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Certezas frente al alarmismo: así está la viruela del mono en España

La enfermedad está controlada, pero el flujo de información en ocasiones hace parecer lo contrario. Los casos van a menos y los contagios, a la vista de los últimos datos, están contenidos.

Una sanitaria sostiene un vial de una prueba de detección de la viruela del mono.
Una sanitaria sostiene un vial de una prueba de detección de la viruela del mono. REUTERS

La viruela del mono —también denominada monkeypox— ha llegado al final del verano con síntomas de estabilización y agotamiento, aunque hay formas de comunicar los datos que generan confusión y una alarma que, por ahora, parece innecesaria. 

La propia Organización Mundial de la Salud (OMS) ha asegurado que el brote de viruela del mono "está disminuyendo" en Europa después de que hace tan solo un mes declarara la emergencia internacional por esta enfermedad, mensaje que no contaba con el respaldo del comité científico, ya que votó en contra del mismo. 

Los últimos datos son tranquilizadores: a pesar de que en España se han superado los 6.000 contagios totales, en el último recuento semanal solo se identificaron 84 nuevos casos, el número más bajo en los dos últimos meses. 

De hecho, aunque hay 6.500 infectados, menos de la mitad están en fase de contagio, según RENAVE, Información Vigilancia en Salud Pública. Catalunya (919) y Madrid (862) son los dos mayores focos de contagio, ya que albergan más de la mitad de las personas que pueden contagiar la viruela del mono.  

Javier Membrillo, portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), también se suma a un mensaje optimista en torno al estado actual de la enfermedad en España: "La situación está controlándose, bastante mejor a como pintaba en julio, porque no veíamos el pico. Lo importante son los nuevos diagnósticos, los datos totales no dicen nada. Lo importante es si los nuevos diagnósticos van a más, y claramente van a menos". 

"Lo importante es si los nuevos diagnósticos van a más, y claramente van a menos"

Además, apenas se dan casos asintomáticos, elemento que facilita el rastreo de nuevos contagios. Hasta el 2 de agosto, día en el que el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES) hizo su última actualización, en España se habían contabilizado solo dos fallecimientos. 

Además, el informe es contundente en cuanto a su potencial impacto y transmisión: "Dado el mecanismo de transmisión de la enfermedad que se viene observando y el ámbito donde se están detectando los casos, la probabilidad de
transmisión se considera baja para la población general en el momento actual
. El impacto en la población general derivado de este evento en estos momentos es bajo", reza el propio informe.

El período de incubación puede oscilar entre 5 y 21 días, con una media de 13. Que los casos se reduzcan significa que ha habido un corte en la cadena de contagios. Hasta la fecha, un 3% de los pacientes en España han sido hospitalizados, con una media de ingreso de tres días.

La cuestión en torno a la vacuna de la viruela del mono ha acentuado mucho el interés en la enfermedad. Ante la escasez de dosis, la Agencia Europea del Medicamento (EMA) y después la Comisión de Salud Pública, han dado el visto bueno a dividir cada vacuna en cinco dosis, para así llegar a más cantidad de población. 

Antes de que acabe el año, España tendrá unas 13.000 vacunas (sin contar las que se generarán cuando se divida cada una en cinco), aunque varias comunidades dan la posibilidad a cualquier ciudadano de pedir cita, aunque no sea grupo de riesgo, para inocularse una dosis, lo que ha generado un agotamiento inmediato de citas y una falsa alarma. Aun así, España reservará la segunda dosis que hay que poner a los 28 días para aquellas personas inmunodeprimidas

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