Socialistas, Verdes e Izquierda critican el trato de Grecia a los refugiados: "Es una página negra en la historia de la UE"

La urgencia parece clara. La situación en la frontera entre Grecia y Turquía, que desde la semana pasada tratan de cruzar más de 15.000 personas, animadas por el turco Erdogan, ha sido uno de los únicos tres temas que el Parlamento Europeo ha mantenido en la reducidísima agenda de su pleno mensual, que se celebra esta semana en Bruselas, y no en la ciudad francesa de Estrasburgo, como es habitual, debido a las medidas de precaución ante la expansión del COVID-19.

Y es que lo que pasó exactamente en la frontera griega la última semana sigue sin estar del todo claro. Las imágenes que nos han llegado, publicadas por la televisión y las autoridades turcas, muestran incendios en las instalaciones de acogida a migrantes, y el uso de gases lacrimógenos y balas de goma por parte de la Policía helena. La llegada de demandantes de asilo a la frontera ha aumentado en los últimos días tras el espoleo de Erdogan, que abrió la frontera con Grecia y llegó a fletar autobuses gratuitos para enviar a los refugiados. Todo indica a que es una medida de presión para que Europa aumente los 6.000 millones de euros del acuerdo firmado con Turquía en 2016, que han mantenido en las fronteras de ese país a unos 3,6 millones de refugiados, y para que apoye su actuación militar en el norte de Siria.

Pero lo que sí sabemos es que, además de la respuesta por la fuerza, el primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, ha anunciado que congela toda petición de asilo durante un mes. Las autoridades europeas han apoyado la actuación general del Gobierno griego, con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, calificando al país de la "aspida" (escudo) del continente. Ayer, Von der Leyen ya matizaba esas palabras: "Como principio, las respuestas deben ser proporcionadas. Las incidencias de supuesta violencia deben investigarse. El uso excesivo de la fuerza es inaceptable".

Y hoy, la comisaria de Interior, Ylva Johansson, parece haber ido un pasito más allá. Durante el debate que ha mantenido con los diputados en el Parlamento Europeo, ha defendido que el asilo es un derecho "consagrado" y que espera que Grecia cumpla ese derecho. La comisaria viajará este jueves a Atenas para reunirse con el primer ministro griego, para buscar posibles soluciones al problema a corto y largo plazo, según ha explicado la propia Johansson en la intervención que ha cerrado el debate en la Eurocámara.

La comisaria ha recordado en su intervención además que la UE enviará a Grecia 350 millones de euros de momento, más otro tanto que podría llegar en una segunda oleada de financiación, y que aportará equipamiento técnico, mantas, tiendas de campaña y otros materiales de emergencia. En cuanto a la solución a medio plazo, Johansson ha prometido que pondrá sobre la mesa una propuesta para un sistema de reparto de demandantes de asilo tras la Semana Santa. Anteriormente, Johansson había prometido ese paquete antes del final de marzo. Una propuesta de reparto similar ya fracasó entre los países de la UE durante el pico de llegadas, en lo peor de la guerra en Siria, en 2015. Johansson, sin embargo, se ha mostrado confiada de que esta vez sea diferente: "Esto no es 2015. Estamos mucho mejor preparados para gestionar la situación porque ya sabemos qué esperar".

La Eurocámara se ha mostrado dividida ante la actuación de Grecia y la reacción de las autoridades europeas. El Partido Popular Europeo ha defendido la actuación del primer ministro griego, de su mismo color. "Mitsotakis aplica la legislación europea", ha dicho el líder de los populares, Manfred Weber. "No podemos permitir que se haga chantaje a Europa".

"¿Escudo de qué?", le ha afeado a Von der Leyen por su parte la presidenta de los socialistas europeos, Iratxe García. La socialista ha calificado la respuesta de Grecia de "inmoral", y ha denunciado que la suspensión de la tramitación de nuevas solicitudes de asilo es "una clara violación del Derecho Internacional y del Derecho Comunitario". Ordenamientos jurídicos que, ha recalcado, también "prohiben el uso excesivo o desproporcionado de la fuerza".

En la misma línea se ha colocado la coportavoz de los Verdes, la alemana Ska Keller. "Me parece inaudito que la respuesta a las personas que necesitan ayuda desde Europa sea saltarse la ley, suspender los Derechos Humanos y tirar gas lacrimógeno. Yo no sé si eso es lo que queremos ser", ha afirmado. "Europa no puede mirar para otro lado si quiere servir de algo".

La representante del partido de izquierdas alemán Die Linke, Cornelia Ernst, quien ha tachado la situación de "apocalipsis", ha recordado a continuación que unas 140 ciudades alemanas se mostrado abiertas a acoger refugiados y ha pedido que se permita que los reciban. Miembros de la Izquierda griega han mostrado su temor de que su país se convierta en una cárcel a cielo abierto si los países de la Unión siguen sin llegar a ningún acuerdo para la reubicación de demandantes de asilo.

Representantes de la ultraderecha de varios países, por su parte, han defendido la actuación del Gobierno griego y han pedido una gestión más férrea de la frontera, similar a la política de tolerancia cero a la inmigración ilegal de Australia.

El popular español, Esteban González Pons, ha tomado poco después la palabra para denunciar que la "primera preocupación" debe ser por las personas que están en la frontera y que "los inmigrantes no son culpables, son las víctimas". Para González Pons, la solución pasa por el despliegue inmediato de 2.000 agentes de Frontex en la frontera y el envío de 1.000 millones de euros para Grecia y Bulgaria para ayudar a la gestion de la "crisis migratoria", en vez de los 700 prometidos por la Comisión.

El socialista Juan Fernando López Aguilar ha denunciado las "condiciones infernales" que viven los migrantes y demandantes de asilo y la violencia que estos han sufrido en los últimos días. "Solidaridad no equivale a convalidar las prácticas brutales de neonazis griegos con violencia xenófoba ni tampoco a aceptar la suspension unilateral del derecho de asilo". López Aguilar ha pedido corredores humanitarios, y realojamientos para niños, menores no acompañados de sus familias y personas vulnerables.

La representante de Ciudadanos, Maite Pagazaurtundúa ha seguido una línea similar: "Estamos abandonando lo que es el corazón de lo que somos como europeos. Nuestra debilidad está en ponernos en manos de Turquía, en no tener corredores humanitarios, y en no tener una política común de asilo".

El eurodiputado de Catalunya en Comú, Ernest Urtasun, ha pedido un "escrupuloso respeto de las personas que llegan a nuestras fronteras", y ha calificado como una "página negra en la Historia de la Unión lo sucedido la semana pasada y "los aplausos de Von der Leyen".

La posible solución al drama que viven los que tratan de escapar de la guerra en sus casas puede retrasarse aún más de lo previsto, ya que se ha cancelado, debido al coronavirus, la reunión que los ministros de Interior de la UE tenían prevista en Bruselas este viernes.