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Defensa El Estado Mayor define por fin una veintena de términos de ciberdefensa

La importancia de esta actualización radica en que la sociedad puede conocer los ámbitos en los que los Ejércitos actúan o podrían actuar y bajo qué premisas conceptuales, de modo que se pueda someter a un escrutinio más eficaz.

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Imagen de archivo de un ordenador. | EFE/Ritchie B. Tongo

Madrid, Actualizado:

En 2007, Estonia sufrió lo que muchos consideran uno de los primeros actos de ciberguerra declarado como tal: un ataque procedente sobre todo de Rusia desbordó las redes de organismos públicos y privados. Ahora, 12 años después, el Estado Mayor de la Defensa (EMAD) ha actualizado por fin su glosario para introducir hasta 20 nuevos términos relacionados con la ciberdefensa, así como otras realidades tecnológicas, como los drones.

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El 'Glosario de Terminología de uso Conjunto' del EMAD es un documento público que "permite disponer de una única interpretación de cada término, sigla u acrónimo de utilidad para la doctrina militar conjunta y el empleo operativo de las Fuerzas Armadas", dice en su prefacio.

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La OTAN dispone asimismo de un Glosario de términos siglas y acrónimos cuyo objetivo, al igual que el español, es el de "la estandarización de la terminología para facilitar la interoperabilidad de las Fuerzas Armadas de sus miembros y socios, evitando así malentendidos que pudieran conducir a la ineficiencia e incluso, en ocasiones, a consecuencias más graves", comentan a este medio fuentes oficiales.

Es decir, se trata de una importante herramienta para saber de qué se trata cuando se habla, por ejemplo, de una "acción de combate" (un enfrentamiento que incluye el empleo de medios letales), un "conflicto armado" (una confrontación entre colectividades organizadas, no necesariamente reconocidas a la luz del derecho internacional, y en donde se utilizan medios de combate con la finalidad de imponer una voluntad sobre la otra), o una "situación de Interés para la seguridad nacional" (aquella en la que, por la gravedad de sus efectos y la dimensión, urgencia y transversalidad de las medidas para su resolución, requiere, bajo la dirección del Gobierno, el funcionamiento óptimo, integrado y flexible de todos los recursos disponibles, sin que tenga que llegarse a los estados más excepcionales).

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En la versión de este año, se ha incluido por fin una larga lista de términos relacionados con la ciberguerra y la guerra híbrida, tales como "ciberataque", "ciberdefensa", ciberincidente", "operaciones ofensivas en el ciberespacio" y "seguridad de la información" (SEGINFO), entre otras. Esta lista de novedades se extiende hasta los 20 términos que se refieren al "ciberespacio" (también definido), basado en un documento de referencia elaborado por el Centro Conjunto de Desarrollo de Conceptos (CCDC) y aprobado por el JEMAD el pasado año. 

También se han incluido términos de uso relacionados con los Contra Sistemas Aéreos No tripulados (C-UAS), es decir, drones, que parten de otro trabajo liderado por el mismo CCDC (PDF), dependiente del Centro Superior de Estudios de la Defensa (CESEDEN). Así se define qué es un "dron" (aeronave no tripulada), un "sistema aéreo no tripulado (UAS)" (aeronave y sus elementos asociados, la cual es operada sin piloto a bordo) o un "enjambre" (un grupo de UAS, de pequeño tamaño y a baja altura y velocidad, que emplean la cantidad como medio para saturar la capacidad de respuesta o la colaboración entre ellos para lograr un objetivo común).

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"Es bienvenida una actualización del glosario militar", comenta a Público Yolanda Quintana, autora de 'Ciberguerra' (2016), pero añade: "Llama la atención que no se haya realizado hasta 2019, cuando muchos de los términos actualizados relacionados con lo que podemos llamar ciberguerra —curiosamente, es un término que se omite— forman parte de la realidad de la defensa nacional desde hace tiempo".

Fuentes del EMAD comentan a Público que el glosario "se nutre fundamentalmente de publicaciones doctrinales y conceptos, no de Instrucciones, procedimientos, etc…, que la harían demasiado extensa". "El Concepto de Ciberdefensa, de donde provienen las nuevas definiciones incorporadas , es de reciente elaboración, y el desarrollo previsto de la Publicación Doctrinal Conjunta de Ciberdefensa aún no ha comenzado".

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En cualquier caso, esta periodista especializada en tecnología y movimientos sociales celebra la inclusión en este glosario de nuevos ámbitos como el propio ciberespacio, nuevas formas de atacar al enemigo (como los ataques informáticos en sus múltiples variables) o las nuevas armas, "con la mención a los drones y aeronaves no tripuladas, pero sin dar aún entrada a las armas autónomas o robotizadas".

