'Esa obra se va a hacer porque es fruto de la voluntad democrática'. Contundente, aunque afectado, el presidente del Gobierno ha condenado el asesinato etarra del empresario Ignacio Uría, copropietario de la empresa Altuna y Uría que participa en la construcción de la ‘Y' vasca, y ha manifestado sus condolencias a los familiares, amigos y compañeros del industrial. Al rechazo tajante del crimen se ha sumado una advertencia a los asesinos: 'Conocen la suerte que han corrido quienes les han precedido, la que les espera: pasar el resto de su vida en la cárcel'.

Zapatero ha informado de que había mantenido sendas conversaciones con el lehendakari Juan José Ibarretxe, a quien ha reafirmado su compromiso de continuar la obra ferroviaria que la banda terrorista ha hecho su objetivo, y con Mariano Rajoy. El jefe del Ejecutivo y el líder del PP coincidieron en que los portavoces parlamentarios debían acordar mañana jueves una declaración de condena.

El acto de Zapatero previsto para hoy ante el empresariado vasco ha quedado pospuesto, pues el presidente acudirá a la capilla ardiente de Uría para expresar personalmente el pésame a sus familiares.

A Rajoy, la noticia del asesinato de Uría le ha llegado fuera de Madrid, en un acto por el día internacional de las personas con discapacidad, y cuando se le ha informado con una nota, ha condenado el atentado con dureza y ha recordado que el objetivo de la banda asesina es 'generar caos y terror'. Esa estrategia, ha replicado, no tiene futuro. 'ETA será derrotada y pronto. Ése es el objetivo nacional'.

Cuando el líder del PP hablaba, Uría aún luchaba por su vida. Ha sido Soraya Sáenz de Santamaría quien se ha encargado de dar el pésame a la familia. La portavoz del PP en el Congreso ha expresado el 'más sincero dolor' por la muerte del empresario. Y ha recalcado: 'La batalla por la democracia la ganarán los demócratas y los amantes de la libertad'. Para demostrar la unidad contra el terrorismo, fuerzas políticas y sindicatos se congregarán mañana a las 11 de la mañana en el Congreso.

Desde el lugar del atentado, Ibarretxe ha deplorado la 'enorme cobardía' con la que ETA ha asesinado a 'un hijo del pueblo vasco', un empresario del que 'la sociedad vasca está orgullosa'. 'Se puede estar o no a favor del tren, pero en ningún caso se puede matar', ha razonado Ibarretxe, quien pidió a ETA: 'Sal de nuestras vidas'.