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Cintora: "Un alto cargo del Gobierno me confesó que el 'príncipe de las tinieblas' le exigió el final de mi programa"

El periodista Jesús Cintora, en una entrevista para 'Público'.
El periodista Jesús Cintora, en una entrevista para 'Público'  un año después de la retirada en TVE de 'Las Cosas Claras'  ALFREDO LANGA

El periodista Jesús Cintora lleva justo un año sin trabajo, desde el día en que la Corporación de RTVE decidió retirar su programa Las cosas claras de la parrilla. Y, en una fecha tan señalada, habla para Público sin pelos en la lengua, herido, pero consciente de lo que se juega y del peligro que eso conlleva. Desde la cancelación del espacio, hace ya doce meses, sigue en el paro, aunque, eso sí, ha escrito su libro No quieren que lo sepas,  que le ha permitido encontrarse con su audiencia. Asegura que en este tiempo nadie le ha llamado para ofrecerle un proyecto. Lamenta que, mientras sigue en el paro, hay quien mantiene programas de máxima audiencia y mucho poder a pesar de difundir bulos y relacionarse con las cloacas.

Mientras la mala práctica profesional de algunos periodistas, aunque sean muy visibles, desprestigia de forma injusta a todo un colectivo, profesionales de la comunicación como Jesús Cintora se han visto abocados al desempleo por presiones del poder. Así, reconoce a Público que: "Un alto cargo del Gobierno me confesó que el príncipe de las tinieblas [Mauricio Casals] le exigió el final de mi programa".

Tiene tanto que decir que apenas se le puede preguntar. Cintora no reclama visibilidad, e incluso se piensa si aceptar esta entrevista para Público. Pero una vez que lo hace, no lo puede remediar, es el dueño del plató. Apenas escucha preguntas, casi ni deja terminarlas, porque sigue con su argumento y discurso. Si le llamas, cuenta, pero sin pausa. No importa. Un periodista herido, que tanto sabe y con cosas que aún calla y se intuyen, es más interesante que nadie. Dar la palabra a quienes dignifican la profesión, cada uno con su talante, carácter, luces y sombras, pero siempre dentro de la decencia profesional, es ahora un objetivo para nuestro medio con la que está cayendo.

Un año después del cierre de 'Las cosas claras' en TVE, ¿ha recibido ofertas de trabajo?

Pues curiosamente no. Pero quiero poner en valor que llevo 26 años en la profesión. Empecé en la SER, en Soria. Conseguí unas prácticas de becario y me pusieron a presentar un magazine en verano, yo era un chaval de pueblo. Además, es un pueblecito que tiene una mezcla, porque está en la frontera entre Aragón, Navarra, Castilla y León y La Rioja. Allí, el acento no es precisamente muy suave. Me pusieron un micrófono y, hay que decirlo, era un chaval de pueblo que hablaba como los de pueblo, y sigo hablando bastante como los del pueblo. Al principio, me recomendaron que me dedicara a estar en un despacho porque no era un buen locutor, y a los pocos años estaba con Gabilondo. Pero fue todo a fuerza de trabajar muchísimo.

¿Y por qué con esa trayectoria está ahora en el paro?

Sí, es curioso que después de haber estado 26 años en la profesión, ahora mismo esté en paro. He llegado a la conclusión de que se me han cerrado puertas, y que se me han ido cerrando aun más tras haber hecho un periodismo ciudadano que contaba lo que le afecta a la gente. Si sube la luz hay que contarlo, pero también hay que hacerlo si hay un jefe del Estado con dinero en el extranjero.

¿Ante este panorama, qué piensa hacer?

Me he planteado por momentos hasta dejar la profesión, o buscar otro registro o dejarlo por un tiempo. Incluso irme de España. Pero sigue habiendo mucha gente que viene a las presentaciones de mi libro,  que me saluda con cariño por la calle. Gente, además, de ideologías muy diversas que me dice  "veíamos tu programa, era un programa en el que había gente de todas las tendencias políticas". Y es que contaba las inquietudes que le importan al ciudadano. Entiendo que para un gobierno esto puede ser molesto. Pero las cosas siguen pasando, y el emérito sigue impune en el extranjero.

En el último programa de  'Las cosas claras', Antón Losada dijo que "no hay nada más peligroso en España que hacer periodismo, ser independiente y que la gente te vea". ¿Eso es lo que ha pasado con su trayectoria? 

