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Albert Garcia: "Si la Policía actuara bien, no tendría problemas con que los fotoperiodistas grabáramos lo que fuera"

El fotoperiodista ha ido a juicio acusado por la Policía Nacional de agredir a dos agentes mientras cubría las protestas contra la sentencia del 1-O. Él lo niega y afirma que fue detenido por fotografiar una actuación policial irregular. La causa ha despertado el rechazo unánime de la profesión, que lo ha tachado de "juicio a la prensa"

14/10/2021 El fotoperiodista del diario 'El País', Albert García, a su llegada al juicio celebrado en Barcelona
El fotoperiodista del diario 'El País', Albert García, a su llegada al juicio celebrado en Barcelona. Toni Albir / EFE

Albert Garcia es fotoperiodista y fue detenido mientras trabajaba para El País en las protestas contra la sentencia por el 1-O, concretamente el 18 de octubre de 2019. Fue el día de la conocida como "la batalla de Urquinaona", y cuando ya era tarde y las calles se habían calmado, unos agentes le intentaron impedir que fotografiara una detención irregular. Terminó detenido y la semana pasada fue a juicio: la Fiscalía le pedía 18 meses de cárcel y 480 euros de multa por supuestamente agredir a dos antidisturbios de la Policía Nacional. Él niega haber cometido ninguna agresión y apunta a que lo detuvieron por haber fotografiado una actuación policial "irregular". 

"Durante el juicio quedaron claras muchas contradicciones de los testigos policiales"

Durante el juicio, la Fiscal cambió los cargos y retiró la petición de cárcel. A Garcia se le acusaba inicialmente de un delito de atentado y lesiones leves, pero finalmente el primero fue sustituido por el de resistencia y la petición de condena quedó en una multa de 4.800 euros, igualmente "elevadísima", explica en una conversación telefónica con Público. El sector se unió para pedir la absolución de Garcia y denunciar lo que califican de "juicio a toda la profesión y ataque a la libertad de prensa". En un manifiesto, tildaban el caso de "montaje policial" y de "detención injusta, desproporcionada y represiva". Entre los firmantes están el Col·legi de Periodistes de Catalunya, el Grup de Periodistes Ramon Barnils, el comité de empresa y de redacción de El País, la Federación Internacional de Periodistas y la Plataforma por la Libertad de Información (PLI), entre otros.

¿Cómo ha ido el juicio? ¿Cómo estás?

Estoy satisfecho porque de alguna manera me pude explicar. Quedaron claras muchas contradicciones de los testigos policiales. No estoy contento de cómo fue, porque no deberíamos haber llegado a juicio, pero estoy satisfecho y tranquilo de haberme podido explicar. 

Durante el juicio, la Fiscalía retiró la petición de cárcel y rebajó la condena a 4.800 euros de multa. ¿A qué crees que se debe?

Se debe a que este proceso judicial no se sostiene. La Fiscal que estaba en la sala lo vio bastante claro, rebajó la petición fiscal hasta dos veces, al incio y al final del proceso. Esto sólo significa una cosa: la causa no tiene ningún sentido. Me da la sensación de que no puede retirarlo todo para salvar los papeles al ministerio fiscal, porque por su parte sería decir que los compañeros durante la instrucción lo hicieron mal. 

Muchos compañeros grabaron tu detención y fue muy mediática. ¿Por qué crees que aún así ha salido adelante el caso?

"Creo que no eran conscientes de la repercusión que podía tener [la detención], que fue mucha"

Creo que no eran conscientes de la repercusión que podía tener, que fue mucha y desde el primer día. Durante la instrucción no quise hacer ruido, pensaba que caería por su propio peso. Ha habido falta de cuidado con las personas que están juzgando, no sólo en este caso, sino en todos. No piensan que hay personas detrás del expediente. 

¿Cómo te sentiste aquellas horas, durante la detención y la puesta en libertad?

En el momento de la detención no daba crédito, no entendía que me estaba pasando. Estoy fotografiando una actuación policial irregular, están apaleando a un chico, ni más ni menos, y me dispongo a documentarla y me encuentro a un policía delante mío que me intenta tapar para que no pueda hacer fotografías. Este policía, sin decirme que me aparte, me empuja y se lo reprocho. Entonces me dice que le he agredido y me detienen. Entonces no doy crédito. Entiendo que pueda ser una situación tensa, pero no tiene justificación lo que me pasó. Cuando me dicen que me detienen, no me creo lo que me está pasando y empiezo a avisar a mis compañeros. 

