Has llegado a la conclusión de que necesitas ayuda y te has propuesto buscar psicólogo. Pero ahora llegan nuevas dudas. ¿Dónde lo busco? ¿Qué tipo de psicólogo necesito? ¿Alguna especialidad psicoterapéutica que me venga mejor? ¿Y si no me entiende o no me siento cómodo en la consulta? ¿Debo cambiar?
Elegir psicólogo no es fácil, no te vamos engañar. Al fin y al cabo, a todos nos “toca” un médico de cabecera. Pero con el psicólogo es diferente: por lo general, somos nosotros mismos los que nos debemos mover para encontrarlo.
¿Cuándo buscar un psicólogo?
Estamos en un momento de cambio en lo que a salud mental se refiere. Ya no es un tema tabú: está en la agenda política y diversas personalidades hablan de ello abiertamente. Ya no tenemos por qué esconder que nos sentimos mal. Pero, ¿cuándo esa situación emocional negativa se puede convertir en un problema psicológico? ¿Cuándo buscar ayuda profesional?
Diversos psicólogos hablan ya de prevención, de recibir ayuda profesional antes de que la situación emocional sea “insostenible”. Y así debería ser. Pero, así como no vamos al médico de cabecera hasta que no estamos “malos”, también nos cuesta recibir atención psicológica hasta que no vemos otra opción.
En este sentido, lo aconsejable es que hables de tu problema con el propio médico de cabecera. Te podrá aconsejar sobre los siguientes pasos a seguir, incluyendo la búsqueda de un psicólogo. Además, te podrá recomendar alguno que pueda tratar tu problema, tanto por la Seguridad Social —a pesar de la evidente falta de profesionales— como de forma privada. Paralelamente también lo puedes comentar con tu círculo más íntimo para ver qué opinan ellos.
¿Dónde buscar psicólogo?
Podría parecer más sencillo elegir un psicólogo en mundo digital como el nuestro, pero no es así. Hay tanta oferta en Internet que resulta complicado elegir. Como decíamos, te puede aconsejar tu médico de cabecera y también personas de tu confianza. Pero si no quieres consejos y prefieres hacerlo por tu cuenta, deberás hacer un proceso de criba en la red.
Puedes usar uno de los diversos directorios de psicólogos que existen en Internet en el que podrás seleccionar un profesional basándote en criterios como el tipo de terapia que ofrecen —presencial, online o mixta—, su especialidad, las reseñas, valoraciones y comentarios que tengan, el precio medio por sesión, y la cercanía con tu residencia. Valorando esos factores, ponte en contacto con el elegido.
¿Qué tipo de psicólogo buscar?
Si eliges psicólogo por Internet debes tener una serie de precauciones, asegurándote, ante todo, de que se trata de un profesional colegiado y habilitado para ejercer psicoterapia. No es lo mismo ser terapeuta que psicólogo, aunque el psicólogo pueda ejercer como terapeuta. Por supuesto, se recomienda optar por un psicólogo profesional si es lo que requieres.
Así mismo, debes diferenciar al psicólogo del psiquiatra y del coach. Este último profesional también trabaja en la búsqueda del bienestar emocional de sus clientes pudiendo ser, a su vez, psicólogo. Pero, por supuesto, no todos los coaches son psicólogos, lo que supone no tener una formación clínica, a diferencia de psicólogos y psiquiatras.
Por su parte, el psiquiatra es médico especializado en Psiquiatría, se ocupa de la salud mental a todos los niveles y puede prescribir psicofármacos y medicación y solicitar pruebas diagnósticas, usando también la psicoterapia para resolver el problema del paciente, como hace el psicólogo.
La labor más importante del psiquiatra es la evaluación psicopatológica del paciente para descartar una enfermedad mental derivando al paciente a otros profesionales como puedan ser neurólogos, endocrinos o los propios psicólogos.
Por su parte, un psicólogo se ha licenciado en Psicología —no es médico— pudiendo especializarse más tarde en ámbitos como la educación, el deporte, la familia, las relaciones interpersonales, o la psicología clínica.
En este último caso, los psicólogos han de hacer una formación de posgrado de cuatro años en la unidad docente de un hospital público mediante un programa formativo reglado. A diferencia del psiquiatra, no puede prescribir medicación de ningún tipo, pero sí se encarga del estudio, tratamiento y prevención de los trastornos mentales.
