El asesinato de Mocejón: así operan los ultras para expandir odio y bulos racistas en las redes
Pseudomedios y agitadores de extrema derecha han aprovechado el crimen cometido contra un niño para verter odio en las redes sociales e incluso atacar a un familiar del pequeño.
Málaga-Actualizado a
Tenía 11 años y se llamaba Mateo. El pasado domingo 18 de agosto estaba jugando junto a unos amigos en el polideportivo de su pueblo, Mocejón (Toledo), cuando fue asesinado por un hombre enmascarado. Pronto vinieron las preguntas: ¿Quién? ¿Por qué? Después llegaron los periodistas, que convirtieron el municipio de 5.000 habitantes en el epicentro mediático del país. Unas 36 horas después, la tuvo lugar detención: la Guardia Civil arrestó a un chico de 20 años, de nacionalidad española, confesó ser quien había acabado con la vida de Mateo.
En esa horquilla de tiempo, los ultras han volcado todo el odio que cabe en un tuit y en varios mensajes de Telegram. A la cabeza de la maquinaria de bulos, se encuentra el reciente eurodiputado de Se Acabó La Fiesta, Alvise Pérez. Junto a él, pseudomedios, tuiteros, empresarios de compañías de desokupación y comunicadores de extrema derecha han despachado impunemente su odio por todas las plataformas digitales a su alcance.
Las consecuencias sociales que produce la difusión de este tipo de mensajes se vieron claramente reflejadas en la oleada de disturbios provocados por grupos de extrema derecha en varias ciudades de Irlanda del Norte e Inglaterra a principios de agosto. Los linchamientos fueron la reacción a un bulo en el que se hacía responsable del asesinato de tres niñas a "un inmigrante musulmán". La historia fue ampliamente difundida por agitadores ultras, a pesar de que pocas horas después se hiciera pública una información oficial que contradecía esta hipótesis. El presunto autor de los hechos, según fuentes policiales, era un varón de 17 años de nacionalidad inglesa y padres ruandeses.
Pero tras varios días de violencia en las calles se hizo evidente que la falsedad sobre la nacionalidad del presunto atacante y su supuesta religión –según la ultraderecha era musulmán, aunque alrededor del 80% de la población de Ruanda es cristiana– sirvió únicamente para accionar el mecanismo de un racismo más profundo, que lleva años macerando entre las sociedades europeas. El bulo dio lugar a una caza de brujas contra personas migrantes y musulmanes que se alargó durante días ante la impasible mirada de la Justicia y del poder Ejecutivo, que no aplicaron otra herramientas que la represión policial para acabar con aquella violencia
Impunidad en la difusión de odio
A las pocas horas de conocerse el asesinato de Mateo, cuando apenas existían detalles sobre el caso –la Guardia Civil estaba todavía rastreando al presunto asesino–, Alvise compartió en su canal de Telegram una fotografía del supuesto autor del crimen. Era la imagen de un hombre racializado de mediana edad. Los factchekers no tardaron mucho en desmentir esta información: no se trataba del presunto asesino de Mateo, sino de Nadeem Hussain, condenado el pasado 15 de agosto en Inglaterra a 21 años de cárcel por violencia sexual.
A pesar de que el bulo fue contrastado y de que Alvise lo borró de sus redes, continuó corriendo como la pólvora entre las telarañas de X y otras redes sociales. "Si difundes un bulo y después cuentas que efectivamente, es falso, ya da igual, ha calado entre la gente", explicó hace unas semanas a Público Mariano Torcal, catedrático de Ciencias Políticas de la Pompeu Fabra y autor de De votantes a hooligans: la polarización política en España.
Pero nada de esto tendrá consecuencias para Alvise, quien está blindado judicialmente gracias a su aforamiento. Este privilegio fue, de hecho, una de las razones por las que decidió presentarse el pasado 9 de julio a las elecciones del Parlamento Europeo, según explicó él mismo. Hasta ese momento era conocido por ser uno de los agitadores de la extrema derecha más virales de las redes. Con su discurso ultra, de apariencia "antisistema" y altas dosis de teoría de la conspiración, la formación de Alvise recaudó alrededor de 800.000 votos y tres eurodiputados. Ahora despliega su narrativa en Estrasburgo (Francia) y, aunque retiró el mensaje sobre el supuesto asesino de Mateo, no ha dejado de difundir en sus redes mensajes contra los migrantes.
Pseudomedios y agitadores
El eurodiputado no ha sido el único que ha ayudado a prender la mecha del racismo en redes sociales. También lo ha hecho la web HerQles, fundada por César Enrique Pintado Planell, uno de los organizadores de las primeras protestas contra la ley de amnistía que tuvieron lugar a principios de noviembre del 2023 en Madrid. La convocatoria se hizo desde las redes de Revuelta, creadas para tal fin. Detrás de este perfil se encontraba la Plataforma 711, cuyo nombre hace referencia al año de entrada de los musulmanes en la Península Ibérica y que inicialmente era una web de merchandising patriótico. HerQles, Revuelta y Plataforma 711 están vinculadas a la Fundación Disenso, de Vox, siendo la primera el brazo propagandístico del partido liderado por Santiago Abascal.
Desde que tuvo lugar el asesinato de Mateo, HerQles ha difundido información confusa sobre el caso, haciendo hincapié –al igual que Alvise– en la presencia de menores migrantes no acompañados en Mocejón. Además, ha compartido en las redes de la página web, la foto y la ubicación de un hotel donde, aseguran, residen temporalmente los menores de edad. También relacionaron la proximidad de una mezquita con el polideportivo en el que se cometió el asesinato. La vinculación entre criminalidad y migración es, prácticamente, la única temática de las entradas en esta página web que fue definida como un "agencia de noticias" por Planell.
Esta narrativa también es compartida por Daniel Esteve, administrador de Conciencia y Respeto 1970 S.L., más conocida como Desokupa. En sus redes sociales, Esteve insinuó que el asesinato de Mateo se había producido por culpa de la migración. Concretamente dijo que era por "dejar entrar a los que dejamos entrar cada día, por arriba, por abajo, por en medio, se están cargando a nuestros críos". En el vídeo donde hacía estas declaraciones alentaba a sus seguidores a que se "apunten al club Desokupa" porque se van a convertir "en auténticas máquinas de…". Se contiene un par de segundos, y remata: "de salvar vidas, lo vamos a llamar".
Sin embargo, nada demuestra que exista una correlación entre el país de nacimiento de una persona y su tendencia a la criminalidad, a excepción de las teorías racistas y eugenésicas descartadas por la ciencia hace más de medio siglo.
Verter odio en una herida abierta
Mientras la maquinaria ultra alentaba a sus hordas, la familia de Mateo pedía, en palabras del portavoz de la familia y primo del fallecido, Asell Sánchez-Vicente, no criminalizar a nadie "por la etnia, por la raza, por el color o por su creencia". Sánchez-Vicente es periodista de profesión y actualmente trabaja en "Misioneros por el mundo", del canal Trece TV. En sus redes sociales ha compartido numerosas imágenes de sus reportajes en las que, a menudo, aparece junto a personas racializadas.
Algunos trolls y agitadores han hecho de estas fotografías la diana de su odio y han acusado al periodista, según sus propias palabras en la COPE, de "tener las manos manchadas [de sangre] por tener fotos en África". "Está siendo horrible", ha declarado en antena Sánchez-Vicente notablemente emocionado. La Fiscalía ya ha iniciado una investigación para estudiar si existe trascendencia jurídico-penal en los bulos y los mensajes de odio en redes difundidos contra menores migrantes tras el infanticidio.
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