Este artículo se publicó hace 16 años.
El TC vincula el fallo contra la consulta vasca al Estatut
Su vicepresidente dice que las sentencias, como las cerezas, "están todas unidas"
Si el jueves el Tribunal Constitucional sorprendía a propios y extraños con un comunicado donde justificaba la tardanza de un fallo sobre el Estatut, ayer su vicepresidente, Guillermo Jiménez Sánchez, daba un paso más hacia la heterodoxia judicial y vinculaba la sentencia contra la Ley de Consulta Vasca a la que se está preparando sobre el Estatut de Catalunya. "En mis años de infancia se decía aquello de que las cerezas están todas unidas, y cuando se tira de una salen otras enlazadas por los pedúnculos, y así todas las sentencias del TC van creando una doctrina que intentamos hacer que se respete", dijo el magistrado conservador en declaraciones a la cadena Ser.
Más allá de la metáfora campestre, Jiménez Sánchez fue más concreto cuando afirmó que en la sentencia sobre la ley vasca puede que "haya elementos que tengan que aplicarse en un sentido u en otro en el estudio del Estatut de Catalunya o del que sea".
Cojín de jurisprudenciaEstas declaraciones echan por tierra los intentos de los partidos catalanes, y sobre todo del PSC, de desvincular una sentencia de la otra con el argumento de que una cosa es una ley que ya se sabía que era ilegal desde el principio, y otra muy diferente una ley que ha sido aprobada por las Cortes y refrendada por el pueblo catalán.
La teoría de las "cerezas" del magistrado Jiménez Sánchez, se parece mucho a la del "cojín de jurisprudencia", formulada estos días por el diputado de CiU, Francesc Homs, que fue ponente del Estatut. Para Homs, el Alto Tribunal se está pertrechando desde hace dos años de ese "cojín" mediante sentencias que cambian sustancialmente la doctrina anterior del Constitucional y que amenaza puntos sensibles del Estatut. El diputado convergente cita las sentencias 13/2007 y 58/2007 sobre la financiación andaluza y también la sentencia 247/2007 sobre el Estatuto del País Valenciano. En ellas se refuerza el papel del Estado central y se limita sobremanera el margen de maniobra de las comunidades.
Sea bien a causa de las "cerezas" o del "cojín", los augurios sobre el Estatut no son buenos. Quizá por eso ya hace tiempo que CiU, ERC e ICV restan legitimidad a un tribunal capaz de, un día sí otro también, generar controversia y confusión.
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