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Las colas del hambre crecen por la inflación y el desabastecimiento

Las peticiones de comida en la Comunidad de Madrid aumentan cerca de un 20% en las tres últimas semanas, y entidades como el Banco de Alimentos o las parroquias ven disminuir las donaciones.

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Personas en riesgo de exclusión acuden a recoger alimentos de la Fundación Madrina, en la plaza de San Amaro, el 7 de enero, en Madrid. — Alberto Ortega / Europa Press

madrid, Actualizado:

El desabastecimiento, la subida de los precios de la cesta de la compra y la supresión de algunas donaciones por la guerra en Ucrania han hecho crecer las colas del hambre de la Comunidad de Madrid.

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Las peticiones de comida han crecido cerca del 20%, como ha sucedido en el Banco de Alimentos o en la parroquia San Juan de Dios, en el barrio de Vallecas.

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El Banco de Alimentos de Madrid asegura que el incremento de solicitudes es generalizado, aunque se aprecia especialmente en aquellas entidades que atienden a los refugiados que están llegando desde Ucrania. La organización confirma que están teniendo que tirar del stock que guardan "para casos de emergencia".

Miles de madrileños con trabajo necesitan ayuda de alimentos "porque ya no llegan a fin de mes para pagar todos sus recibos", y lo primero que dejan de comprar es la comida, cuentan desde la entidad.

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El aumento de la demanda se ha sumado al desabastecimiento por el paro de transportes, al encarecimiento del combustible y al conflicto con Ucrania, desembocando todo ello en esta situación.

La organización ha tenido que "ajustar" la cesta básica que entregan a las entidades benéficas para que las faciliten a los necesitados, que ahora reciben un menor número de kilos "para poder alargar más en el tiempo los pocos productos que hay en stock".

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El padre Gonzalo, al frente de la parroquia San Juan de Dios, cuenta que en las tres últimas semanas ha apreciado un notable aumento en el número de personas que tienen que recurrir a la caridad. Este incremento de peticiones le alarma porque "es muy abrupto, en muy poco tiempo", y porque cree que "lo peor está todavía por llegar".

Tanto el Banco de Alimentos como la parroquia aseguran también que ha descendido la cantidad de las donaciones que suelen recibir. Ambas lanzan un mensaje a quienes tengan medios para ayudar a reforzar sus almacenes.

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