que embelesa a madrileños y visitantes con sus puestas de sol, tal vez las más bellas de la ciudad. Un escenario simbólico, a tiro de piedra de la Plaza de España, donde antes se había asentado el Cuartel de la Montaña, cuyos militares abrazaron la sublevación del 36. El pueblo de Madrid en armas tomaría con éxito la fortificación rebelde, si bien tres años después pasaría a la historia de los derrotados.

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Si Rajoy fue simpático cuando dijo que antes de medianoche no pediría el voto “por si me denuncian”, su escudera no le fue a la zaga: “Lo único que [Podemos] tiene de socialdemócrata nórdico es el catálogo de Ikea”. Luego, sal gorda, que también ayuda a conservar la mercancía: Manuela Carmena, la alcaldesa de Madrid, “quiere poner a los niños a recoger colillas” después de robarles la ilusión con “una caricatura de la cabalgata de Reyes”. Si no bastase con que el poblachón manchego “está cada día más sucio y contaminado”, la franquicia de Podemos en la capital lo ha puesto todo perdido con la “página negra de los titiriteros”. Todo ello, a modo de tráiler, porque “la película Nosotros y ellos podría ser interminable”.

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