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La Xunta quiere borrar de las listas de espera a pacientes graves con demoras de más de 180 días para ser operados

El Servizo Galego de Saúde modifica los protocolos de los hospitales para reducirlas de cara a las próximas elecciones autonómicas

De izquierda a derecha, la gerente del Sergas, Estrella López-Pardo; el conselleiro de Sanidade, Juñio García Comesaña; y el director de Asistencia Sanitaria de la Xunta, Jorge Aboal, en un acto en marzo pasado / Xunta de Galicia

Juan Oliver

La dirección de Asistencia Sanitaria del Servizo Galego de Saúde (Sergas) está enviando a los hospitales gallegos un nuevo protocolo que pretende sacar de las listas de espera a miles de pacientes graves con citas de más de 180 días para ser intervenidos quirúrgicamente.

Varias fuentes médicas del Sergas han denunciado que el nuevo sistema pretende en realidad falsear esas listas, eliminando de las mismas a los enfermos que rechacen ser intervenidos en hospitales que pertenezcan a áreas sanitarias distintas a las que les corresponden. En Galicia hay siete áreas sanitarias con 14 hospitales, varios de los cuales están separados entre sí por distancias de más de 150 kilómetros .

Se trataría, según aseguran esas fuentes, de maquillar las listas y las medias de espera de la sanidad pública a costa de los enfermos, como artificio electoral de cara a los próximos comicios autonómicos, previstos para julio pero que el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, planea adelantar a marzo.

El Sergas publica sus listas de espera a principios de año con los datos cerrados a 31 de diciembre, por lo que la reducción artificial de las mismas permitiría a la Xunta enarbolar durante la campaña esos datos falseados como un éxito de gestión. También, regatear las críticas de la oposición, los sindicatos, las organizaciones y colegios médicos y las asociaciones de pacientes y usuarios sobre la situación real de la sanidad pública.

La Consellería de Sanidade asegura que es falso

Fuentes de la Consellería de Sanidade de la Xunta, que dirige Julio García Comesaña, han asegurado a Público que “es falso” que los pacientes que rechacen ser operados fuera de su área sanitaria -para lo que tendrían que asumir por su cuenta los gastos de viaje y estancia, suyos y de sus acompañantes-, vayan a salir de las listas de espera. Pero el nuevo protocolo, al que ha tenido acceso este diario, confirma que pasarán a una nueva situación.

El documento enviado a los hospitales les insta a facilitar antes del próximo viernes 17 de noviembre “un listado de pacientes susceptibles de derivación para su intervención antes del 31 de diciembre de 2023”. Luego, deberán solicitar por teléfono la aceptación del paciente para que sea operado en otro centro.

Si el paciente rechaza la derivación [el personal de admisión] registrará en la aplicación informática SIGHA [el sistema integrado de gestión de datos e historiales clínicos] la nueva situación del episodio quirúrgico del paciente”, reza el protocolo.

Más de 375.000 personas aguardan en Galicia para ser operados, atendidos por un especialista o para someterse a una prueba diagnóstica. Esos son los últimos datos de las listas de espera estructurales de la Xunta, que sin embargo oculta las llamadas listas no estructurales.

Imagen de archivo de una intervención quirúrgica en un hospital gallego / Galaria

En estas últimas se registra a aquellos pacientes que no pueden ser atendidos o tratados por razones ajenas a la responsabilidad del Sergas, como su propia negativa, por motivos médicos o porque han rechazado ser derivados a la sanidad privada, y que dejan de contar automáticamente con las garantías de los tiempos máximos de espera.

A partir de ahora esas listas acogerán también a quienes no acepten ser enviados a centros alejados de sus domicilios y de sus hospitales de referencia, ya que el Sergas considerará que, como les ha ofrecido una solución, la demora en sus intervenciones no puede ser atribuida a razones derivadas de la escasez o mala organización de sus recursos técnicos y humanos.

El nuevo protocolo tiene como “población diana”, según afirma literalmente el documento, a “pacientes en lista quirúrgica en colas de programación 1 o 2 con una espera estructural a 31 de diciembre de 2023 mayor de 180 días”. Según el propio Sergas, los del grupo 1 son aquellos cuyos médicos han advertido de que la gravedad de su dolencia “no admite una demora superior a 30 días” en su intervención quirúrgica. En los del grupo 2 “el tiempo de espera recomendable no debe superar los 90 días”.

Es decir, que además de reconocer que hay pacientes que superan con creces la demora máxima recomendada por sus médicos para que sean operados, el Sergas pretende suprimirlos de las listas de espera si no aceptan ser intervenidos en la sanidad privada o fuera de su área sanitaria.

Citas a más de 180 días

Según los últimos datos de las listas estructurales del Sergas, que no segmentan a los pacientes según la prioridad por la que deben ser operados, un total de 3.083 pacientes gallegos tenían citas a más de 180 días para ser sometidos a una intervención quirúrgica en los hospitales adscritos a la sanidad pública.

La oposición, los sindicatos, las organizaciones médicas profesionales y las asociaciones de pacientes y usuarios llevan años reclamando a la Xunta que haga públicas las listas de espera no estructurales, pero el Gobierno de Alfonso Rueda se niega a facilitarlas.

El pasado martes 14 de noviembre, la Asociación de Pacientes e Usuarios do Complexo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS) informó en un comunicado de que ha presentado ante un juzgado de lo Contencioso-Administrativo de Santiago un recurso, por la vía especial de violación de los derechos fundamentales, contra la decisión del Sergas de no proporcionárselas.

El recurso recuerda que la asoaciación las reclamó en marzo del año pasado, hace más de veinte meses, y que la Comisión de Transparencia de Galicia, el organismo independiente encargado de garantizar el derecho al acceso a la información pública, falló en octubre de 2022 en contra de los motivos aducidos por la Consellería de Sanidade para justificar su negativa a publicarlas.

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