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Victimas del franquismo La Universidad Complutense de Madrid y el Gobierno de España honran la memoria de los rectores represaliados por el franquismo

Los familiares de los cinco rectores que terminaron en el exilio han recibido una reparación simbólica por parte de la institución docente y del Ejecutivo. El acto ha servido para homenajear a todas aquellas personas de la comunidad educativa que sufrieron las represalias del régimen, aunque desde la ARMH lo tildan de "insuficiente".

La Universidad Complutense de Madrid y el Gobierno de España honran la memoria de los rectores represaliados por el franquismo
Imagen de los representantes de la Universidad y del Gobierno de España. Guillermo Martínez

El paraninfo histórico de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) ha abierto sus puertas para reparar de forma simbólica a las familias de los cinco rectores represaliados a partir de 1939, cuando el franquismo entró en la capital. Fernando de los Ríos, José Giral, José Gaos, Blas Cabrera y Claudio Sánchez-Albornoz han sido los protagonistas de este solemne acto que ha contado con algunos de los máximos representantes del Gobierno, como los ministros Manuel Castells y Félix Bolaños. La intervención por parte de los represaliados ha corrido a cargo de Laura García Lorca de los Ríos, descendiente del catedrático y familia del universal poeta: "El exilio fue la última circunstancia compartida por todos estos profesores, desde donde trabajaron para recuperar la España que se había truncado en plena construcción y siguieron en su tarea de siempre: la enseñanza".

Araceli Manjón, secretaria general de la UCM, ha recalcado la importancia de un acto de estas características, en el que se han entregado las declaraciones de reparación y reconocimiento personal en favor de los rectores. "Todos ellos fueron depurados y separados definitivamente del servicio por el régimen franquista en 1939 (…). Solo uno de ellos, Sánchez-Albornoz, volvió con vida a España. Los demás murieron fuera, aunque el cuerpo de Fernando de los Ríos fue repatriado".

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Imagen de la declaración en favor de Blas Cabrera y Felipe. Guillermo Martínez

La represión que sufrieron estos cinco rectores, también intelectuales y políticos, se basaron en dos órdenes franquistas en las que se "expresaban de forma inmotivada y genérica que las separaciones se decretaban por desafección al nuevo régimen, sus actuaciones en las zonas de dominación marxista o por su pertinaz política antiespañola antes del glorioso Movimiento Nacional", ha explicitado Manjón en base a la textualidad de la normativa franquista. Ella misma ha incidido en que "la reparación que hoy obtienen nuestros rectores es simbólica, sin consecuencias jurídicas, y se fundamenta en el reconocimiento de que las sanciones fueron injustas e ilegítimas". De esta forma, la secretaria general ha comentado que la sociedad debe aspirar a que "las resoluciones y sentencias que acentuaron la represión sobre todos los perseguidos por el franquismo sean declaradas nulas y, con ello, inexistentes en derecho".

Casi 500 víctimas en la Universidad Central

El homenaje que hoy se concentra en aquellos que ostentaron el cargo de rector y que fueron represaliados también ha sido engrandecido al mentar a todos aquellos trabajadores de la Universidad que fueron perseguidos. "De los 128 catedráticos que había en 1936, fueron sancionados el 44 por ciento. En profesores auxiliares y ayudantes la represalia fue del 50 por ciento. Contando todas las formas de represión en estos cuerpos, desde la separación al fusilamiento, se contabilizan 486 represaliados en la Universidad Central, la mitad de ellos en la Facultad de Medicina", ha expresado la secretaria general.

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Imagen del acto en la Universidad Complutense de Madrid. Guillermo Martínez

De esta forma, los familiares han recogido la declaración de reparación personal de manos del ministro de Universidades, Manuel Castells, y de Félix Bolaños, ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática de España. En nombre de Estos familiares ha hablado Laura García Lorca de los Ríos, quien ha recordado que "durante los años de peligro" se empezaron a combinar con éxito los dos modelos educativos existentes en aquel momento.

El franquismo como terrorismo de Estado

Bajo unas letras mayúsculas y doradas que rezan "Sapientice et doctrinae", Castells ha tomado la palabra para afirmar que "el franquismo fue más que una dictadura; fue terrorismo de Estado". Él mismo ha retrotraído sus palabras a la actualidad al afirmar que "el pasado amenaza con volver, porque asistimos en el mundo a nuevos brotes de destrucción de los principios democráticos, de acabar con el respeto a los Derechos Humanos y del ámbito de convivencia por algunas fuerzas políticas en todo el mundo (…) Miren por dónde, todavía hay quien hoy día tararea aquello de soy el novio de la muerte".

