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Actualizado:La búsqueda de pistas sobre la desaparición de dos temporeros migrantes en la localidad de Villacarrillo (Jaén) lleva una semana centrada en los túneles y galerías subterráneas de la antigua e inacabada línea ferroviaria Baeza-Utiel.
La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil lleva desde el pasado martes removiendo tierra con varias retroexcavadoras en este punto cercano a la localidad jienense en la que fueron vistos por última vez Tidiany Coulibaly, maliense desaparecido en 2013, e Ibrahima Diouf, desaparecido en 2021.
Con ocho años de diferencia entre ambos casos, tienen un denominador común: su patrón, el empresario de la aceituna Ginés Vicente, vecino de Villacarrilo y, por el momento, único investigado.
A los dos trabajadores migrantes se los tragó la tierra en circunstancias "casi idénticas", subrayan fuentes de la investigación. Ambos habían discutido con el empresario por sus malas condiciones laborales. Se esfumaron después los encontronazos y no se ha vuelto a saber de ellos. Sus familias ya los dan por muertos. El investigado ya fue a juicio por la desaparición de Coulibaly, aunque fue absuelto por falta de pruebas del delito de secuestro y desaparición forzada. Sí fue condenado por explotación laboral a los trabajadores
El rastreo actual pone el foco, sobre todo, en encontrar posibles "restos óseos o textiles" al menos de Diouf, ya que su desaparición es la más reciente. Fue en 2021 cuando conocidos y familiares del trabajador alertaron a las autoridades al no tener noticias suyas.
Después de renunciar al trabajo en los olivares de Vicente, iba a reunirse con un conocido en Huelva para probar suerte en la recogida de los cítricos, en la localidad de Cartaya. Había comprado un billete de autobús, pero antes iba a verse con el exjefe para recoger el dinero que todavía le debía por varios días de empleo a destajo. Diouf no llegó a subir al autobús, según comprobó la Guardia Civil.
"Complejo y tedioso"
Los trabajos en las viejas instalaciones ferroviarias, apunta la UCO, se están alargando más de lo previsto. La zona se ha convertido en una escombrera con los años y las antiguas galerías y túneles eran de difícil acceso. En concreto, las máquinas extraen tierra de un túnel de 400 metros y varias galerías paralelas, y se ha requerido nueva maquinaria más apropiada que la que se había previsto inicialmente.
Se espera que la búsqueda en este punto se prolongue a lo largo de esta semana. Es un trabajo "complejo y tedioso", apunta la UCO. Son toneladas de tierra que hay que cribar y examinar "al milímetro" en busca de los posibles restos mortales de los trabajadores. Esto implica no solo el cribado, sino el análisis de cualquier tejido y huesos que vayan apareciendo en unas instalaciones que llevan en desuso más de medio siglo.
Las fuentes de la investigación apuntan que el lugar de búsqueda "no es rutinario" ni se trata de "una batida al uso", sino basada en "indicios concretos", aunque "no hay ninguna garantía" de que se produzcan hallazgos. Si no se encuentran nuevas pistas, la investigación seguirá el calendario y las nuevas ubicaciones previstas, aunque la Guardia Civil no puede facilitar por el momento más información al estar la investigación abierta.
Por el momento, solo avanzan que en los dos meses que llevan realizando nuevas búsquedas han dado con "algunos hallazgos", restos que "todavía no son concluyentes" y que no pueden desvelar debido al decretado secreto de actuaciones.
Los equipos de la UCO y la Policía científica ya han peinado hasta el momento las instalaciones donde el empresario investigado suele alojar a sus trabajadores, varios garajes, la vivienda del investigado, unas piscinas naturales y varias poza. Del mismo modo, se ha buscado en varias fincas aledañas, todas de difícil acceso y muy poco transitadas, donde se podrían haber trasladado los cuerpos y hacerlos desaparecer sin levantar sospechas.
De hecho, hace dos semanas, las excavadoras y la unidad canina volvió a buscar con ayuda de un georradar más pistas en la finca La Moratilla, en el término municipal de Villanueva del Arzobispo. En ese enorme olivar, propiedad de Vicente, ya se fijaron los investigadores en 2014. Encontraron unas orejeras de Coulibaly, el primer desaparecido, que contenían restos biológicos del patrón, por lo que fue detenido. También, uno de los perros marcó un olivo en el que había rastros del temporero, a pesar de que nunca había trabajado en ese predio.
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