Este artículo se publicó hace 16 años.
Zapatero confirma su apoyo a la entrada de Turquía en la UE
El presidente proclama su orgullo por la «influencia del Islam» en la historia de España
“Mi Gobierno apoya decididamente la solicitud turca de adhesión a la Unión Europea”. Con estas palabras, en presencia del primer ministro de Turquía, de varias personalidades del ámbito académico del país y de cientos de universitarios a quienes daba el discurso de inauguración en la Universidad Bahçeschir de Estambul, José Luis Rodríguez Zapatero confirmó ayer categóricamente lo que hasta ahora había sido un respaldo tibio y poco concluyente para que este país vistiera la camiseta con el número 28 del equipo de la UE.
El presidente del Gobierno hizo, además, un llamamiento –casi reproche– a sus colegas europeos: “Si Europa desea desempeñar, como yo espero, el papel de actor decisivo en el mundo contemporáneo, una Turquía en la UE dará a ésta la proyección y el protagonismo estratégico que hoy, en algunos casos, le faltan”.
Hubo asimismo, en la segunda intervención de Zapatero ayer en Estambul, durante la cena de celebración del fin del ayuno diario del Ramadán, un mensaje para las autoridades y el pueblo turco: mantened “con la determinación que caracteriza al pueblo turco –dijo el jefe del Ejecutivo a los cerca de 2.500 invitados que asistieron al ágape, entre ellos, el ex seleccionador Luis Aragonés– vuestras políticas de reforma para conseguir el objetivo de adhesión a la UE”. Una meta que, según el jefe del Ejecutivo, contará con todo el trabajo de España “para que las negociaciones se desarrollen con la mayor fluidez”.
Amistad y proximidadEspaña ingresó en la UE el 1 de enero de 1986 y el jefe del Ejecutivo tuvo un recuerdo para ese momento. Recordó a los turcos, a “su amigo” Erdogan el primero, que no fue fácil; que fue un proceso largo y duro, de casi diez años negociando, pero que para nuestro país supuso “una oportunidad histórica” y “los años más prósperos” para España.
Zapatero, a pesar de las acusaciones que ha recibido estos días desde sectores conservadores por acudir a una cena de clausura del Ramadán en el hotel Wow de Estambul –por su reivindicación del laicismo y por el supuesto arrinconamiento del catolicismo en España–, no dudó en comenzar su discurso en la ceremonia del Iftar, la ruptura del ayuno, resaltando “la extraordinaria relación de amistad y de proximidad” con Turquía.
Y no sólo eso. Aseguró que no se encontraba en Turquía como “extranjero”, sino como jefe del Ejecutivo de un país “que se siente orgulloso de la influencia del Islam en nuestra historia y de su rico legado en nuestra lengua y patrimonio artístico”. Turquía y España son el mejor ejemplo “para asimilar e integrar lo mejor de otras culturas” y, es por ello, que ambas lideran el proyecto de la Alianza de Civilizaciones, hoy de Naciones Unidas, que celebrará su II Foro a principios de abril en Estambul, seguido de un tercero en Brasil y de los siguientes en Portugal, Qatar y Marruecos.
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