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Rajoy hace oídos sordos al ofrecimiento de Rubalcaba para afrontar la crisis con Catalunya

El líder socialista plantea consensuar una reforma de la Constitución para 'actualizar las normas de convivencia' para continuar 'por el mismo camino que emprendimos hace 35 años'

JUAN ANTONIO BLAY

La última sesión de control del actual periodo de sesiones - el calendario ordinario de plenos de la Cámara baja no se retoma hasta el 11 de febrero - no ha deparado sorpresas: el presidente Rajoy ha tomado la senda que más le ha convenido sin preocuparse ni lo más mínimo de todo lo que le planteaba la oposición, que evidentemente no eran asuntos agradables para su gestión. Pero es que, además, Rajoy ha evitado emplear esta sesión de control para pronunciarse en sede parlamentaria sobre el contencioso abierto por el anuncio del referéndum soberanista planteado desde Catalunya.

El dirigente socialista Alfredo Pérez Rubalcaba ha planteado a Rajoy, tras reiterar la posición contraria del PSOE al proceso soberanista, abordar una reforma de Constitución para 'superar la situación difícil por la que atraviesa las relaciones entre Catalunya y el resto de España'. El líder de la oposición ha sido franco y directo con el presidente del Gobierno: 'Quiero reiterarle hoy aquí la voluntad de los socialistas para dialogar, para consensuar y para actualizar nuestras normas de convivencia contenidas en nuestra Constitución'.

Y ha añadido: 'No es una tarea fácil, pero creo que la tenemos que emprender si queremos continuar por el camino que hace 35 años, en un periodo más difícil que el actual, empezamos a recorrer los españoles'. Pues bien, Rajoy se ha limitado a escucharle y, al tomar la palabra, ha dicho que nunca ha puesto en duda 'su posición contraria al derecho de autodeterminación, que por otra parte no existe en ninguna constitución de ningún país'. Eso ha sido toda la alusión al asunto político más grave con el que se ha encontrado hasta el momento desde que llegó, hace ahora dos años, al Palacio de la Moncloa.

De forma consciente ha evitado emplear el amplio minutado que todavía le restaba para completar su intervención para referirse a este peliagudo asunto. Ni siquiera ha aprovechado el momento para repetir en el hemiciclo de la Cámara baja lo que relató ayer a varios periodistas durante la recepción navideña celebrada en Moncloa con el fin de contestar al deseo manifestado por el presidente de la Generalitat, Artur Mas, de celebrar una entrevista. '¿Para qué? No hay nada de qué hablar', aseguran que dijo Rajoy entre los canapés navideños.  Una expresión que Moncloa no ha desmentido.

Tras echar balones fuera en este asunto, Rajoy se ha dedicado a presumir de la buena marcha de la situación económica en España. Y ha vuelto a reiterar lo que parece ser su frase favorita: 'Hoy estamos mejor que el año pasado por estas fechas, pero peor que dentro de un año'. Y no se ha desviado ni un milímetro de ese carril. Ni con Rubalcaba ni con el líder de IU, Cayo Lara. El socialista le ha dibujado un panorama sombrío aludiendo a tres noticias de la víspera: 20.000 becarios menos, eliminación de la tarjeta sanitaria a los parados que viajen al extranjero y la bajada de los salarios por cuarto trimestre, 'siempre los más bajos'. 'En dos años hay más paro, menos derechos y más impuestos', ha sentenciado

Rajoy ni se ha inmutado. Tras apelar a la consabida herencia recibida - 'ustedes no se enteraron de la crisis', protestas de la bancada socialista y reiteración del axioma del PP por parte de Rajoy - el presidente ha querido también ser contundente: 'Hoy existe el mismo paro que hace un año y el año que viene habrá menos', ha sentenciado. Una afirmación que tiene doble lectura, por una parte da a entender que no ha aumentado como lo hizo el año anterior y en la etapa de Zapatero, pero al mismo tiempo supone un reconocimiento de que su reforma laboral no ha logrado disminuirlo.

Cayo Lara le ha planteado un panorama crudo de la realidad social que viven los españoles - leyendo disciplinadamente un papel con el guión escrito - y Rajoy se ha ocupado de calificarlo de 'apocalíptico' por entender que suponía una falta de reconocimiento de sus logros. Lara, que es de ideas fijas en los debates cortos, ha sido muy contundente: 'Tenga un detalle navideño y dimita, señor Rajoy. La mayoría de los españoles se lo agradeceremos', ha dicho parafraseando una cita que en su día el propio Rajoy le dirigió a Zapatero  con ocasión de un debate similar al que se ha producido esta mañana.

El jefe del Ejecutivo ha dicho que España es uno de los mejores países del mundo, con unos servicios sociales de gran calidad - afirmación que ha causado risas y abucheos desde la bancada de la izquierda - para contradecir la apocalipsis dibujada por el líder de IU. 'Debería sentirse orgulloso del país que tiene', le ha dicho por dos veces Rajoy, que ha concluido su intervención con un golpe bajo a Lara: 'Ya que cuando aquí celebramos la Constitución usted estaba en Cuba, tal vez ese sistema sea el suyo', ha dicho.

Previamente, la portavoz de UPyD, Rosa Díez, ha tenido una agria discusión con el presidente a cuenta de la elección de los nuevos integrantes del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), una mecánica que para esta dirigente política hace que la justicia en España carezca de independencia. '¿Cual es su coartada para incumplir su propio programa electoral?', ha preguntado Díez antes de asegurar quie su formación política 'dará la batalla hasta el final' para denunciar y recurrir ese sistema de elección 'partidista' del CGPJ. Rajoy le ha leído un par de artículos de la Constitución para justificar la normalidad del proceso en el que, evidentemente, UPyD no ha participado ni tiene ningún representante en el órgano de gobierno del sistema judicial español

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