Dentro de la comisaría pasé miedo. No me trataron muy bien, en Via Laietana. En la Verneda, mejor. Era todo muy incierto. Hasta que llega un punto en el que me doy cuenta de que mi detención ha tenido eco y cambian el tipo de trato.

¿Por qué crees que lo hicieron?

"Hubiera tenido un problema muy grave si me hubiera pasado esto en un callejón sin otros compañeros"

Mi detención se transmitió en directo. Estaba rodeado de compañeros periodistas y quedó grabado. Esto hizo que mucha gente lo viera y se movilizara para pedir explicaciones de lo que pasaba. Tuve esta suerte, porque ha sido mi prueba. Hubiera tenido un problema muy grave si me hubiera pasado esto en un callejón sin otros compañeros que lo hubieran grabado, por el principio de veracidad que tienen las autoridades policiales. Ellos dicen una cosa y ante un juez va a misa, sea verdad o no. El problema lo tienes cuando es mentira, como en mi caso. 

Y ahora, ¿cómo te sientes? ¿Te has podido recuperar?

A mí me gusta mucho el trabajo que hago, y ahora mismo no me ha afectado en nada, en mi día a día en el trabajo. Hago lo mismo que hacía antes. No me lo he replanteado. Sí que me siento como con rabia, con este procedimiento. Desgraciadamente pienso que no será la última vez que pase, aunque sí que espero que no sea con mi nivel de gravedad. Desgraciadamente es el pan de cada día de trabajar muy cerca de la policía. Nos encontramos con impedimentos que nos obstaculizan hacer nuestro trabajo. 

Aquellos días muchos periodistas resultaron heridos, unos setenta según Mèdia.cat, la mayoría por actuaciones de la policía. ¿El periodismo molestaba especialmente?

"Desgraciadamente es el pan de cada día de trabajar muy cerca de la policía"

Aquellos días fueron muy tensos. Es proporcional, cuando más tensión hay en la calle, más situaciones irregulares se encuentran, hay algunos agentes que se saltan los protocolos. No sólo ocurre cuando hay tensión, pero cuánta más hay, más fácil es que se visualicen. Cuando pasan, a la policía no le gusta que salgan a la vista de todo el mundo. Si la policía actuara bien no tendría ningún problema en que nosotros estuviéramos ahí grabando lo que fuera.

¿Con la Ley Mordaza es más difícil informar?

Mientras la policía tenga el principio de veracidad, estará por encima de ti en cualquier problema que tengas con ellos. Esto crea un desequilibrio muy grande y con Ley Mordaza o sin ella no se solucionará. Creo que este principio es gravísimo en estas situaciones. Yo, si hubiera estado en un callejón, hubiera estado vendido. Quizás entonces no me hubieran hecho ningún tipo de rebaja en la petición fiscal. En cualquier caso, la de ahora es elevadísima igualmente. Es surrealista. Pero creo que el ministerio fiscal no podría pasar de pedirme un año y medio de cárcel a nada, sería dejarlo en evidencia y decir que han hecho mal su trabajo. 

Cuando te detuvieron ibas identificado con el brazalete de prensa. ¿Sirve de algo?

"Ha habido una reacción unánime y pienso que esto ha fortalecido la profesión en general contra este tipo de situaciones"

Cuando trabajas tienes que ir identificado, porque estás al lado de la policía y te lo deberían facilitar. Pero soy de la opinión de que hay que ir acreditado con la mínima expresión. Con un carné de prensa ya vamos acreditados. Pero aún así, ese día llevaba el brazalete, porque cuando está a punto de actuar la policía me lo pongo. Aunque no sea obligatorio, es como si lo fuera. La policía te pone más problemas cuando no lo llevas. No estoy a favor de ir con los chalecos, pienso que no nos ayudan en nada: ni cuando estás cerca de la policía, ni entre los manifestantes. Además, estás contaminando la escena para otros compañeros que pueden estar en el otro lado de la calle. Para mí, un fotógrafo debería ser invisible, por eso intento ir con la mínima expresión. 

¿Crees que tu caso quiere ser ejemplarizante para toda la profesión?

Lo ha sido. Está claro que ha sido un ejemplo de "tened cuidado con lo que os pueda pasar". Pero pienso que ha sido muy buena la reacción de la profesión, ha habido una respuesta global, casi de "id más con cuidado vosotros que nosotros". He tenido un apoyo unánime y eso pienso que ha fortalecido la profesión en general contra este tipo de situaciones.

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