Con un traje de luces en verde y oro y la cara pintada de negro, rey Baltasar recibía su corona de manos el alcalde de Sevilla, José Luis Sanz (PP), momentos antes de que comenzara la cabalgata de los Reyes Magos en la capital andaluza.

La práctica del blackface persiste pese a las críticas de los últimos años, que lo tachan de acto racista al colorear de negro el rostro de una persona blanca para representar a Baltasar en lugar de escoger a una persona racializada.

La polémica no suele desatarse demasiado en el caso de Sevilla, donde el pasacalles es organizado tradicionalmente por el Ateneo de la ciudad y sus majestades acostumbran a ser personalidades locales. Blancas, por supuesto.

Pero en este caso, además del blackface, ha llamado la atención una vestimenta nada apropiada para un rey mago de Oriente. Llevaba capa, sí, pero también un traje de torero. La idea ha sido del conocido empresario hispalense José Luis Cabeza Hernández, propietario de varios establecimientos  de hostelería, cantante de sevillanas y de conocida afición taurina, señalan varios medios locales.

Cabeza ha hecho de Baltasar y, durante los días previos a la cabalgata, ya había anunciado que su personaje traería una sorpresa, un guiño al mundo del toro. Gaspar ha sido encargado por Federico Alonso Aliste, médico especialista en Cirugía Oftalmológica y CEO de Tecnolaser Clinic Vision. Mientras que Melchor ha corrido a cargo de Jesús Vera, fundador del Grupo ABU, dedicado a la promoción inmobiliaria.

Tras su coronación, los tres reyes se han lanzado al recorrido de las calles para repartir no solo los tradicionales caramelos, sino también envases de mojama de 15 gramos.