Este artículo se publicó hace 2 años.
Cuadernillos de verano, ¿merece la pena mandar deberes en vacaciones?
Madres, padres y profesionales educativos se dividen. Algunos consideran que estas actividades son una herramienta entretenida y educativa para aprovechar los meses de verano. Otros, en cambio, optan por dejar descansar a los menores en el periodo estival y defienden su derecho a dejar de ser "productivos".
Damaris Rachel Sobejano Agustín
Madrid-Actualizado a
El artículo 24 de los Derechos Humanos establece que "toda persona tiene derecho al descanso, al disfrute del tiempo libre, a una limitación razonable de la duración del trabajo y a vacaciones periódicas pagadas". Y la infancia, no podía ser menos. De hecho, el artículo 31 de la Convención sobre los Derechos del Niño reconoce específicamente que el "derecho del niño al descanso y el esparcimiento, al juego y a las actividades recreativas propias de su edad y a participar libremente en la vida cultural y en las artes".
Los menores necesitan jugar y desconectar del curso escolar pero, ¿qué pasa con las tareas? ¿deben suprimirse por completo o pueden servir para reforzar algunos conceptos?
Para Olivia, de ocho años, los cuadernillos de verano "son divertidos". También lo son para Leyre, de nueve años y Noa, de siete años. "Me gustan porque tienen dibujitos y cosas fáciles, no son tan complicados como los libros del cole", continúa Olivia.
Con la llegada de la temporada estival, las aulas de los colegios cierran sus puertas para abrir las de las piscinas, los parques y los cuadernillos de verano. Estos pequeños portfolios ocupan sus páginas con actividades y ejercicios destinados a repasar todo lo aprendido durante el curso escolar, de cara a la próxima convocatoria en septiembre.
Una cuestión con la que coincide la pequeña Leyre: "Te lo pasas bien y también repasas para cuando vuelvas al cole", asegura, al igual que Noa, que explica a Público que, para ella, es una diversión más durante los meses de verano.
Pero, para Emmanuel y Saúl, estos cuadernillos no resultan una actividad tan divertida. "Yo creo que el verano es para disfrutar y descansar un poco, luego ya el invierno es para trabajar", considera el pequeño de nueve años, de manera risueña. Del mismo modo opina el niño de diez años, que afirma que los hace, pero de puro aburrimiento: "Cuando no había nadie de mi familia en casa, los cogía".
La educación no tiene vacaciones
La formadora y CEO de El Pupitre de Pilu, Pilu Hernández Dopico, se posiciona en el lado contrario a los cuadernillos de verano. "Es como si a nosotros después de estar 11 meses trabajando, para consolidarlo, tengamos que hacer dos cuadernillos de verano, es absolutamente lo mismo", recalca la maestra.
La formadora está totalmente en contra de los deberes "como los conocemos, de aquellos de sentar a un niño y dejarle haciendo sumas, restas, divisiones o copias durante dos horas". Por ello, la formadora indica que "podemos enseñarles otras cosas" a los más pequeños.
Hernández Dopico: "Todo queda de la mano de los maestros"
"Hay maneras muy diferentes de aprender como hacer la compra, ir a la playa, pueden aprender de otras maneras lúdicas y no hace falta que estén sentados en su habitación", señala Hernández Dopico.
La maestra opina que lo que ha hecho "verdaderamente daño" es que las familias están delegando siempre en terceras personas, o bien en centros educativos, en pantallas, vídeos o dibujos animados. "Yo de pequeña iba al colegio, pero mis padres también me enseñaban muchas cosas, ahora no es así, porque parece que estamos más cansados y estamos acostumbrados a que se enseñe todo deprisa y corriendo", indica.
Así, todo queda de la mano de los maestros. "Tenemos que dedicar más tiempo al contacto directo, compartir tiempo con ellos. Muchos padres están con ellos físicamente, pero no están", indica la formadora.
La maestra considera que los hábitos se crean por medio de valores. "Educar tiene su tiempo, no es fácil y eso no se suspende por vacaciones. Son dos cosas diferentes: educar y mandar deberes", señala.
Una herramienta educativa en verano
"Muchas veces los niños pasan de hacer diariamente actividades de aprendizaje a un vacío total durante tres meses de periodo estival", apunta el director de recursos humanos de la academia Kumon, Rafael M. Hernández-Carrera. "También en verano pueden estar motivados realizando actividades, de manera que, casi sin darse cuenta, durante unos minutos al día, puedan seguir siendo estimulados", señala.
Hernández-Carrera: "No hablaría de 'cuadernillos', sino de actividades de aprendizaje"
En esa misma línea se sitúa Noelia, madre de Leyre y Noa. "No me parece mal. El verano es muy largo y los días también, los niños tienen tiempo suficiente a dedicarles un ratito, no tiene que ser todo el mismo día. Una jornada pueden leer, otro hacer matemáticas o un poquito de inglés", considera. Eso no quita que la progenitora defienda que "lo principal en verano es que tengan horas suficientes para descansar y jugar".
Para Hernández-Carrera, estas actividades se postulan como un método para que "los padres y profesores vean como los niños desarrollan todo su potencial de aprendizaje; sin forzar, simplemente acompañándolo y estimulándolo continuamente", explica el doctor pedagogo.
"Hacer ese ejercicio les ayuda a mantenerlos al día, listos para el curso siguiente", estima Ángel, padre de Olivia.
"Hay tiempo para ir a la playa, a la piscina, a la montaña y por supuesto, para aprender", indica el director de recursos humanos de la academia. Desde su perspectiva, el tema de la productividad no casa muy bien con el mundo educativo. "Nosotros, los pedagogos, los educadores, los maestros y los profesores preferimos destacar el desarrollo de competencias; de conocimientos, destrezas y actitudes", señala Hernández-Carrera.
"Siempre pongo el ejemplo de la condición física: es fundamental para tener una vida sana y para sentirnos bien. Lo mismo ocurre con el cerebro, si no lo estimulamos estaremos haciendo que pierda facultades; optar por formas contrastadas de trabajarlo paulatinamente, sin sufrimiento y continuamente", recalca el doctor.
Otras opciones caseras a los cuadernillos
Para muchas madres y padres, existen otras opciones complementarias a los cuadernillos de verano. "No tiene por qué ser un cuadernillo al uso de papel, hay un montón de juegos online, fichas interactivas, cosas que puedes hacer en tu casa inventadas", explica Noelia. "Yo utilizo juegos para aprender, aplicaciones en matemáticas, fichas de lectura, libros y muchas muchas manualidades", cuenta Leyre.
"Hay veranos que poníamos ejercicios en casa; y se lo corregíamos"
Así, la imaginación, la creatividad, el desarrollo de las relaciones personales, el ámbito medioambiental, entre otros aspectos, son cuestiones de las que también constan en el aprendizaje de los menores acompañado del progreso escolar en las aulas educativas.
"A mí se me olvidaban las multiplicaciones, entonces mamá siempre me preguntaba", sostiene Olivia. En el caso de los progenitores de la pequeña de ocho años, proponían otras opciones para continuar con el desarrollo educativo de su hija en el propio hogar. "Hay veranos que poníamos ejercicios en casa como suma, resta, multiplicaciones; y se lo corregíamos ", señala su progenitor. Lo fundamental, para estas familias, es pasar tiempo juntos y continuar aprendiendo.
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