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Zapatero repesca a Bono para achicar espacio al PP

Confirma, antes de disolver las Cortes, que será el candidato del PSOE para presidir el Congreso

GONZALO LÓPEZ ALBA

Segundo golpe de efecto en cuatro días. Si el lunes fue Pedro Solbes quien confirmó su disposición para acompañar a José Luis Rodríguez Zapatero como número dos de la lista que el presidente del Gobierno encabezará por Madrid y para continuar como vicepresidente económico si el PSOE gana las elecciones, ayer fue el turno de José Bono.


Bono, toma II. Veinte meses después de renunciar a la cartera de ministro de Defensa, regresa a la primera línea de la política para encabezar la lista socialista por Toledo y optar a la presidencia del Congreso de los Diputados en la próxima legislatura.

Se lo había planteado Zapatero el mismo día en que cesó como ministro, el 7 de abril de 2006, según trascendió algún tiempo después.

Una crónica que no por sabida tuvo ayer menor impacto, sobre todo por el hecho insólito de que, antes de que ni tan siquiera se hayan disuelto las Cortes en ejercicio, un partido anuncie con carácter oficial quién es su candidato para ocupar el tercer puesto en el rango protocolario del Estado -el rey, el presidente del Gobierno y el presidente del Parlamento- . Esas formas que han dado el último empujón para dejar la política activa al todavía presidente del Congreso, Manuel Marín.

'Quiero recordarles que cuando cesé como ministro, ya ese mismo día, el presidente me dijo: ‘Ya sabes lo pertinaz y tenaz que soy, y te seguiré pidiendo que vuelvas a la primera línea de la política'. No ha cesado de hacerlo'. Así lo evocó Bono para dejar claro que no vuelve a petición propia, sino de parte. En su relato, omitió su negativa a aceptar la candidatura a la Alcaldía de Madrid en las pasadas elecciones municipales del 27 de mayo.

Postura de ganador

A falta de margen para mantener la tensión con un programa de sorpresas programáticas -aunque habrá algunas-, Zapatero intenta llenar el vacío mediático moviendo las piezas de su tablero de forma similar a cómo lo hizo en 2004.


Entonces, a mitad de la campaña electoral, adelantó que contaba para su Gobierno con José Bono, Miguel Ángel Moratinos y Miguel Sebastián, en un intento de transmitir que tenía ‘equipo de Gobierno'. Ahora, anticipa no sólo mimbres de un próximo Gabinete, sino incluso candidatos institucionales, con el propósito de transmitir la idea de que no cabe otro ganador que el PSOE.


Órdago a los nacionalistas


Bono se autodefinió ayer como 'un peón', pero más bien es una torre.

Si con la continuidad de Solbes pretendía Zapatero despejar la inquietud ante un horizonte económico que ya ha empezado a complicarse, con la repesca de Bono también persigue achicar terreno al PP por la franja derecha del electorado.

Y, en la medida en que es también un órdago a los nacionalistas, traslada el mensaje de que aspira a gobernar sin tener que depender de las minorías, con lo que refuerza su apelación a una 'mayoría más amplia'.
El ex ministro tiene certificada en Castilla-La Mancha, con seis mayorías consecutivas, su capacidad para pescar en el caladero conservador.

También tiene certificada su enemistad con los nacionalistas, cuyos votos podrían impedir su elección en un hemiciclo con una composición similar al actual.

Bono no quiso abrir nuevas querellas con los nacionalistas y se limitó a dejar sentado que 'si mi partido obtiene mayoría absoluta, no voy a lamentarlo'. Sí se extendió sobre su capacidad de captar votos: 'A mí no me incomoda conseguir el voto de personas que en otras elecciones votan al PP. Lo he pedido y lo pediré'. Incluso anticipó su propósito de pedírselo a los 'desencantados' con la estrategia de 'la crispación'.

Bono, que obtuvo el 58,5 % de los votos la última vez que disputó la presidencia de Castilla-La Mancha, no sólo será el cabeza de lista por Toledo, sino 'el candidato de la región'.

El candidato de la región

Hará campaña por todo su territorio y tendrá manos libres para su diseño. En Toledo, habrá un escaño más en liza, que los socialistas dan por seguro que caerá de su lado, pero aspiran a que el tirón de Bono en la región que gobernó durante 21 años pueda arañar hasta tres escaños al PP.


La confirmación de su regreso se acompañó de una doble puesta en escena: una reunión con Zapatero en el despacho del secretario general del PSOE, de media hora escasa incluido el posado gráfico, y una comparecencia en compañía del secretario de Organización, José Blanco.

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