Tanques alemanes para avanzar hacia la paz: hipocresía en la Unión Europea
Sara Serrano
Madrid-
El canciller de Alemania, Olaf Scholtz, nombró ayer como nuevo ministro de Defensa al socialdemócrata Boris Pistorius. Este nombramiento se produce tras la dimisión de la anterior titular, la también socialdemócrata Christine Lambrecht, que ha renunciado a la cartera después de protagonizar una serie de errores que le han granjeado la desaprobación ciudadana y de su propio ejecutivo: errores de protocolo, inexperiencia en cuestiones militares y mensajes que se entendieron como una trivialización de la guerra han sido los principales objetos de ataque contra la exministra.
Lambrecht, también ha sido criticada por la "lentitud" a la hora de gestionar los 100.000 millones de euros destinados por Scholtz a modernizar el Ejército alemán con los que se buscaba alcanzar el 2% del PIB en defensa marcado por la OTAN.
El tabloide alemán 'Bild' es el que más ha azotado a la exministra publicando todas y cada una de las polémicas en las que ha estado involucrada, y el que dio también la exclusiva de su dimisión un par de días antes de que se produjera. Este mismo diario, publicó también una encuesta, en la que el 64% de los encuestados se mostraban favorables a su dimisión.
La cuestión de fondo que subyace a este cambio en el Ministerio de Defensa es el debate sobre el envío de tanques alemanes a la guerra de Ucrania. Los carros de combate Leopard, (fabricados por el consorcio alemán Rheinmetall), están presentes en diferentes ejércitos de Europa, pero no pueden ser entregados a Ucrania sin la autorización previa de Berlín. Polonia y Finlandia, (que quieren enviar sus tanques al frente), están tratando de crear una coalición europea que organice el suministro de Leopards a Ucrania. Mientras tanto, Reino Unido ya ha anunciado que va a mandar 14 de sus Challenger, el equivalente del Leopard alemán, a Kiev.
¿Y cuál es la posición de la Unión Europea y Estados Unidos? Pues, (aunque han evitado pronunciarse directamente sobre la decisión que tiene pendiente tomar Alemania), basta prestar atención a las declaraciones de los representantes de las instituciones europeas para saber en qué dirección empujan.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, dijo hace unos días que Ucrania "debería obtener todo el equipo militar que necesita para defenderse". Mientras que el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, ha sostenido que "está en el honor de Europa ayudar a Ucrania a defenderse". Durante su comparecencia Borrell expresó también su confianza en que la Unión Europea apruebe una nueva aportación al "Fondo Europeo para la Paz" de unos 500 millones de euros adicionales próximamente. Con esta nueva entrega, (que sería ya la séptima), la Unión Europea habrá destinado ya más de 3.600 millones de euros a la guerra de Ucrania.
Por su parte, Washington también aprueba ahora la entrega de carros de combate. Recordemos que el pasado mes de marzo, el presidente Joe Biden descartaba el suministro de armas ofensivas a Kiev argumentando que la idea de dar aviones y tanques americanos a Ucrania supondría la Tercera Guerra Mundial. También el presidente francés, Emmanuel Macron, sostenía el pasado mes de junio que no iban a entrar en guerra enviando aviones de caza o tanques a Ucrania.
Una cuestión que está generando grietas en el ejecutivo alemán: los verdes y liberales de la coalición de gobierno exigen la luz verde al envío de tanques, mientras que los socialdemócratas se habían resistido hasta ahora a desviarse de la posición histórica de Alemania de no enviar armamento ofensivo a zonas de conflicto. En este sentido, Lambrecht era percibida como una de las figuras que se resistía al envío de carros de combate a Ucrania.
Además, la salida de Lambrecht se produce en un contexto enormemente delicado para el ejecutivo alemán. Según las últimas encuestas, si hubiera elecciones generales, los partidos del Gobierno, la coalición de socialdemócratas, liberales y verdes, no revalidaría la mayoría necesaria para poder gobernar.
Tal y como cuenta Rafael Poch en Ctxt, los lobistas de las empresas de armas están desatados. Poch cuenta cómo uno de los más prominentes lobistas, el ex presidente de la Conferencia de Seguridad de Munich, Wolfgang Ischinger, ha pedido organizar una "economía de guerra en Alemania. Ucrania dispara tanta munición en un día como la que producimos aquí en medio año, hay que tomar la iniciativa y pedir a las empresas europeas de armamento que produzcan más armas y municiones, no se trata solo de suministrar tanques, se trata de munición para artillería, misiles, drones, sistemas de defensa antiaérea y mucho más, pero necesitamos prioridades políticas para que la industria tenga directrices", ha dicho. Además Ischinger sostiene "el miedo a los riesgos de escalada no debe convertirse en un mecanismo de autodisuasión".
Pero no todos dentro del gremio militar piensan que mandar tanques a Ucrania sea una buena idea. El ex general de Brigada alemán y ex asesor de Merkel, Erich Vad, ha sido muy claro al respecto diciendo que el envío de armas a Ucrania supondría efectivamente una escalada militar y abriría un rumbo que no se podría controlar. Ha dicho lo siguiente: "Occidente puede enviar 100 blindados Marder y 100 Leopard. No cambiarán la situación militar general. Y la cuestión más importante es cómo superar un conflicto de este tipo contra una potencia nuclear sin entrar en una Tercera Guerra Mundial. Y eso es exactamente lo que los políticos y periodistas de Alemania no están pensando".
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