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Imagen del acto en la Universidad Complutense de Madrid. Guillermo Martínez

Asimismo, su intervención ha superado el simbolismo del acto al citar la historia de Juana Capdevielle San Martín. "Estaba embarazada y su marido, profesor, fue fusilado. Ella abortó al enterarse de la muerte. La soltaron pero, inmediatamente, las milicias falangistas la volvieron a detener, la violaron y la asesinaron", ha narrado el ministro de Universidades.

Contra el odio, lo mejor de España

Joaquín Goyache, actual rector de la UCM ha expresado que "no se trata de buscar culpables sino de restituir la dignidad de las personas". Una memoria frente a los discursos de odio y la confrontación, ha dicho el rector, que supera el olvido. "La ciencia y la enseñanza, por encima de todo, es la libertad", ha dicho Goyache antes de finalizar su intervención recordando una cita de Miguel Hernández: "Una gota de pura valentía vale más que un océano cobarde".

La ARMH consideran que "es una reparación insuficiente" ya que el Estado debería indemnizar a sus familias

Bolaños, por su parte, ha querido incidir en que los rectores homenajeados no perdieron, sino que ganaron, "porque la España que soñaron es realidad hoy". El ministro ha comentado que estos antiguos docentes de la Universidad Central "representan lo mejor de España, la cultura, la universidad, la libertad". Asimismo ha puntualizado que el acto de hoy es "una reparación moral en nombre del país para poder rememorar todo el trabajo, esfuerzo y prestigio que fueron capaces de poner en favor de la construcción democrática de nuestro país".

La ARMH piensa que es "insuficiente"

Por su parte, la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica ha calificado el acto como "un merecido homenaje". Por contra, consideran que "es una reparación insuficiente ya que el Estado debería indemnizar a sus familias con todos los sueldos que dejaron de cobrar como causa de esa represión y persecución y además con la condena sin paliativos a los responsables de esa violencia y de esa persecución inquisitorial hacia quienes no se sumaron al golpe de Estado fascista del 18 de julio de 1936".

Los cinco rectores  sirvieron en el ámbito docente y universitario, pero  tuvieron labores en la política civil durante la republica

Asimismo, recuerdan que hace un año pidieron por registro y dirigiéndose a Goyache la retirada o resignificación del Arco de la Victoria y el desmantelamiento del monumento al ministro franquista José Ibáñez Martín, algo que todavía no ha sucedido. Según Emilio Silva, presidente de la entidad, "resulta inexplicable que se haga un homenaje a los represaliados y se mantengan monumentos que enaltecen a sus verdugos y celebran el triunfo de la represión".

Expedientado por la República y el franquismo

Los cinco rectores que componen el elenco de la ahora memoria restituida sirvieron en el ámbito docente y universitario, pero también desempeñaron importantes labores en la política civil durante el periodo republicano. Ello les hizo merecedores, tal y como así lo estableció el régimen dictatorial de Franco, de la pérdida de sus puestos universitarios, a lo que se sumaron diferentes condenas por el Tribunal especial para la represión de la masonería y el comunismo y el Tribunal de responsabilidades políticas.

Por orden cronológico de llegada al Rectorado de la entonces Universidad Central, Blas Cabrera fue el primero de los hoy homenajeados. Fue presidente de la Real Academia de Ciencias y la persona que reemplazó a Ramón y Cajal en el sillón "I" de la Real Academia Española. A partir de marzo de 1930 ocupó el más alto cargo universitario, en el que permaneció durante un año. El 18 de julio de 1936 se encontraba en París, "quedando exiliado en Francia hasta que las presiones del Gobierno de Franco le forzaron a dimitir en 1941", ha remarcado Manjón.

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Imagen de la resolución de Blas Cabrera y Felipe. Guillermo Martínez

Este científico fue expedientado por el Gobierno republicano al no presentarse al llamamiento de 1936 y por el franquismo en 1939. "No en razón de activismo político alguno sino por su equidistancia y no adhesión, como otros representantes de la tercera España, porque por entonces la única opción era la adhesión acrítica e inquebrantable a la dictadura", en palabras de la secretaria general. En 1941 comenzó su exilio en México, donde continuó desarrollando labores docentes y de investigación. Cuatro años después falleció enfermo de parkinson. Terminó enterrado en el panteón español de Ciudad de México.

