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Qué es el ‘Firedooring’: cómo detectar este comportamiento en tu pareja

Una relación interpersonal equilibrada, el objetivo de cualquier persona que acepta compartir su vida con otra. Pero asegurar un fifty/fifty en todos los aspectos de una relación es tarea complicada, casi imposible, porque es inevitable que en determinadas facetas haya una cierta descompensación. Pero ¿qué pasa cuando esa “descompensación” se convierte en nociva? ¿cuando el desequilibrio es de tal grado que no solo amenaza el futuro de la relación, sino de la propia salud mental de uno o ambos miembros de la pareja? 

Es hora de hablar del firedooring, este término de origen anglosajón que hace referencia a la inadmisible inestabilidad en una relación interpersonal, cuando uno de los dos “tira” de la relación y la otra persona apenas se esfuerza por la misma, solo en los contados momentos en que le interesa por uno u otro motivo, una “unilateralidad emocional” que amenaza el equilibrio psicológico de la pareja. 

¿Qué es el ‘firedooring’? 

Puerta de salida - Fuente: Unsplash
Puerta de salida – Fuente: Unsplash

Puedes rechazar inicialmente (y tal vez no te falte razón) toda esta terminología en inglés para sofisticar determinadas tendencias nocivas en el ámbito sentimental. Pero es una manera, también, de acercar estas reflexiones a los más jóvenes que están más en contacto con la jerga digital en la que una sola palabra (y a poder ser terminada en “-ing”) define una reflexión un poco más profunda. 

Si al menos decir “firedooring” es más cool y menos boomer que decir “desequilibrio” o “unilateralidad” e invita a reflexionar sobre los efectos sobre la salud mental de esta clase de relaciones nocivas a aquellos que las padecen o las creen padecer, así como proponer mecanismos de protección emocional a las personas más ingenuas, bienvenidos sean estos términos, ¿no? 

Firedooring es el último “invento” surgido del Urban Dictionary, una recopilación de términos más o menos afortunados que proliferan en el ecosistema digital.

En este caso, firedooring es una analogía con el funcionamiento de las puertas de emergencia para incendios, por las que puedes salir, pero no entrar, una “unilateralidad” que definiría esta clase de relaciones completamente descompensadas en la que no hay reciprocidad ni en el compromiso, ni en la satisfacción emocional, ni en la responsabilidad afectiva ni, probablemente, en el propio cariño y amor.  

¿Cómo detectar ‘firedooring’ en tu relación? 

Una pareja - Fuente: Pexels
Una pareja – Fuente: Pexels

Los mecanismos de defensa a los que nos referíamos antes pueden ser un arma de doble filo a nivel sentimental si los planteamos de una forma errónea. En este sentido, firedooring no es cualquier clase de desequilibrio en una pareja que, como decimos, es inevitable en la mayor parte de los casos. Siempre habrá uno de los dos más emocional que el otro, más intenso que el otro, más positivo, más emprendedor, etc.  

Si tu pareja lleva un mes sin decirte “te quiero” como lo hacía antes cada semana, y ha reducido de tres a dos emoticonos con corazones rojos en los ojos las buenas noches en WhatsApp, no quiere decir que te esté haciendo firedooring, puede que se trate de un “desequilibrio” momentáneo sin mayor trascendencia o que, simplemente, esté atravesando por una fase de menor intensidad emocional. 

Firedooring tampoco es una forma de calificar los diferentes caracteres que hay en una relación. Si desde que conoces a tu pareja siempre ha sido más “despegado” que tú, más frío, y con menos tendencia a exponer sus sentimientos, tal vez sea ese su carácter. Pero eso no quiere decir ni que no esté enamorado de ti ni que su comportamiento sea deliberadamente nocivo hacia ti.

Otra cosa es que no termines de acostumbrarte a su (frío) carácter y se produzca una brecha definitiva, aunque el amor siga ahí. Tal vez necesites alguien más pasional, pero, repetimos, esa persona menos abierta emocionalmente no es “culpable” de falta de responsabilidad afectiva. El problema, en este caso, son vuestros caracteres que quizás no congenien. Sin más.  

El firedooring es una forma mucho más acentuada de desequilibrio que no tiene relación directa con el carácter de los dos miembros de la pareja, sino que se trata de una postura específica ante esa relación, una postura generalmente deliberada que busca, ante todo, la satisfacción personal sin tener en cuenta las emociones (ni la salud mental) de la pareja. 

En este sentido, aquel que ejecuta firedooring sobre su pareja tal vez se muestre en el futuro (o se haya mostrado en el pasado) mucho más atento a las necesidades emocionales de sus parejas. Pero contigo no lo hace. Al contrario, se deja llevar mientras le interesa: mientras tú te esfuerzas permanentemente por mantener la relación a flote, él o ella parecen indolentes ante la misma, si se hunde, que se hunda, y si se mantiene a flote, voy a beneficiarme mientras pueda. 


Así, en la práctica, la persona que genera el desequilibrio reduce los contactos, no muestra interés o cariño salvo en contadas ocasiones (generalmente en momentos o citas propuestas por él), y no parece mostrar interés por tu vida y por tus necesidades afectivas.

Como vemos, no se trata de una persona fría por naturaleza, sino de una persona que usa una postura fría y distante para conseguir unos objetivos, para, en definitiva, usarte… mientras le sirvas. Y, por supuesto, nadie nos merecemos que nos “usen”, por muy enamorados que estemos.   

‘Firedooring’ como la antesala de problemas de salud mental 

Una pareja - Fuente: Pexels
Una pareja – Fuente: Pexels

Es probable que ante tus peticiones de un mayor compromiso y/o atención a la relación, la persona en cuestión eche balones fuera y se acoja a la “quinta enmienda” emocional que vale tanto para un roto como para un descosido: “es que soy así, baby, o lo tomas o lo dejas”.  

Llegados a este punto, hay que tener la suficiente madurez emocional (y capacidad de sacrificio para dejar el amor que sentimos al margen) y decir: “pues si eres así, así no me vales, baby”. Porque una relación con un profundo desequilibrio, más allá del tolerable, genera resentimiento y tensión permanente, una continua y dañina evaluación de las muestras de cariño y atención para ver si son “suficientes” y una desconfianza que puede crecer hasta convertirse en celos

Todo un pernicioso cóctel emocional que, de ser ingerido de forma continuada, terminará por producir consecuencias en tu propio equilibrio psicológico. Entonces el problema ya no será la relación, y qué hacer con ella, sino tu falta de autoestima, tu ansiedad y tu depresión.  

Si en los últimos tiempos te has sentido especialmente apagado, tenso y/o deprimido y consideras que tu relación tiene mucho que ver en ello, no sigas adelante, al menos, sin consultar con personas de confianza (y, a poder ser, con experiencia emocional) y/o un psicólogo especializado. Antes de que los problemas sentimentales se transformen en patologías psicológicas, toma decisiones. Que nadie las tome por ti, que nadie te cierre la puerta a cuidar tu salud emocional. 



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