Este artículo se publicó hace 2 años.
Un estudio revela que las personas con rentas altas esperan un 20% menos que el resto para ser operadas
La investigación de la Universidad de York destaca la imprescindible función de la sanidad pública para limar la desigualdad social, pese a que el grupo socioeconómico de procedencia interfiere en el tiempo de espera.
María Martínez Collado
Madrid-Actualizado a
Los resultados de una investigación de la Universidad de York han concluido que la posición socioeconómica de los pacientes influye en el tiempo que tardan en ser intervenidos quirúrgicamente. El estudio, en el que también han participado la Agencia de Calidad y Evaluación Sanitaria de la Generalitat de Catalunya, determina que las esperas de las rentas altas son en varios casos alrededor de un 20% más cortas que las que deben aguardar quienes tienen menos recursos.
Una de las principales hipótesis que se manejan para dar explicación a este desigual acceso a los servicios sanitarios públicos en España tiene que ver con "las mayores habilidades de los pacientes con mejor posición socioeconómica para moverse por el sistema sanitario, comunicarse y recurrir a los mecanismos de atención al paciente".
La falta de tiempo dificulta a los pacientes más precarizados acudir a sus citas médicas
El análisis también destaca otra posible causa relacionada con el tiempo del que dispone cada estrato social para acudir a sus citas previstas. Las personas más precarizadas poseen una menor flexibilidad horaria para acudir a los centros sanitarios. Lo mismo ocurre con aquellas que tienen personas a su cargo y deben ocuparse de tareas de cuidados de personas dependientes que no pueden abandonar.
En última instancia, los resultados, presentados en el reciente congreso de la Asociación de Economía de la Salud (AES), también menciona la influencia de los contactos y relaciones sociales, algo que favorece a quienes disfrutan de una mejor posición socioeconómica.
En cualquier caso, el informe pone de relieve la importancia de la existencia del sistema sanitario público para paliar la desigualdad social. Pese a que el grupo socioeconómico de procedencia interfiere en el tiempo de espera, lo cierto es que la prioridad de los pacientes a la hora de entrar en quirófano depende formalmente de su estado de salud. Y esa ya es una garantía si se compara la situación con otros países, donde no existe este servicio público, y la única opción que tienen los ciudadanos para cuidar de su salud es pagar en un centro privado.
"Las diferencias observadas son significativas y merecen ser estudiadas. No son muy grandes cuantitativamente ni disminuyen el crucial papel que el sistema sanitario público posee como instrumento político para reducir impacto en la salud de los determinantes sociales en la desigualdad", afirma Laia Bosque Mercader, autora principal del estudio.
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