Rector y ministro de la Marina

José Giral era republicano, masón y antimonárquico. Natural de Cuba, padeció cárcel durante la huelga de 1917 con la dictadura de Primo de Rivera y el mandato de Berenguer. Entre junio y diciembre de 1931 fue rector de la Universidad de Madrid. Ostentó la cartera del Ministerio de Marina, posteriormente, hasta en cuatro ocasiones; y fue diputado por Acción Republicana e Izquierda Republicana. Un día después del golpe de Estado fue designado presidente del Gobierno, cargo que desempeñó hasta septiembre de 1937. Largo Caballero y Juan Negrín contaron con él en su gabinete ministerial.

En febrero de 1939 huyó a Francia junto a Manuel Azaña. También continuó con su labor docente en México. Además de ser depurado de la cátedra en ese año, fue condenado a una multa de 75 millones de pesetas y pena de extrañamiento de 15 años por el Tribunal de responsabilidades políticas en 1941. El tribunal de represión de la masonería y el comunismo también lo condenó en 1944. Murió en México en 1962 tras compatibilizar docencia, producción científica y la presidencia del Gobierno en el exilio desde el año 1945 tras la primera reunión de las Cortes republicanas celebrada en México. Su cuerpo continúa enterrado en el mismo panteón que el de Cabrera.

El único que volvió con vida a España

Claudio Sánchez-Albornoz fue rector en 1932, cargo que abandonó a finales de 1933 al ocupar un cargo político. Liberal, republicano, católico y demócrata, engrosó las filas de Acción republicana y llegó a ser ministro de Estado y vicepresidente de las Cortes, así como embajador a Portugal. Pocos meses después de iniciada la Guerra Civil, huyó hacia Francia. Cuatro años después se trasladó a México, donde continuó con la docencia e investigación.

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Imagen de un diploma para Claudio Sánchez-Albornoz y Meduiña. Guillermo Martínez

Fue condenado por el Tribunal de responsabilidades políticas a la pérdida de sus bienes y una multa de 5 millones de pesetas. Entre 1962 y 1971 fue presidente del Gobierno de la República en el exilio. Fue el único de los cinco homenajeados que, con vida, regresaron a España, donde se instaló en 1983. Es doctor honoris causa por seis universidades y fue galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación. Falleció en Ávila un año después de su regreso a su país natal.

10.000 nuevas escuelas

Fernando de los Ríos, natural de Ronda, se crio en una familia liberal y burguesa. Francisco Giner fue su pariente cercano, quien le orientó en su educación. "Se posicionó a favor de la clase obrera y luchó en defensa de sus intereses, considerando que solo la república consentiría la implantación de sus ideas", ha explicado Manjón. De esta forma, fue militante del PSOE desde 1919 y se ubicaba en el socialismo democrático, humanista y burgués no revolucionario, además de ser miembro de la masonería. Era partidario de la libertad de culto y la aconfesionalidad del Estado.

Miembro de la Institución Libre de Enseñanza, fue encarcelado por participar en la sublevación de Jaca. Su carrera política se enmarca en el hecho de ser diputado a lo largo de varias legislaturas, ministro de justicia con Alcalá Zamora y Azaña, ministro de Instrucción Pública, y ministro de Estado. Bajo su mandato se afianzó la idea de construir una ciudad universitaria en la capital y se abrieron 10.000 nuevas escuelas y se apoyó el bilingüismo en las aulas.

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Imagen del acto en la Universidad Complutense de Madrid. Guillermo Martínez

También intervino en cuestiones importante de la República como el aspecto agrario, la separación Iglesia del Estado, igualdad de la mujer, la reforma penitenciaria y la educación. Las funciones de rector no se alargaron más que 34 días desde el 31 de agosto de 1936. Sería en Estados Unidos donde viviría exiliado. El régimen franquista le incautó sus bienes y le impuso una multa de 200.000 pesetas. También fue condenado a 30 años de reclusión mayor e inhabilitación absoluta y perpetua. En Nueva York continuó con la docencia, ciudad en la que falleció en 1949. Su cuerpo fue repatriado en 1980.

José Gaos, el "trasterrado"

José Gaos fue alumno de José Ortega y Gasset. En 1931 se afilió al PSOE. Su cargo como rector se alargó durante los tres años que duró la Guerra Civil. También se exilió en México, según él mismo dijo "trasterrado", que no "desterrado", por el buen trato que recibió de la Administración mexicana. Obtuvo la nacionalidad mexicana y falleció en 1969 de un infarto tras intervenir en un acto universitario. Su cuerpo descansa en el mismo panteón que Cabrera y Giral.

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