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El cambio climático provoca una sequía en el Ebro en pleno invierno

Primeras medidas de emergencia por la sequedad

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El cambio climático provoca una sequía en pleno invierno en el Ebro./E.Bayona

Actualizado:

@e_bayona

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Y este cuadro, ratificado por los datos del SAIH (Sistema Automático de Información Hidrológica) de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) y que incluye que el río pasara por Zaragoza hace unos días con un margen de solo 13 metros cúbicos por segundo sobre el caudal ambiental, no tiene visos de mejorar. Al menos a corto plazo.

​Mientras las previsiones apuntan a que esta semana pueden caer leves precipitaciones, los datos que maneja la Comisaría de Aguas de la CHE indican que no hay reservas de nieve en las cumbres de Cantabria, Euskadi y Navarra, que en Huesca y Lleida queda un tercio de la que sería normal por estas fechas -133 hectómetros cúbicos por 387- y que, como consecuencia de esa escasez, los ríos han aportado en cuatro meses apenas la mitad de los recursos que en un año medio -856 millones de metros cúbicos por 1.432-.

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Primeras medidas de emergencia por la sequedad

Paralelamente, el descenso de las reservas embalsadas, que encadenan cuatro semanas de mermas; el hecho de que los suelos de más de un tercio del territorio de la cuenca prácticamente carezcan de reservas de humedad, especialmente en la cabecera y en la semidesértica margen derecha, aunque también en áreas del Pirineo como la del río Irati, y, también, la situación formal de emergencia de varios afluentes, han comenzado a activar las alarmas.

El cambio climático esquilmará el Ebro

Los efectos que el cambio climático va a tener en la cuenca del Ebro preocupan desde hace años a los expertos y a los responsables de las políticas del agua.

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El cambio climático provoca una sequía en pleno invierno en el Ebro./E.Bayona

El calentamiento amenaza con anegar el Delta

De manera simultánea, el calentamiento global provocará un aumento del nivel del mar de entre 15 y 100 centímetros que ha puesto sobre la mesa el debate sobre la conveniencia de construir un cinturón litoral para salvar de la inundación al Delta del Ebro.

Menos agua en los ríos, más evaporación y mayor aridez

La cuenca del Ebro se enfrenta a cuatro grandes cambios como consecuencia del cambio climático, según explica Miguel Ángel García Vera, técnico de la Oficina de Planificación de la CHE (Confederación Hidrográfica del Ebro): el descenso de la aportación de los ríos, un aumento de la demanda por el incremento de la evapotranspiración –el agua que las plantas extraen del suelo y envían a la atmósfera en sus procesos naturales- y la intensificación de los procesos de aridificación -desertización- por la subida de las temperaturas, además, del riesgo de inundación del Delta por la elevación del nivel del mar.

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Menos nieve que se fundirá más rápido

El descenso del 5% supondrá una disminución de recursos de en torno a 600 hectómetros cúbicos –algo menos de los casi 700 que consume la industria en toda España- en una cuenca que, el pasado año hidrológico, tuvo una aportación de 11.906 y a la que el PHE atribuye, en función de la serie histórica que sirva de base, unos recursos medios de 14.579 y 16.393. Más de la mitad de ese volumen no fue aprovechable este año por llegar en riadas.

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