Si tienes un síntoma muy definido como pueda ser el insomnio, problemas de concentración o adicciones, se recomienda acudir a un psiquiatra. Si se trata de un malestar general más indefinido, una situación conflictiva en tu vida cotidiana, con la pareja o en el trabajo, entonces busca un psicólogo.
En este sentido, es importante seleccionar adecuadamente la especialidad del psicólogo que mejor se adapte a tu situación: problemas de pareja, en el trabajo, ansiedad, estrés, etc. En la red, los psicólogos hacen una presentación concreta de sus servicios que te servirán de guía.
¿He acertado con la elección del psicólogo?
Una vez analizados los puntos anteriores y hecha una selección de candidatos, te has decidido por un profesional y ya hasta tenido tus primeras sesiones. Llegados a este punto, cómo saber si la elección ha sido adecuada, si este psicólogo es el ideal para solucionar tu problema.
¿Te sientes cómodo en las reuniones?
Es un factor decisivo. A todos nos gusta estar cómodos en la consulta de cualquier profesional, desde el dentista al traumatólogo. Pero con el psicólogo este factor es aún más importante. Y muchas veces no tiene que ver tanto con su nivel de profesionalidad y experiencia, sino con una suerte de feeling que tenemos —o no tenemos— como con cualquier otra persona.
Si tras dos o tres sesiones no te sientes cómodo, debes cambiar: el clima de confianza es clave para que una terapia psicológica tenga éxito. No obstante, también hay que recordar que un psicólogo no debe actuar como amigo o “colega”. Debe haber cordialidad y hasta afectuosidad, pero suficiente distancia emocional. Los psicólogos deben respetar su Código Deontólogico que, entre otras cosas, invita a los profesionales a mantener una escrupulosa distancia emocional con los pacientes.
¿Te escucha de forma activa?
Por desgracia, y como en cualquier otro ámbito laboral, no todos los psicólogos se comportan de forma profesional ante el paciente. Son trabajadores como otro cualquiera y pueden tener días mejores o peores, pero si en dos o tres sesiones sigues notando síntomas de altivez, de falta de interés o le tienes que repetir las cosas un par de veces porque está en Babia, no tengas duda: cambia de psicólogo.
¿Te juzga?
En la misma línea de lo anterior, un buen psicólogo debe caracterizarse, ante todo, por respetar a su paciente y estar libre de prejuicios, independientemente de la mayor o menor gravedad de tu problema según su diagnóstico profesional. No debe opinar ni juzgarte. Está ahí para comprender y ayudar, no para sermonear ni amonestar.
¿Tiene una propuesta clara de intervención, de terapia y de tratamiento? ¿O te desahogas y ya está?
Si usas el psicólogo para desahogarte, pero no encuentras una línea clara de intervención, si no sabes muy bien hacia dónde vas y si te encuentras mejor… o igual, es el momento de hablarlo directamente con el profesional. Recuerda que estás pagando un dinero al psicólogo para que te ofrezca un servicio. Y aunque no te sientas bien, no hay que tener vergüenza ni reparo de preguntar.
En este sentido, es importante que la relación entre psicólogo y paciente sea horizontal: nunca adoptes una posición de sumisión que suponga perder el control de las terapias. Él o ella propone en base a su experiencia y conocimiento, pero tú decides.
¿Te resultan útiles las sesiones?
Puede ocurrir que tras la “euforia” inicial de acudir al psicólogo, sobre todo por primera vez, te sientas mejor y con capacidad para afrontar cualquier problema. Es una paradoja que se da también ante los profesionales médicos. ¿Nunca te has sentido mejor de una dolencia justo antes de entrar en una consulta? Con el psicólogo puede suceder algo parecido.
No obstante, cuando ya han pasado unas sesiones, no solo debes notar que hay un camino marcado, un proceso de intervención claro expuesto por el psicólogo, sino que debes empezar a percibir que la terapia funciona: las sesiones deben ser útiles, no desde el primer día, pero sí a medio plazo.
La terapia psicológica requiere tiempo
Con todo, debes ser consciente de que una terapia psicológica no hace magia. Como decíamos, tras la probable euforia inicial, tal vez sientas un cierto bajón: así como un resfriado no se quita por arte de magia tomando un paracetamol, los problemas psicológicos requieren paciencia: debes confiar en el profesional y en su tratamiento.
Al fin y al cabo, y más hoy en día con la presión que ejercen las valoraciones de los pacientes en el entorno digital, los propios psicólogos son los más interesados en que los pacientes tengan una experiencia positiva y eficaz en sus consultas.