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Y a los nueve años, Hugo se convirtió en Sara

Sara es la primera menor transexual en Galicia que ha conseguido la autorización judicial para cambiar su nombre. Mientras, la actual Ley de Identidad de Género sigue sin contar con este colectivo

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Dos niños y una niña yendo al colegio en Madrid.

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GALICIA.- Cristina Palacios dió a luz a un niño, Hugo. Pero cuando Hugo comenzó a ser consciente de su identidad sexual (hacia los 2 ó 3 años), no veía un niño al mirarse en el espejo. Y le quitaba a su madre los zapatos y se ponía la toalla en la cabeza simulando tener una larga melena. Era una niña. Lo es. Ahora tiene 9 años, y lo más importante -lo único importante-, es que es feliz. Se llama Sara. Oficialmente desde el pasado 18 de marzo, cuando se publicó el auto favorable para el cambio en su partida de nacimiento. Sara ha sido la primera niña transexual de Galicia en conseguir esta autorización judicial. Y la 12º en España.

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Sara comenzó el pasado verano lo que se conoce como “tránsito social”: salir a la calle, ir al colegio o al parque como lo que es, una niña. “Leí una entrevista en la que se hablaba del tránsito social de otra menor, y se lo conté a Sara. Nos íbamos de vacaciones y ella misma decidió empezar ese viaje como una niña: se vistió como tal y eligió Sara como nombre”, cuenta Cristina. A la vuelta, toda la ropa de Hugo fue a la basura. Y comenzaron a explicárselo a familiares, amigos y vecinos. Y también en el colegio, donde ahora Sara, como todas las niñas, va al aseo femenino, se pone en las filas de niñas cuando toca y es llamada por su nombre como el resto del alumnado.

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"Es una paradoja que los estamentos jurídicos, quienes al final deciden la suerte de las personas transexuales, sean los que más desconocen el proceso de sexuación"

La historia de Sara no es única. Daniela, una niña madrileña que este año cumple nueve, ha vivido una realidad similar. Durante un tiempo fue Daniel, pero se dibujaba como una niña, como lo que era, y sus padres aprendieron así qué era la transexualidad. “Desconocía este concepto hasta que Daniela nos dio esta lección de vida”, comenta su madre, África Pastor. Hoy también es una niña feliz, que además ha sido el origen del nacimiento de la Fundación Daniela, dedicada a asesorar, escuchar y arropar a menores transexuales, así como a formar a profesionales en esta materia, tanto en hospitales como en centros educativos, con el objetivo de que los menores transexuales cuenten con ese apoyo especializado que tanto falta.

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"No queremos que otros niños transexuales pasen solos o incomprendidos su infancia y adolescencia”

Y en esa lucha por acabar con esta desigualdad, estas asociaciones buscan visibilizar esta realidad, en busca de respuestas justas para el colectivo. Por ello, la presidenta de Chrysallis Galicia, Cristina Palacios, se reunió hace unos días con los representantes de educación, sanidad y servicios sociales de los diferentes grupos parlamentarios gallegos. En materia de sanidad, desde Chrysallis, pero también desde la Fundación Daniela, reclaman, en primer lugar, el acceso a los bloqueadores hormonales, un tratamiento que se administra al principio de la pubertad para frenar el desarrollo del menor. Un tratamiento básico que “en el caso de la Comunidad de Madrid está prohibido. En las Unidades de Trastornos de Identidad de Género (UTIG) de la sanidad pública madrileña básicamente se dedican a la contención emocional, y no es la solución. Debería cambiarse el nombre de estas unidades porque no conozco ningún menor transexual que tenga un trastorno, bastaría con denominarse Unidades de Género. Y a partir de ahí necesitaríamos poner en marcha protocolos para acceder al tratamiento de los bloqueadores hormonales, sin necesidad de tener que acudir a la sanidad privada, sobre todo, porque hay casos en los que las familias no pueden permitírselo. El dolor que causa el desarrollo del cuerpo cuando no te identificas con él es enorme”, recalca África Pastor.

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"El dolor que causa el desarrollo del cuerpo cuando no te identificas con él es enorme”

A esta demanda sanitaria básica, el acceso a los bloqueadores, se suman las acciones necesarias en materia educativa. “Si desde el colegio se explica esta realidad y se muestra como tal, los niños lo asumen como lo que es, algo natural. Es necesario que contemos con un profesorado formado en esta materia y que el currículo académico incluya información veraz, de modo que los menores transexuales se vean reflejados, y se hable en los libros de la diversidad sexual más allá del hombre y mujer que explican hoy en día”, afirma Cristina Palacios. Mientras, desde la Fundación Daniela, su vicepresidenta expone que “en materia educativa sigue sin hacerse nada en la Comunidad de Madrid porque hay muchos prejuicios. Pedimos hace un año una guía a la consejería de asuntos sociales, pero aún no se ha publicado. Mientras tanto, desde la fundación ya hemos acudido a más de 20 centros educativos para dar charlas y formación.”

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