Este artículo se publicó hace 16 años.
La renovación del Constitucional estará paralizada "durante meses"
El Senado esperará al acuerdo de PSOE y PP para elegir a los cuatro nuevos magistrados.
No habrá renovación inminente del Tribunal Constitucional (TC). La muralla está ahí. Encontrada y difícil de saltar. El Senado meterá en el congelador la elección de cuatro de los 12 magistrados del Alto Tribunal hasta que no cuaje un acuerdo entre el PSOE y el PP. Y no parece cercano, a la vista de la pretensión cerrada de los conservadores de postular a Enrique López y Francisco José Hernando, el ex portavoz del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y el presidente saliente del Supremo, candidatos a los que los socialistas ven con profundo recelo.
El bloqueo quedó al desnudo ayer. Y Javier Rojo, el presidente del Senado, no pudo más que firmar públicamente la parálisis. Los servicios jurídicos de la Cámara debían haber entregado ayer a la Mesa el informe de idoneidad de los 23 aspirantes que han presentado los parlamentos autonómicos. Pero aún no está concluido. "Esperamos tenerlo la próxima semana", afirmó.
Los socialistas dudan entre apoyar a López y Hernando o rechazarlos
En todo caso, esa cuestión técnica no es la decisiva. "A nadie se le escapa", recordó Rojo que, para que haya fumata blanca, los cuatro magistrados deben recibir el apoyo de tres quintos del pleno del Senado y eso solo es posible "si viene precedido de un pacto entre los dos grandes partidos". Gráficamente: "Si PP y PSOE no están de acuerdo, si no hay esos tres quintos, ya podemos discutir de mil informes jurídicos que no servirá de nada".
Rojo manejó en la rueda de prensa y varias veces una frase que lo decía todo: "Los tiempos los marcamos nosotros". Se trata de una jugada política, un mus a cara de perro que exige solución antes del siguiente paso. "Aquí hace falta mucha cocina, mucha negociación", sentenció el presidente. Su obsesión es "preservar el prestigio de las instituciones". Así que paciencia. "No nos apremia el tiempo. No hay plazos ni calendario". Rojo siguió prudente: "Es mi responsabilidad y lo quiero hacer bien".
En el PP, recuerdan que Zapatero y Rajoy pactaron que no habría vetos
Lo cierto es que la Cámara acumula retraso. Fue en diciembre de 2007 cuando se agotó el mandato de cuatro magistrados (tres conservadores y uno progresista). Ahora el relevo se juega en el empate: el PSOE colocará a dos jueces y el PP, a otros dos, más un tercero que nombrará el Congreso para suplir a Roberto García-Calvo, fallecido en mayo.
La renovación del TC seguirá en stand-by "durante meses", comenta un dirigente federal del PSOE. "En el mejor de los casos, no será antes de Navidad", confirma otra responsable socialista. "Nos han dicho que el relevo queda aplazado sine die y no lo vemos mal si hay acuerdo", explicitó ayer el portavoz de CiU en el Senado, Jordi Vilajoana.
De momento, continúan abiertas dos mesas de negociación: la de José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy, y la de los portavoces en el Congreso, José Antonio Alonso y Soraya Sáenz de Santamaría, ayudados por la socialista Mar Moreno y el conservador Federico Trillo. En Ferraz, juzgan importante la renovación, aunque advierten de que el presidente "no la tiene en la mente en primer término". Preocupa más la crisis.
El PSOE tantea. Quiere esperar, explica un alto cargo, el informe del Senado. Este tal vez tumbe al "más débil", López, que podría no cumplir el requisito de acumular 15 años de ejercicio, como pide el artículo 159. 2 de la Constitución. Si no suspenden ni él ni Hernando, comprobará "hasta qué punto el PP está dispuesto a mantenerlos". ¿Y si el PP no cede? Los socialistas dudan. Unos apuestan por el "bloqueo total", pues son aspirantes "inaceptables". Otros abogan por aceptarlos, "ya que al final la argucia se volverá contra el PP". "Cuando vea que son recusados por temas por los que se han pronunciado, se arrepentirá", relatan en la cúpula. Ese as en la manga son las declaraciones que López y Hernando hicieron contra el Estatut o los matrimonios gays.
Con todo, el PSOE, según una dirigente, "no se demorará más allá de lo que implique buscar el acuerdo con Rajoy".
Incertidumbre hasta el finalEl PP, oficialmente, sigue donde estaba. "Hay que recordar que no se admiten vetos recíprocos" según el pacto Zapatero-Rajoy, subrayó Trillo. El partido por eso juzga "sensata" la demora ofrecida por Rojo. En la dirección avisan de que tensarán hasta el final: "Nunca nos gustó que fueran los parlamentos los que postularan candidatos. Si no asumen sus reglas, será como dar un portazo a las autonomías".
El juego de equilibrios en el Alto TribunalCompleto equilibrio. La última renovación del TC, en 2004, lo dejó en perfecto equilibrio: había seis jueces progresistas y seis conservadores.
Traspié por el estatut. El PP promovió en 2006 la recusa-ción del progresista Pablo Pérez Tremps por haber elaborado un informe sobre el Estatut. El TC le dio la razón y, en 2007, le apartó del debate. La decisión desequilibraba el Tribunal a favor de los conservadores (seis a cinco).
Otra vez empatados. El pasado mayo, moría en Madrid el conservador García-Calvo. Su fallecimiento alteró otra vez la correlación de fuerzas: empate a cinco para juzgar el Estatut, con voto de calidad para la presidenta progresista (María Emilia Casas), y mayoría progresista de seis a cinco para el resto de temas.
Ahora, siete a cinco. Cuando se produzca la renovación del TC, la mayoría progresista será de siete a cinco. Así, habrá que sustituir en total a cuatro conservadores y un progresista, y entrarán tres de la primera tendencia y dos de la segunda.
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