Sanidad ha descartado que el caso de Toledo fuera de cólera en la tarde de este miércoles, después de que en un primer momento saltaran las alarmas por un posible caso de una enfermedad que hace 40 años que no se detecta en España.

El último caso de cólera en España fue diagnosticado en 1979 y puso fin a un periodo de 150 años en los que esta bacteria pululó por la península ibérica. Tras un primer caso en España en 1833, un brote en isla Célebes (Indonesia) en 1961 viajó por el mundo y aterrizó en España en 1971, en la cuenca del río Jalón, para provocar 1.000 casos diagnosticados. 

Este brote provocó que España instalara por todo el país sistemas de cloración continua en la inmensa mayoría de los abastecimientos municipales de agua, según recuerda Ángel Rodríguez Cabezas en el artículo académica Anotaciones descriptivas del último brote epidémico de cólera en España. 

Originalmente, parece que los casos endémicos de cólera se han dado en India y Bangladesh, pero a partir del s.XIX con el despunte de las redes comerciales la enfermedad llegó a todos los rincones del viejo mundo. En 1830 traspasó Asia y llegó hasta Rusia y de allí conectó con el resto de Occidente.

La tasa de mortalidad de la cólera ha caído a lo largo de los años y durante el s.XIX se estableció entre 6 y 15 muertos por cada 1.000 infectados, aunque si las condiciones sanitarias son favorables puede reducirse aún más. De hecho, el brote de 1979 tuvo una buena respuesta hospitalaria y el ingreso medio de los pacientes fue de poco más de cinco días. 

Málaga, foco del brote de 1979

En total, el último brote de 1979 dejó 264 casos repartidos por todo el país. En su inmensa mayoría, 141, fueron identificados en Málaga. Barcelona (70), Melilla (24) y Granada (9) fueron el resto de regiones más afectadas. La enfermedad se detectó más en mujeres. 

Los primeros casos fueron detectados en Melilla en el mes de julio, y fue el 6 de agosto cuando, en Málaga, se identificó el primer caso dentro de la península ibérica. Solo tres días después, el 9 de agosto, se detectó el cólera en Barcelona. Poco a poco fue descendiendo el número de positivos diarios para concluir el 24 de octubre. 

Málaga, el epicentro del último brote de cólera en España, tenía algunas particularidades que acentuaron el impacto de la infección. Por ejemplo, el pescado de la playa contenía una alta contaminación fecal, elemento que suele verse implicado en este tipo de enfermedades y ese verano el precio del boquerón y el chanquete fue más bajo de lo habitual. Como último aporte que vertebra todo el conflicto, hubo más casos de cólera en población con menos recursos económicos.

El transmisor o la causa principal, a juzgar por la investigación de Rodríguez Cabezas, no fue el agua. "Por estas fechas, las aguas de abastecimiento municipal estaban razonablemente bien cloradas", asegura. En cambio, los alimentos sí pudieron tener alguna responsabilidad mayor. "En virtud de su elevada tasa de ataque, se puede emitir la hipótesis de que el factor alimentario jugó el principal papel en la transmisión de la enfermedad".