"La importancia de esta actualización radica en que la sociedad (ciudadanía) y el resto de poderes públicos (legisladores) podemos conocer los ámbitos en los que los Ejércitos actúan o podrían actuar, bajo qué premisas conceptuales y, de ese modo, someterlo a un escrutinio más eficaz, sabiendo que estamos hablando de los mismos términos en asuntos que son complejos", sostiene Quintana.

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Nuevos términos

A Quintana le llama la atención que el glosario "da carta de naturaleza a una realidad que no siempre es asumida: los Estados actúan en el ciberespacio no sólo de forma defensiva, sino también ofensiva".

Efectivamente, el glosario incluye la defición de "ciberataque" (una acción realizada empleando el ciberespacio para producir daño), y más notablemente las "acciones en el ciberespacio" (las que nacen en el ciberespacio y su efecto se hace sentir en él) y las "acciones a través del ciberespacio" (aquellas que nacen en el ciberespacio y producen un efecto fuera de él).

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"Debemos ser conscientes que hoy, el principal peligro para nuestra seguridad informática son este tipo de operaciones y sus secuelas o daños colaterales, por utilizar un término de los de nueva introducción", remarca la experta.

Imagen de archivo de un ordenador. | EFE/Ritchie B. Tongo

El documento recoge el término "amenaza híbrida", que no es nuevo dado que también se incuía en la versión del glosario de 2018 (PDF). Una "amenaza híbrida" emplea, según la definición fijada, todo tipo de instrumentos de poder; procedimientos convencionales junto a tácticas irregulares y a actividades terroristas; crimen organizado; nuevas tecnologías; ataques en el ciberespacio; presión política y múltiples tipos de herramientas de información y desinformación, incluyendo las noticias falsas y la mentira en sí misma.

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Para Quintana, que también es secretaria de la Plataforma en Defensa de la Libertad de Información (PDLI), "resulta enormemente inquietante la introducción de un ámbito cognitivo —las opiniones y percepciones de la ciudadanía— susceptible no solo de ser sujeto de la Defensa Nacional, sino que también forma parte de lo que considera 'territorio nacional'".

"Aunque es cierto que las acciones de ciberpropaganda forman parte de lo que denomina 'guerra híbrida', no parece que la forma más adecuada de abordar esa realidad sea mediante la asunción de un nuevo ámbito para  la actuación militar con unos límites tan difusos", opina Quintana, quien considera además que "algunos términos quizá requieren una mejora de redacción que les aporte un mayor rigor y concreción".

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Daño colateral y medio ambiente

Esta versión del glosario incluye como nuevo término algo que, sorprendentemente, no aparecía hasta ahora: "daño colateral". Según la definición del EMAD, se refiere a un "daño físico, involuntario o fortuito, ocasionado a entidades no militares, personal no combatiente o el medio ambiente durante la actuación sobre un target (objetivo militar legítimo)".

En la primera (y única) vez que aparece en este documento de definiciones alguna alusión al medio ambiente, cuya degradación durante un ataque a un objetivo militar es considerada, precisamente, como un mero "daño colateral".

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Tal y como indica el documento, el "daño colateral" puede ser estimado previamente a la realización de un ataque, como "ayuda para valorar el criterio legal de proporcionalidad", y valorado con posterioridad en forma de "juicio analítico derivado de la suma de daños colaterales, y sus efectos, producidos a consecuencia de la acción".

Para qué sirve el glosario

"La finalidad de este documento es contribuir a que todos los componentes de las Fuerzas Armadas dispongan de un entendimiento común respecto a cada uno de los términos que comprenden", explican fuentes del Estado Mayor de la Defensa consultadas por Público, "así como disponer de unidad de doctrina entre todos ellos para denominar de la misma forma cada concepto con su término concreto".

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De este modo, comentan dichas fuentes, el glosario de terminología de uso común es "un documento doctrinal para uso interno entre el personal de las Fuerzas Armadas", aunque su consulta es pública.

Se trata de un "documento vivo" que se actualiza de forma periódica. La fuentes consultadas informan de que el contenido "se ciñe a la terminología de empleo en las operaciones en las que participan más de un Ejército, denominadas operaciones conjuntas, que desarrolla la estructura operativa de las Fuerzas Armadas".

El desarrollo del mismo es labor del Centro Conjunto de Desarrollo de Conceptos (CCDC) que depende del Estado Mayor de la Defensa (EMAD), al ser el Jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD) quien dirige la estructura operativa de las Fuerzas Armadas.

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