Sí, es cierto que eso lo he vivido, pero no solo yo. Los que hemos estado en programas de televisión en los que logramos sumar audiencias, hemos tenido problemas para seguir adelante. Yo viví la experiencia de Las mañanas de Cuatro, y mira lo que ha ocurrido en este país a partir del año 2014. Hasta ahora sabemos una mínima parte de lo que realmente ha ocurrido. Solo conocemos la punta del iceberg, de los movimientos para quitar a personas molestas, también a periodistas. Hubo amenazas serias para que mi programa no estuviera y me quitaran de en medio.

¿Alguna vez le llamaron de un despacho para llamarle la atención, un aviso para que supiera que se la estaba jugando?

A mí nunca en la vida me han llamado de un despacho para decirme que algo que denuncié fuera falso, o que tenían que retirar el programa porque me había equivocado o porque hubiera un pleito o un problema con la Justicia. Y puede ocurrir que te equivoques porque un programa diario tiene sus dificultades. Pues nunca jamás ocurrió. 

Un momento de la entrevista de Cintora para 'Público'
Un momento de la entrevista de Cintora para 'Público'. Alredo Langa

Pues parece que quienes sí cometen errores o mala práctica profesional mantienen sus programas...

En este país lo que es muy burdo es que haya periodistas que cuentan una información falsa con la que podían destruir a personas, que dicen una falacia tan gorda como denunciar que alguien tiene una cuenta en el extranjero y es mentira y siguen ahí. Ahora mismo hay quien se ha reunido con las cloacas, con gente como Villarejo, cuando ya se sabía entonces en qué andaba el excomisario, que sabían que manejaban información defectuosa, que ya se conocían los movimientos sucios que había dentro de la Policía, pero ahí están, y yo en el paro.

"Hay quien se ha reunido con las cloacas, traficado con información defectuosa y tiene mando en plaza"

Hablamos entonces de las conversaciones entre Villarejo y Ferreras y la acusación falsa contra Pablo Iglesias que se lanzó a través de Inda desde La Sexta

Ese caso y otros. Movimiento sucios. Y yo sé que contando esas cosas corro un peligro, lo sé, es gente muy peligrosa. Pero en este país hay quien se ha reunido con las cloacas, ha traficado con información defectuosa y tiene hasta mando en plaza. Pero mientras otros estamos en el paro a pesar de no habernos vinculado con ningún Villarejo, ni con ningún espía, ni con nadie relacionado con aparatos parapoliciales. Porque una cosa es hacer una entrevista para obtener información y otra cosa es ya vincularte y relacionarte con gente que se sabe que está en las cloacas.

¿Le sorprendieron los audios entre Villarejo, Ferreras y Casals?

No me sorprendieron, porque se sabía hace tiempo que existían estas grabaciones y que había estas reuniones. No fue cosa de un día. Determinadas prácticas por parte de algunos de los personajes son perfectamente conocidas en el oficio. Por ejemplo, un alto cargo del Gobierno me confesó que el príncipe de las tinieblas le exigió el final de mi programa. Pero además con una actitud chulesca, amenazante. Esto me lo contó a mí un cargo altísimo del Gobierno. 

¿Y por esa exigencia del 'príncipe de las tinieblas' le echaron?

Esa es la otra parte. Si se hizo caso o no. Porque contra el defecto de pedir existe la virtud de no dar. Lo que no sé si esa exigencia fue un factor determinante o hubo más. Pero eso ocurrió y así me lo contaron. 

"No acepto que se desprestigie a todo el periodismo, no vamos a pagar justos por pecadores"

Todo esto ha dejado a periodistas como usted sin trabajo. También desprestigian al periodismo y ha generado una falta de confianza por los buenos periodistas. ¿Tiene esperanza esta profesión?

No acepto que se diga que todo el periodismo está desprestigiado, no vamos a pagar justos por pecadores. A todos no nos han pillado diciendo "es muy burdo, vamos con ello pero es muy chungo". Ni aparecemos en audios con un jiji jaja con Villarejo cuando ya se sabía lo que movía fuera de la ley. No, no todos somos ni príncipes de las tinieblas ni sus pajes. Hay quien escribe libros con negros, aunque sea una expresión horrible, pero mis cuatro libros, que quede claro, los he escrito yo.

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